Athletic Club y Villarreal CF se miden este sábado en San Mamés con Europa en la cabeza, el equipo bilbaíno después de tres semanas sin competir en las que se ha ratificado en su ambición de alcanzar una plaza europea y el groguet todavía eufórico por el 1-4 con el que se impuso el miércoles al Young Boys en Suiza, que le cambió radicalmente su situación en la UEFA Champions League.
La frescura del Athletic, que lleva tres semanas sin competir, frente el posible cansancio del Villarreal, que encadena su tercer partido en una semana, podrían ser las claves del partido. Los rojiblancos llegan al choque casi desenganchados tras añadirse el aplazamiento de su visita al Santiago Bernabéu al parón liguero por los partidos de selecciones, lo que no ha gustado mucho en Bilbao.
Tanto tiempo sin jugar le ha servido a Marcelino García Toral para recuperar jugadores, además de para cabrearse por verse en un contencioso en el que no le va demasiado, el de LaLiga Santander con la FIFA con los aplazamientos consecuencia de lo tardíos de los últimos encuentros de la CONMEBOL en las ventanas de selecciones.
Será un partido especial, el primero con el aforo al completo en San Mamés, 601 días después de otro Athletic-Villarreal. Además, la afición rojiblanca espera con muchas ganas el partido después de tres semanas sin ver a su equipo e ilusionada como está porque entre en competición europea tras cuatro años sin conseguirlo.
En cuanto al Villarreal, llega con la necesidad de lograr un buen resultado, ya que no están sumando los puntos que esperaban en el campeonato liguero a pesar de haber encajado solo una derrota, la sufrida el pasado fin de semana ante Osasuna. La parte negativa de la trayectoria del equipo de Unai Emery es que solo ha ganado dos partidos y una derrota en Bilbao dejaría al equipo en una posición incómoda.