"Nadie se baña dos veces en el mismo río", escribió Heráclito, porque todo cambia en el río y en el que se baña. Del mismo modo, a Ibai Gómez nos referimos, ningún futbolista puede jugar dos temporadas en el mismo Athletic Club. Temporada. Término que nos vale tanto para lo que una Liga dura como para un período que se extiende en el tiempo como si no tuviera final.
Largo ha sido el periplo del 'hijo de Mitxelo' disfrutando en las 'campas' de Lezama y en el tupido césped del soberbio San Mamés. Nadie juega dos veces en el mismo San Mamés. Nadie, misa tras misa, en la misma Catedral. Ibai Gómez, así como Koikili y Toquero lo habían hecho, ingresó en el San Mamés 'del Arco' procedente del histórico y mágico 'Las Llanas'.
Alguien le echó el ojo y le propuso, "El rojo y blanco del Athletic a cambio de lo verdinegro de la zamarra del Sestao River Club" [¡Sestao Sport!, en la memoria del cronista]. Cómo decirle que no al Athletic, verdad, Ibai. Tú, criado en las estrecheces del verde artificio de Maiona. Tú, jaleado por la antiquísima parroquia de la Alameda de Las Llanas. Si Marcelino García Toral se subió al tren de Lezama, cómo no haberlo hecho tú.
Llegabas sabido, pero sin saber. Creyente del fútbol que atesorabas, pero con esa duda de si lo tuyo seria 'primavera' o 'tabla' en un mar violento. Te lanzaste al agua. Sin miedo. Afluente que se entrega al caudaloso río. Ria. Tu delicada dulzura disuelta en lo salado del mar. Cosas de la marea, que cuando sube se entromete. Tan joven. Tan descarado. Tan del Athletic.
Joaquín Caparrós ejerció de padrino que en La Catedral a uno de sus hijos bautiza. Aquello no había hecho más que empezar, y, sin embargo, a la segunda, guiado por un entrenador excepcional, léase Marcelo Bielsa, supiste de un anillo en tu dedo, de una bota que como guante te calzabas.
Aquel partido de vuelta frente al Sporting de Portugal. Tan frenético como bello. La prórroga como promesa. La intuición haciéndonos creer que el Athletic la evitaría con un gol al límite de lo reglamentado. Érase un balón pegado a tu pie derecho. Banda izquierda. Recortes, amagos, fintas.
Y cuando ya no hay Dios que aguante tanta tensión, casi pisando la cal de la línea de fondo, ese toque sutil, mágico, preciso, perfecto, con el exterior de tu bota. Llevaba escrito el mensaje del gol, y el remate de Llorente, dibujado en una nube que flotaba baja. En el primer palo. Entre el poste y el portero. Allí apareció 'Fernandito' para sentenciar con la puntera de su bota, pie derecho, San Mamés se volvió loco, un solo grito que se esparcía por La Catedral inundándola de orgullo. Reventó la bóveda. Voló hasta Bucarest. Donde el grito se volvió llanto.
Dijo 'alguien' que toda la grandeza del mundo cabe en un grano de maíz. Y el cronista apunta que todo el fútbol de seda que Ibai Gómez le regaló al Athletic se quedó en San Mames esa noche, flotando, como a la espera. Nunca un 'fijo'. Siempre era 'variante'. Jamás hizo suya una de las diez camisetas de campo que en el vestuario el míster de turno reparte. No obstante, Ibai, 'bañándose' a ratos en casi todos los partidos.
Algo tiene el agua cuando la bendicen. Algo tenía Ibai Gómez para sostenerse en el alambre del 'circo' de Caparrós, Bielsa, Valverde. A falta del cuarto y último curso de Txingurri como técnico de los leones, Athletic y Alavés llegaron a una entente que sellaba el trasvase de Ibai a Ibaia para vestir la camiseta del 'glorioso'.
Acertada la decisión del extremo de Santutxu. De ser cola de león pasaba a convertirse en cabeza de ratón. Escurridizo 'sagutxu' que se iba de todos. Ese toque suyo tan limpio como preciso. Ídolo en Mendizorrotza. Viruelas en su madurez. Triunfa. Se siente realizado. Mientras, Ernesto Valverde cerrando su segundo ciclo en su 'Club de referencia'.
'Cuco' Ziganda, entrenando, por fin, al "equipo que venero". Berizzo, sueño hecho añicos, abriéndole la puerta a Gaizka Garitano. 'Cantos de sirena' partieron desde el cielo de Bilbao en busca de los oídos de Ibai Gómez.
Y como en Vitoria-Gasteiz no había remesa de cera para taponar los oídos de los marineros, Ibai Gómez, embaucado, perdió el rumbo. Se le fue la cabeza, pensó y decidió con su corazón, debilitado. Regreso al 'lugar del crimen'. Craso error: "Nadie juega dos veces en el mismo Athletic". Error de bulto: triunfar en el Alavés no conllevaba hacerlo 'de segundas' en el Athletic.
En un Athletic peleando por evitar un descenso que estremece. Obligado a convivir con las terribles consecuencias de la 'mordida del vampiro de Vuhan'. Convulsa temporada la última. Bipolar. Si Berrizzo y Garitano en la primera, Gaizka y Marcelino en esta tercera, la de 'su vencida'. Ausencia de protagonismo. Escasa participación.
De ostracismo ha sufrido también Ibai Gómez. Y de mucho conocimiento del llamado 'dique seco'.
Ese hospital a cielo abierto en el que se hacinan los futbolistas con los que las lesiones se ceban. Todo eran 'pulgas' para Ibai. Aún no siendo 'perro flaco', sino León de físico 'exagerado' por el mucho trabajar y los 'buenos alimentos'.
A los 31 años, Ibai Gómez se ha ido del Athletic por segunda vez. No se necesitará una tercera para que esta marcha suya sea 'la de la vencida'. Dejó el Deportivo Alavés porque quería "volver a casa". Y la habrá de abandonar, para siempre, sin haber podido triunfar, sin el sello que, a fuego, se les imprime en el lomo a los 'leones consagrados'.
De técnica depurada, la figura de Ibai carecía de 'Distancia', 'Espacio', 'Amplitud'. Ser capaz de desarrollar su fútbol desplegándolo sesenta metros a lo largo, y luego más; treinta metros a lo ancho, y querer abarcar todavía más. Apropiarse del rectángulo de juego. 'Mostrarse' en todos y cada uno de sus metros cuadrados.
Porque ir bailando de baldosa en baldosa no era suficiente. Porque hacer malabares en círculos concéntricos no ha bastado. Quizás, tal vez, si hubiera sido capaz de 'asumir' esos cien metros lisos con los que Usain Bolt 'jugaba', sometiéndolos, una y otra vez, con insultante suficiencia.
Abandona su casa Ibai Gómez convencido de que fuera de ella "hay vida todavía". No cabe mirar atrás. 'Distancia', 'Amplitud', 'Grandes Espacios'. "Porque mientras vivimos, y vivamos, el fútbol, como nosotros, es eterno, y la vida eterna es". Zorte on, Ibai... merezi duzu eta!
¿ por qué hay tanta distancia entre los comentarios?....suerte ibai
Que bueno eres chaval Lo siento por ellos no saben lo que han perdido AUPA IBAI
Que bueno eres chaval Lo siento por ellos no saben lo que han perdido AUPA IBAI
Fichaje estratégico, Alcorta fenómeno o
Que gran cagada
Este no se va ni de una banqueta,es mas lento que un caracol.
La decisión (de Rafa Alkorta) de contratar a Ibai fue un error monumental - igual a la de Kenan Kodro - pues qué nunca ha sido alternativa para su posición, de ala derecho o esquierdo. Fue una mala decisión, qué se entiende sólo para acalmar a los aficionados. Ni Garitano ni Marcelino lo consideraron un valor para el equipo.
Está para soltero contra casados.