El Athletic Club protagonizó en Riyadh una nueva gesta en la Supercopa de España, una competición en la que, a pesar ser relativamente nueva en el calendario, está completando un palmarés más que apreciable y va camino de serle, como le pasa con la Copa del Rey, una competición fetiche, en la que acumula 23 títulos-(24 según sus números- y 16 finales.
En la Supercopa ya van tres, además de otras dos finales. Unos datos que han aupado al Athletic a la tercera plaza del histórico del torneo, por detrás del Barça y del Real Madrid, su rival el domingo en una nueva final.
Estadísticas que demuestran que, aún sin ser la Copa, la Supercopa empieza a ser para el Athletic un torneo amigo, en el que compite con fiereza y ahonda en el prestigio adquirido por el singular club vasco desde hace ya 124 años.
A esta edición, los rojiblancos se presentaron en el último lugar de los pronósticos, pero como vigentes campeones del torneo conquistado en 2021. Aunque no lo hicieron por esa condición sino como finalistas de la Copa del Rey, algo que ahora da dos premios; una final, la de Copa, y una final a cuatro, la Supercopa.
El año pasado, el equipo ya entonces dirigido por Marcelino García Toral, llevó a cabo una doble hazaña imponiéndose al Real Madrid en semifinales y al Barcelona en la final. Ante el Real Madrid, el Athletic salió a degüello y pronto se adelantó con un doblete de Raúl García que los blancos lograron acortar con un tanto de Karim Benzema pero fueron incapaces de igualar (2-1).
Frente al Barça eligió un camino diferente, el de las remontadas. Primero empató hasta dos veces los tantos de Antoine Griezmann con los que se fue adelantado el conjunto azulgrana, con sendas dianas de Oscar de Marcos y Asier Villalibre, la de este último sobre la hora del tiempo reglamentario. Finalmente, Iñaki Williams asestó el golpe decisivo en la prórroga con un golazo para la memoria (3-2).
Esta vez, ante el Atlético de Madrid, volvió a elegir la senda más difícil. Se adelantó el conjunto colchonero pasada la hora de juego con un extraño gol en propia puerta de Unai Simón, tras cabezazo de Joao Félix, que parecía decidir un choque trabajado y merecedor del 0-0.
Pero, en cuanto se vieron por debajo en el marcador, los leones sacaron las garras, asediaron a los del Cholo Simeone y voltearon el encuentro con dos de la media docena de zarpazos que lanzaron. Yeray Álvarez y Nico Williams pusieron nombre a los goles fabricados a balón parado por el capitán Iker Muniain.
Al Athletic le llega ahora la final y la encara con cierto ánimo de revancha, ya que de los recientes dos enfrentamientos ligueros ante el Real Madrid en diciembre salió frustrado.
El primero, un 1-0 en el Santiago Bernabéu con tanto de Benzema y al menos media docena de clarísimas ocasiones rojiblancas que hicieron al equipo vizcaíno claramente merecedor de la victoria; el segundo, un 1-2 en San Mamés con otros dos dianas de Benzema en los primeros minutos que recortó rápidamente Oihan Sancet pero ante el que ya poco más pudo hacer el equipo bilbaíno.
Que no juegue Raúl García. Pues con él, es como jugar con 10. Está ya super amortizado. Adiós y gracias.