José María Arrate, presidente en los años 90 del siglo XX del Athletic Club, usaba la alegoría de que se necesitaría "dar con el Niño Jesús" para lograr que todos los athleticzales vieran con buenos ojos al inquilino del banquillo de San Mamés. Pasadas las décadas, y cambiado hasta de Milenio, esa figura divina (no duden que ya tampoco indiscutible hoy día, sobre todo en las RRSS) haría falta para ocupar próximamente el sillón de Ibaigane.
Si en verano de 2022 por fin hay elecciones, si es que hay dos candidaturas, el que aterrice en el palacete ya puede contar con buena suerte. Mucha. Y buena prensa. Bien afín. Y de un entorno amable. Aparte de avales, aptitud, entrega, apoyos, salud... La Catedral llena sin COVID-19, por ejemplo, y conocimientos de todo. Porque desde luego la lista de cosas que se le van a pedir viene fina.
Meter al equipo en Europa, ganar títulos, adelgazar aún más los salarios y reducir la plantilla, que la mayoría de ella sean chavales jóvenes del filial de rápida maduración, que aparezca algún fichaje ilusionante de donde casi no lo hay o, incluso, que sea capaz de sacar tajada económica a la marcha de los jugadores considerados "sobrantes" por la mayoría. Pero eso sí, vender que no venda activos, sólo sobrantes y a un buen precio.
Seguimos... Que los cedidos jueguen en sus destinos y eso salga gratis o casi. Tal vez subir y mantener al ahora preocupante filial en LaLiga SmartBank... Ahh, y el tema de "aumentar la competitividad en la plantilla", que el Femenino de Iraia Iturregi vuelva a pelear por alzar trofeos y, ya puestos, aprobar los nuevos Estatutos, la Grada de Animación, contando con que la Asamblea sea 'tolerante', etc...
Casi nada. Te esperamos, Jesús.
Fichar a Iraola y que los jugadores cobren por objetivos,. Me parece poco lo que has escrito a los profesionales hay que pedirles lo imposible
Qué quieres vivir del cuento?