La selección española se marchaba al descanso ante Italia con dos goles de ventaja, ambos obra de Ferran Torres a centro de Mikel Oyarzabal. El primero de ellos sacaba toda la furia de Luis Enrique, que lo celebraba como loco en el área técnica de la Roja, entre otros, junto a Iñigo Martínez. El seleccionador buscaba un cómplice en el banquillo y encontraba al central del Athletic Club, suplente, que no podía ocultar una sonrisa que captaban las cámaras de TVE.
Un partido más, Unai Simón era el elegido por Luis Enrique para ocupar la portería de la selección ante Italia, verdugo de la Roja en la pasada Eurocopa en la que los azzurri acabarían proclamándose campeones. El meta del Athletic cuajaba una gran actuación, dejando la portería a cero y con paradas de mucho mérito, destacando una a un disparo de Lorenzo Insigne que golpeaba en el palo tras su intervención.