El Athletic despide el año sumido en la depresión

Bajonazo, tras la asamblea llegaba otro varapalo moral y deportivo... Ahora a cargo del vecino. Desde que ambos equipos se clasificaron para esa final interruptus de la Copa del rey, los partidos entre el Athletic Club y la Real Sociedad son algo más que el eterno derbi vasco. Son vistos, aunque falta todavía una eternidad, como una especie de laboratorio de pruebas sobre lo que será el choque del mes de abril en La Cartuja de Sevilla. Ese resultado puede marcar los años venideros. O eso se dice. Ambas escuadras y ambos clubes, desde luego, se miran de reojo.

Pues el primer ensayo ha terminado mal no, fatal, con una merecida derrota vizcaína por (0-1). Y gracias. Este jueves en San Mamés, apenas a unas horas de empezar la cena de Nochevieja, los rojiblancos han perdido con toda justicia ante los txuri urdines en el partido que cerraba el año 2020 en LaLiga Santander.

“Si nosotros estamos bien el rival siempre sufre“, decía el técnico vizcaíno en la previa. Pues Imanol Alguacil le cogió la idea. Su equipo fue mejor, más firme y pudo hacer un roto a la contra ante un Athletic sin alma ni fútbol. Firmó un ejercicio de impotencia sin ser capaz de crear una famélica ni triste ocasión de verdad para poder marcar. Garitano vuelve a quedar muy tocado y tal vez sólo le salva que ahora hay tres partidos sin tiempo ni para respirar.

Los jugadores del Athletic portaron brazalete negro como homenaje al fallecido exdirectivo Antonio Muñoz. Los jugadores de la Real lo hicieron en homenaje al exjugador txuri urdin Gaztelu

El once de Garitano, con la dupla Vencedor-Vesga

El técnico de Derio al menos ya ha podido tener su derbi contra los guipuzcoanos. Ya veremos si llega al de abril porque la cosa sigue sin estar muy clara. Hoy apostaba por Unai Núñez tras la baja de Yeray, y por la juventud y el físico con Vencedor, Berenguer o Villalibre ante unos visitantes que aparecieron con Oyarzabal y un luego estelar Guridi. Un Athletic en progresión se medía a una Real atascada. Eso decía a priori el prospecto. Ritmo, meter ritmo, era la palabra clave para los Leones, ante un equipo mucho más jugón que encima se puso por delante a los 5 minutos. Una contra de libro que Portu acabó anotando -con bastante suerte- pero que fabricaron de lujo Merino y Oyarzabal.

El peor escenario posible que dio paso a un notorio dominio guipuzcoano. Fue una película vista. Un rival mejor colocado que incomodaba muchísimo a los de Garitano con su presión alta. Como ya se había visto en otros partidos en La Catedral el Athletic mandaba en posesión (61-39%), pero para nada era algo eficaz: en 30 minutos cero remates a puerta o incluso fuera. ¿Les suena? Las pérdidas de balón e imprecisiones locales eran constantes, porque los nervios también empezaron a aparecer al ir por detrás. Todo ello condujo a una derrota por la mínima al descanso, en el que la Real se apuntó la única ocasión de gol. Y, por desgracia, tuvo la suerte de meterla.

Iker Muniain sigue haciendo historia en el Athletic. Jugó hoy su partido 438 y se convierte en noveno jugador con más partidos en la historia del Athletic superando a una leyenda: Nicanor Sagarduy 'Canito' (437).

Había que dinamizar el partido: triple cambio

Con el susto de una caída en área bilbaína empezaba la segunda mitad. En el 55' Garitano no veía al equipo con vitalidad y metió un triple cambio con la entrada a cañón de Unai López, Sancet y Morcillo. La cara del cambiado Iñaki Williams era un poema, pero no había hecho nada positivo, al igual que Berenguer. Había que jugársela porque la Real estaba comodísima, en ventaja, sin sufrir atrás y con su meta Álex Remiro de puro espectador. Encima Unai Núñez, que ha desaprovechado la enésima oportunidad, regaló una falta tras un codazo absurdo que acababa en un larguero del sueco Alexander Isak. Los de Imanol se vinieron arriba con otro tiro de falta directa de Oyarzabal, que rechazó Simón, y aquello olía ya a funeral porque, sinceramente, sin exhibirse ni mucho menos estaban perdonando el posible 0-2.

Iba todo tan mal que hasta el recién entrado Unai López tuvo que pedir el cambio al cuarto de hora con molestias en la rodilla. El Athletic, tirando de redaños, estaba algo mejor pero no hacía una mísera ocasión de gol y, una vez más, la última bala fue la de sacar a Kenan Kodro. “Se busca milagro en Nochevieja”, pudo anunciar en vez de números el cartelito de los dorsales. Sólo una acción individual podía salvar de llevarse un cabreo de órdago para la Nochevieja, porque los de Alguacil pocas veces habrán estado tan tranquilos en Bilbao. Ganaron con sensación de ni siquiera forzar el motor. Será que no hay público o que no hay fútbol, pero esto es un sufrimiento constante. La octava derrota en 16 partidos pesa y coloca al equipo del Botxo mirando al furgón de cola.

Es la tercera vez esta temporada que el Athletic se queda sin tirar a puerta. Tampoco tiró ante el Alavés (fuera) ni ante el Celta (en casa).

Ojo a un mes de enero que viene brutal para el Athletic

Sin tiempo casi para digerir las uvas y el resultado del derbi los de Garitano encaran una cuesta de enero digna del montañero Alex Txikon en el Himalaya. El día 3 deberá jugar ante el Elche CF, el 6 ante el FC Barcelona y el 10 ante el Atlético de Madrid. Todo ello antes de encarar la semifinal de la Supercopa de España ante el Real Madrid de Zinedine Zidane en La Rosaleda de Málaga. Ese choque se juega el día 14. Cojan aire.