Nueve de la noche. Sirimiri empapando el suelo blando y verde de La Catedral. Quién pillara el momento, esa lluvia delicada tan nuestra, el recinto sagrado. ¡Quién fuera jugador! Del Athletic Club. Lo somos, sin embargo. Sucede que la plantilla va poco más allá de la veintena. Y que tan sólo once gozan de la condición de ser leones a la hora de la partida.
Se venía de golear al Cádiz CF en su feudo. A ese grupo de 'chirigoteros' capaces de ridiculizar al FC Barcelona una semana después de la batida. Llegaba el Villarreal CF de Unai Emery. Un equipo que medra en Europa al mismo tiempo que en LaLiga Santander lo pretende. Querían ganar, qué duda cabe. Hay quien enturbia el partido con el cansancio foráneo como eximente.
Vayamos al tema. A este mirar al adversario y ver que visten también de amarillo. Como el Cádiz. Ese equipo de Álvaro Cervera que ha puesto en evidencia a 'Messi y diez más'. Harina de otro costal. Los de la 'Cerámica', si se les deja, con capaces de montar un rondo en una sola baldosa. Por eso. Por ello. Atención. 'Se rueda'...
Tras los minutos que unos y otros necesitaban para caer en la cuenta de que, por enésima vez, el graderío estaba desierto, el lateral zurdo del Villarreal se dispuso a ejecutar el plan entre semana urdido. Minuto 13'. Pedraza. Minuto 15'. Pedraza. Un jugador de toscas maneras obediente a la voz de su amo. Marcelino estaba encendido.
Ya en el primer intento. Cuando el 'elegido' por Emery se comió 60 metros campo arriba sin más oposición que la mirada pasmosa de los leones que a izquierda y derecha dejaba. "Peligro", diría Marcelino en rueda de prensa. Ya en su segunda incursión, "Gol", era Marcelino, anticipando la reprimenda que les caería a esos que no fueron capaces de frenar al 'tal Pedraza'. Cometiendo falta. Aunque conllevara la amarilla correspondiente por parte de Del Cerro Grande.
Terminaría marcando Gerard Moreno con su zurda inteligente. Eso parecía. Esa impresión dio. Había gato encerrado. Su gol, validado. El Villarreal, por delante. Sí. Mas sucedió algo que ni el VAR pudo detectar.
San Mamés. Sabana empapada. Hábitat natural de los leones. Ordenados los quiere Marcelino.
Sin por ello perder las virtudes de su condición. Pedraza, la desidia, el barullo defensivo, el disparo de Gerard Moreno. No supuso un gol. Se trataba de algo más. Su jeringa camuflada. El pinchazo. La aguja inoculando la anestesia necesaria para que el Athletic se sumiera en un sueño compatible con el efecto dormidera.
A partir de la primera caída de tantos párpados, los hombres de Emery se entregaron a un mover y mover el balón compatible con el reto de superar un registro de posesión. Atrás: de lado a lado. En el centro del campo: no exponerla demasiado no vaya a ser que. El balón, en sus botas. Protegiendo así a Asenjo, su portero. Posesión, para cuidarse. Manejo de un balón incapaz de inquietar a Unai Simón. Como si el gol fuera suficiente.
Exploradores. Explorar territorio rival. En ello andaban los 'cerámicos'. Reparé en el luminoso. 44'. A la cabeza me vino lo del "gol psicológico". ¿Por qué no ahora? Fue intuirlo y ver cómo por la banda izquierda la sociedad "Yuri and Muniain: 95 minutos al servicio del Athletic" se desplegaba con esas maneras tan perniciosas para toda esa gente que no tiene otra cosa mejor que hacer que venir a San Mames a "joderle la noche al Athletic".
Ya le había dado Muniain el balón con su carga de ventaja. Era ya Yuri y su pase diabólico. De la vida. De la muerte. Y del amor también. Iñaki Williams lo ataca con su defensor pegado a su cuerpo. Un roce. Ligero desvío. Y he ahí que, en el segundo palo, surge valiente la figura de Berenguer. Era el empate. Si. Pero su gol, más allá de lo psicológico, dejaba en evidencia esa vieja figura de un argot que sostiene que "el balón o el jugador, pero no pasarán pelota y futbolista en el mismo lance".
Mientras Marcelino festejaba con rabia el empate, tan merecido, el pobre Berenguer era su propio 'bakalao' confundido en las redes que para marcar había violentado. En el marcador, el número 1 de ambos se acercaba a lo que el Athletic simplemente había soñado.
No se olvide que el Athletic había evolucionado anestesiado desde aquel pinchazo sedante. El de Pedraza. Dos incursiones en terreno rival. Casi seguidas. 60 metros lisos portando en sus botas el testigo del balón. Y ni una triste falta, oiga. Como 'Pedraza por su casa'. Seguro que en coyunturas semejantes alguien, si no varios al mismo tiempo, frenará en seco al que ose penetrar en solitario el entramado defensivo del 'Athletic de Marcelino'.
Lo de Pedraza y su papel de cartero es agua pasada. Conviene ahora entregarse de lleno a una segunda mitad en la que el Athletic, ya de entrada, someterá a un Villarreal a base de un fútbol a imagen y semejanza de un entrenador llamado Marcelino.
Técnico que, al final de la partida, recibirá más reproches que alabanzas. Palos personificados recogerá Iñaki Williams. Desde mi libertad, me uno a la causa de mi compañero Asís Martin. No había leído su meteórica crónica cuando uno ya tenía la suya presta para la rotativa. Como si ambos hubiéramos 'sentido' los vaivenes de un segundo acto en el que el Athletic fue, excepto los últimos minutos, jaun ta jabe.
Ratifico la 'bravura'. La velocidad. Ese combinar por dentro con el riesgo de pérdidas y contraataques que conlleva. Ni un pelotazo. Otra vez el esplendor del fútbol sobre la hierba. Disfrutar del legado de Marcelo Bielsa: ¡De Marcos a punto de fusilar a Asenjo luego de recoger un balón servido de manera aérea por Unai López!. Alguien tachó a este cronista de ser el 'enemigo número uno de Marcelino': ¡si este juego suyo es mi verdad! El que se tilda de "meneo". Donde nadie se precipita a la hora de la creación. Donde Williams es héroe y no villano.
El cronista comparte la satisfacción de Marcelino. Bai, poz pozik nago. Nahiz eta berdinketa, geurea da garaipena. Partidua irabazi ahal izateko ea dan dana ipini zuelako berdegunean Athleticek. Zergatik ote puntu bakarra eta ez hiru? ...Porque la anestesia de Pedraza les robó, casi, el primer acto a los leones de Marcelino.
Eta batez be, porque "la falta de pericia" que en su día diagnosticara Bielsa entre los suyos es 'eso' que al Athletic le impide convertirse en un equipo gigante. Quizás. Tal vez. Acaso. Por qué no. Que surja de pronto un 'Zorro'. Como Aduriz. ¡Con mascarilla! ¿Y los 5 goles que se le encajaron al Getafe? ¡Qué noche la de aquel día!
Orgulloso de lo que somos athletic club
Orgulloso de lo que somos athletic club
Athletic geuria
Historia de la cantera Bilbaina, cuantos jugadores de la cantera de Bizcaya, muy poquitos mucho Navarro-Riojano-Guiputxi y alguno Frances, esta es la Historia del Bilbao que presume de cantera, los vecinos tienen extrajeros, pero mas canteranos de Zubieta
Haremos historia! JO TA KE!!!
Orgulloso de lo que somos athletic club geuria