Este martes, 9 de marzo, ha sido el día elegido para la prueba definitiva de la gabarra Athletic, que realmente es una pontona, un barco de casco plano y que no tiene motor, por lo que debe de ser arrastrado por otra embarcación. Hoy lo ha sido por dos grandes grúas. El Itsasmuseum (Museo Marítimo) Bilbao había informado de la finalización de la restauración de esa gabarra, que lleva el nombre del Athletic, para ser sometida a una prueba en agua que garantice su flotabilidad para poder ser usada de nuevo. Una cita, que empezaba antes de las de la mañana, seguida con mucha expectación en las RRSS pese al aviso del Gobierno Vasco de que no está la pandemia para soñar ahora mismo con grandes recibimientos multitudinarios.
La restauración ha sido pagada íntegramente por el Athletic Club, tasada en 200.00€, y realizada el pasado verano por el Itsasmuseum, en cuyos diques está expuesta, y solo faltaba esta prueba en agua para que las autoridades marítimas autoricen su uso cuando sea. Es absurdo buscar polémicas.
A las 13:40h. se ha posado la gabarra Athletic en el agua de la Ría y ha flotado sin mayores problemas
El museo marítimo de Bilbao ha recalcado que se trata de un trámite administrativo que "nada tiene que ver con el ánimo de adelantar acontecimientos". Es algo que "se enmarca en un contexto procedimental que se ha de seguir y que está previsto desde el inicio del proceso para que la Gabarra Athletic vuelva a estar preparada y a disposición del Athletic, de Bilbao y de Bizkaia".
El Athletic jugará en abril las dos finales de Copa, la de la temporada 2019-2020 contra la Real Sociedad el día 3 y la de esta temporada contra el FC Barcelona el 17 de abril.
El descenso por la ría en la gabarra es la forma con la que el Athletic celebra los títulos importantes, Liga y Copa, pero no está claro que en el caso de que ganase al menos una de los dos finales de abril se realizara debido a las limitaciones a las grandes concentraciones por la pandemia de covid-19.
De hecho, este año la consecución de la Supercopa no tuvo una celebración popular y se limitó a dos recepciones restringidas en el Ayuntamiento y la Diputación de Bizkaia.