La llegada de Marcelino García Toral al banquillo del Athletic Club hace apenas dos meses se traduce ya en dos finales alcanzadas y un título. Además de por los resultados, tiene encantada a su afición por su juego vertical y por su actitud valiente y ofensiva.
Es una trayectoria posible pero casi impensable cuando el técnico asturiano llegó para suplir a Gaizka Garitano recién iniciado 2021. El exentrenador del Athletic estaba muy contestado en Bilbao, pese a haber metido al equipo en la histórica final de Copa del Rey ante la Real Sociedad que se disputará el 3 de abril.
A esta final copera con Garitano, el Athletic ha sumado la de la Supercopa de España con Marcelino ya en el banquillo, que acabó ganando, y la de la Copa de esta temporada, certificada este jueves tras remontar al Levante UD en el Ciutat de València.
Cuando llegó al Athletic, Marcelino fue claro: "Estamos a dos partidos de un título y a un partido de otro". Así empezó a preparar psicológicamente una Supercopa de España para la que en lo físico y lo táctico solo tuvo un encuentro para ensayar. Fue el choque liguero ante el FC Barcelona en San Mamés la primera de sus dos derrotas en los 14 partidos que lleva de técnico rojiblanco. Las dos ante el Barça.
Es cierto que la Supercopa, como decía su entrenador, la tenía el Athletic a dos partidos. ¡Pero qué partidos! Para empezar, el Real Madrid, defensor del título. De ganar, el segundo frente al vencedor de una Real Sociedad lanzada y a un Barcelona que salió vivo del complicado envite de semifinales.
Pues al Madrid le tumbó en una espléndida primera parte y después aguantó el asedio. Y al Barça le remontó dos veces con un tanto agónico de Asier Villalibre, que ya se hizo definitivamente famoso, y otro de Iñaki Williams, que quedó para los anales por su belleza y trascendencia.
El discurso de Marcelino al llegar fue ambicioso. Pero no tanto como luego lo fue su equipo. Ese primer día, al de Villaviciosa, además de recordar que estaban a dos partidos de un título y a uno de otro, le faltó decir que estaban a seis encuentros del tercero.
Porque con cuatro remontadas seguidas el Athletic se ha colocado en su tercera final. Para las dos primeras, Garitano abrió el camino. Esta última, que le da derecho al Athletic a defender el año que viene su título de Supercopa, es completamente de Marcelino.
Aunque más allá de los resultados, otro éxito de Marcelino es haberse ganado a la afición rojiblanca, que le recordaba ciertas cuitas anteriores aclaradas en su presentación.
Se la ha ganado con el juego ofensivo que practica su equipo y la ambición con la que sale al campo. Siempre claramente a ganar y por lo menos tan obsesionado con la meta rival como con la propia. Algo que cala, y mucho, en una afición que si algo quiere de su equipo es que sea valiente. En estos dos últimos meses lo es y, además, gana. Es lo que tiene el efecto Marcelino.