¿O sea que en este juego del fútbol gana el que más lo necesita? A otro perro con ese hueso. ¿La intensidad es patrimonio de los que, en las tres últimas jornadas, se están jugando la vida? ¿Luchar por amarrar la permanencia en LaLiga Santander da alas? Ruedas de molino. Con ellas pretenden que comulgue. No estoy por la labor. Porque intensos y alados son así los futbolistas como los equipos por ellos representados.
Tras el último empate [2-2] frente a CA Osasuna, rabiaba como nunca Marcelino García Toral en la sala de prensa 'Jose Iragorri'. "Concedemos". "No nos puede pasar lo que sucedió en el minuto 88". Claro que puede pasar. De hecho, se venía repitiendo desde que el técnico asturiano se hizo cargo del banquillo del Athletic Club. Hastiado de tanto empate. Feliz por haber perdido "tan solo en tres ocasiones". Completar el curso liguero sin una derrota más. Era, de algún modo, un bonito desafío. Llegar a la meta habiendo claudicado únicamente ante el FC Barcelona y el Atlético de Madrid.
El Alcoraz era el estadio más apropiado para medir el nivel competitivo de los leones. Competir. Ser mejores según se suceden los partidos. Ganar. Consecuencia lógica del trabajo bien hecho.
El escudo del Athletic. El orgullo de los jugadores. Ese prestigio del que se alimentan los entrenadores. Sucede. O sucedía. Porque antes del inicio del choque nadie lo sabía.
Tal vez Marcelino y sus pupilos. Tal vez, no: seguro. Saber. Estar convencido. No ya intuir. Tener la certeza de que en El Alcoraz, el Athletic perpetraría un 'fútbol delictivo'. Protagonizaría un partido indignante. Cuando en la sala de prensa le tocó rendir cuentas, uno se encontró ante un 'placido' Marcelino. Sereno. En paz consigo mismo. Como escuchando su música favorita en el 'Sofá Sonoro' de la Cadena Ser.
Como si el partido fuera con el Huesca pero no con él. Qué es lo que realmente pasaba por la cabeza de los jugadores. Tan solo ellos lo sabían. Y Marcelino. Que, ora en su área técnica de pie, ora en su 'sofá sonoro' sentado, se empeñaba en 'fingir' una serenidad que 'realmente sentía'. Sereno. Liberado.
¡Qué cosa tan rara es eso del 'duelo' de las dos finales! Temporada amortizada. Desde su ingenuidad, el cronista, en la previa, tuvo la osadía de apostarse diez céntimos a la goleada [1-4] del Athletic. Hay que tener un alma de niño para seguir aferrado a la creencia de que los leones siguen siendo, a estas alturas del curso, Reyes Magos con su fuente inagotable de regalos.
Cuando, tras finalizar el partido, la medular de El Alcoraz se convirtió en un corro de besos y abrazos entre vencedores y derrotados, mi espíritu de futbolista resultó dañado.
Cuando las sonrisas y la calidez de las palabras, indignación por tanto pelo tomado. Qué diría Marcelino cómodamente sentadito en su 'Sofá Sonoro'. Si rabiando tras el empate [2-2] frente a Osasuna, asumiendo la derrota como si en ella encontrara liberación. Libertad, la suya, para partir con la prensa la carga de su pecho, ya muy cargado y deshecho. "Lesiones". "Fatiga". "Ausencias".
En definitiva, como si el equipo y la plantilla hubieran llegado roto y rota. Administrada por él y su 'team', sin embargo. "No quiero llegar a Marzo con los futbolistas destrozados". O no ha medido bien o metió demasiada tralla a unos pocos. Y por qué en El Alcoraz, precisamente...
Pregunta que se estaría haciendo Mendilibar mientras presenciaba por la tele el partido. Porque de haber peleado hasta la victoria el Athletic este partido, y de no superar el Real Valladolid al Villarreal, el Eibar, sometiendo al Real Betis en Ipurua, saldría de los puestos de descenso. Flaco favor el del técnico de Careñes a su colega de Zaldibar.
Pero, por encima de todo, ese frío que provoca ver a un Athletic entregado, triste, vencido. Dejado hasta de la mano de Unai Simón, que sintió como por debajo de la tripa se le escurría el balón. Qué lejos queda la euforia de la Supercopa, la excitante espuma tras el descorche del champán. Aquellas noches increíbles. Henos aquí. Ahora. Como sin 'gas' en la 'botella' de Marcelino.
El de ayer no fue nuestro mejor día, sin duda alguna.
No estuvimos cómodos en el campo y trataremos de recuperar las mejores sensaciones frente al @realmadrid.
Aupa @AthleticClub 💪 pic.twitter.com/O2fSYnK6Ui— IBAI GÓMEZ (@ibaigomez) May 13, 2021
Elizegi el desaparecido
Alkorta no pinta nada elizegi dónde está?
Marcelino engañaburras tomar el café en lezama con el presidente no arregla nada, hay que poner el cascabel al gato
MARCELINO,solo espero que leas este mensaje. Si eres tan justo como lo dices, espero que este finde jueguen Ezquieta, Vicente y 9 jugadores más. Gracias!!
Marcelino ni sabe dónde se ha metido este club es un club normalito ni aldeanos ni leches eso club con el 5° presupuesto mayor de España no ganan nada muchas finales y todas desastrosas en 15 minutos quedan finiquitadas que pongan los pies en la tierra que en el cielo solo las pone dios
Lo de ayer es de vergüenza. Están acomodados, con unos salarios elevadísimos para su rendimiento. Algunos de los que "jugaron" ayer no tienen nivel para jugar en primera. AUPA ATHLETIC!!
Marcelino ha cometido un error impropio de un entrenador contrastado. Lejos de sacar el látigo desde el principio se ha limitado a alabar inopinadamente a los jugadores para ganarse el vestuario después de la cola que trajeron sus antiguas y ya pasadas declaraciones sobre el Athletic. Ahora se encuentra con la cruda realidad: falta calidad, compromiso, no hay quien los mueva de aquí y conformismo. Estoy decepcionado con este entrenador. Creía que iba a revitalizar al grupo y se ha limitado a potenciar a los dinosaurios. Se le llena la boca con la palabra justicia cuando tiene a un jugador que le pasan por los dos lados juveniles del B Athl. Y mientras tanto Ibai por el césped, los dos peores laterales de la liga (demar y Balenziaga) como si fueran figuras consagradas, por no hablar de los Unais. Lamentable. Espero una pretemporada bien hecha y ojalá me tape la boca.
Vete a la ... Ibai. Es algo lamentable verte en el campo. Estoy hasta los eggs de vuestras payasadas en las redes. Llevaré estos colores hasta que me muera, pero hace tiempo que he dejado de creer en estos sinvergüenzas.