Hay tantas cuestiones que quedan en el aire después de dos finales penosas en La Cartuja, dos varapalos contundentes en lo anímico que han emborronado una temporada aún así histórica para el Athletic. Dos finales difíciles de digerir y de escrutar, la segunda la de este sábado ante el FC Barcelona, con un 0-4, que le han emborronado al Athletic Club un curso que, aún con esas dos derrotas, será destacado en la historia del club vasco. Ahí es nada que se ha llegado a tres finales y ha logrado un título.
Así, sin conocer los entresijos de lo sucedido, llegar a tres finales y lograr el que ha sido segundo título en los últimos 37 hacen de este curso uno de los mejores, sino el mejor, desde el doblete de Liga y Copa de 1984 con Javier Clemente.
Aunque conociendo como han ido sucediendo los acontecimientos, la percepción de los seguidores rojiblancos que hoy sufren en una depresión de época, la percepción cambia.
Todo comenzó en tiempos todavía prepandémicos, cuando el Athletic logró en Granada en un partido agónico un puesto en la final de la Copa del Rey 2019/20. Y con ello también un sitio en la Supercopa de España 2021 que logran los finalistas.
Apareció el coronavirus, el mundo cambió y, ante lo especial del partido entre dos equipos vascos, la final de Copa se aplazó a la siguiente temporada para que hubiese público. Lo que impidió al Athletic pelear por la clasificación europea vía Copa.
Llegaron los momentos álgidos del curso y en el primero, ya con Marcelino García Toral en lugar de Gaizka Garitano, el Athletic dio el aldabonazo en la Supercopa ganando de seguido nada más y nada menos a Real Madrid y Barcelona. Y, además, con la consideración general de haberlo hecho merecidamente.
Marcelino alucinaba con lo logrado nada más llegar y con la inercia de ese triunfo, aunque con peor juego, el Athletic se clasificó para otra final de Copa.
Un afortunado tanto de Alex Berenguer al Levante en el Ciutat de Valéncia en el minuto 112 enfiló a los 'leones' hacia lo que por entonces era un ilusionante e inédito doblete.
Se tomó un respiro el conjunto rojiblanco en LaLiga Santander, en la que hasta el técnico asturiano se mostró harto de tanto empate a un gol, y volvieron las grandes citas.
La primera, la final ante la Real largamente esperada y momento crucial de cara a la segunda final ante un Barça cada vez más puesto y más temible. Y de eso sabía el Athletic en las finales de Copa, que llevaba tres seguidas perdidas contra los culés.
Fueron las de 2009, 2012 y 2015 en un época de renacimiento rojiblanco tras dos décadas y media de escasa relevancia mas allá del subcampeonato en la liga 1996-1997 que le permitió debutar en la Liga de Campeones.
La final ante la Real fue un mazazo. Pero más anímico que en el marcador, que fue un ajustado 0-1 y de penalti. La derrota fue muy dolorosa, pero más allá de que fuese ante el vecino con el que mantiene una rivalidad más en dirección a Bilbao que a San Sebastián, por la imagen ofrecida.
El Athletic no compitió y traicionó su centenaria filosofía. Que no solo es jugar con futbolistas de la tierra, sino la de competir con ellos ante todos los rivales que se le pongan enfrente. Incluidos los mejores.
Las dos semanas mascullando la derrota fueron como años para jugadores y aficionados. Y, por lo que se ve, también para el técnico, que fue incapaz de levantar la moral de su tropa.
Marcelino, sin duda influenciado por la versión de la Supercopa, volvió a confiar en los mismos y se llevó un segundo varapalo. Solo en que esa última ocasión con un Barcelona enfrente que recordó al de los mejores años con Pep Guardiola.
El Barça cogió el balón nada más empezar y no lo soltó hasta el final. En medio no dejó de percutir y percutir sobre un heroico Unai Simón. Aguantó una hora a su equipo de pie el meta internacional. Pero con el primer tanto se abrió la goleada. Se veía venir.
Como se tiene la certeza de que esta temporada, aún histórica por las tres finales y el segundo título en casi cuatro décadas, no quedará para el recuerdo con una sonrisa en las caras de los 'athleticzales', que se hacen varias preguntas: ¿porqué jugó Iker Muniain lesionado las dos finales? ¿Por qué Marcelino repitió el plan fracasado ante la Real? ¿Por qué no hizo nada durante los partidos para cambiarlos?
El Athletic ha perdido todas las finales de torneos importantes(la supercopa no lo es tanto). Todo empezó desde Bielsa. Después de maravillar en Europa y en la copa, se perdieron esas finales.Y desde allí para acá, así estamos. ¿Por qué? Recuerdo que hubo algunos problemas internos con Bielsa que nunca se han conocido en profundidad desde que éste propuso que Lezama fuera un centro de alto rendimiento. Desconozco si esto se está llevando a cabo en la actualidad. Por otra parte, el nivel de aquel equipo es superior al actual. Hay que decir que ahora mismo hay jugadores que no están al nivel de un equipo como el Athletic. El Athletic es único y esa seña tiene que permanecer de la misma manera que el sello de su juego, que nunca ha sido el de amedrentarse sea contra el que sea. Por último y sin cambiar de filosofía, hay que conseguir que todos l@s niñ@s del País Vasco y Navarra QUIERAN JUGAR EN EL ATHLETIC. Es más, y si es necesario, ese centro de alto rendimiento tiene que tener un nivel tal, que hasta quien no haya nacido en esas tierras, estén deseando "criarse". De este modo daremos sentido al famoso axioma: "Los que somos de Bilbao nacemos donde nos da la gana". Larga vida al Athletic.
Las respuestas a esa preguntas son evidentes. Lo lamentable es que tengamos algunos jugadores que no se hayan dado cuenta de que el Athletic no es un club al uso, sino que representa algo más que un sentimiento. El Athletic, con respeto hacia el resto de equipos vascos, es el equipo de Euskal Herria, y que algunos jugadores no den la talla es lamentable. Marcelino debería ser valiente y empezar a poner a cada cual en su sitio. A Willi habrá que enviarle a competiciones de atletismo; a Muni, que se preocupe más de su club y no tanto de su horrorosa estética. Y es mejor ver a los Morci, Sancet, Vencedor, Villalibre, futuro, que a unos acomodados y prematuros millonarios.
Porque juega ACOJONAO igual que los Entrenadores de turno.