Qué paradojas tiene el fútbol en ocasiones. Un jugador formado en la cantera del Athletic Club como Álex Remiro va a debutar, por fin salvo sorpresa mayúscula, en San Mamés defendiendo la camiseta de la Real Sociedad. Su caso fue muy llamativo ya que la dirección de ese cambio de vestuario era de lo menos habitual según dictaba el histórico entre ambas entidades vascas.
Ya pudo debutar la temporada pasada, pero Imanol Alguacil apostó por el veterano Miguel Ángel Moyá ante una más que previsible pitada o mal recibimiento del guardameta de Cascante. Y es que el derbi vasco de la pasada temporada se disputó un viernes, día 30 de agosto, cuando todavía no se había cerrado el mercado de fichajes en el que Remiro desembarcó en San Sebastián.
Todavía se recuerda la polémica del último año de Remiro en el Athletic. Tras una cesión a la SD Huesca en la que se convirtió, por méritos propios, en uno de los mejores porteros de LaLiga SmartBank, volvía a San Mamés en una situación muy particular.
Ese verano, Kepa Arrizabalaga había salido al Chelsea en el último día del mercado de la Premier y Álex Remiro se postulaba a ser el guardameta de futuro del Athletic Club... Pero venía en una situación de fuerza en la que él creía poder pedir lo que quisiese. Las cosas se torcieron, quien sabe si con un preacuerdo de fichaje por medio, y el portero se pasó el año entero en la grada.
Ahora, convertido en un fijo en una Real que llega a Bilbao en la tercera plaza, le llega la hora de afrontar el derbi en el que pudo ser su campo. Eso sí, sin público ni socios no se sabe qué reacción causa en los athleticzales verle hoy día bajo los palos de La Catedral. Habrá que comprobarlo en las redes sociales. No queda otra.