El problema del Athletic con el gol no afloja

Fue 'Rulo' el que, finalizado el partido de 'La Cerámica', declaró que "lo más importante es generar; lo venimos haciendo y no ha sido menos". 'Generar'. Verbo de marras cuyo significado lo recoge la RAE: "producir cierto efecto o dar lugar a cierta consecuencia". Se refería el atacante navarro a esa capacidad que el Athletic Club atesora para llegar a la portería rival con una frecuencia tan inusitada como frustrante.

A veces, como sucedió a la media hora de partido, el equipo es capaz de trenzar de lujo y con precisión. La transición colectiva merecía un "¡oh!" de admiración por parte de todo el gentío acomodado en lo que ha no mucho era 'madrigal' y hoy es 'cerámica' de lujo. La afición 'groguet' pudo ver, a través del periscopio de su submarino, ese 'jugar de memoria' del cuadro vasco.

Cuando la pelota llegó a dominios de Iñaki Willians, que se había procurado un desmarque de libro en teórica posición de extremo derecho, el futbolista  más determinante en el juego de ataque que propone Marcelino la tocó de lujo con el interior de su pie diestro.

El mensaje del balón y el destinatario. Desconociendo que era Oscar De Marcos el receptor de una pelota que había sido puesta 'a huevo', canté gol antes de su testarazo.

Y es que era él frente a un portero sin argumentos. Se trataba de evitar su figura, nada más. A un lado o al otro; arriba o abajo. El de Biasteri - Laguardia, para no desdecir a Marcelo Bielsa, su valedor, buscó el cuerpo de Asenjo como si en su físico estuviera pintada la diana. Me acordé de Aduriz. Ustedes ya me entienden...

El Athletic había escenificado "lo más importante" de su fútbol: "generar".

'Producir', sí, pero con ese 'efecto' que se llama frustración. 'Producir', claro, pero con la 'consecuencia' de la enésima muestra de "falta de pericia" que detectó Marcelo Bielsa. "Lo importante es generar". No, Raúl García, lo importante es convertir en gol ocasiones tan descaradas como la que Oscar De Marcos echó al cubo de la basura en un partido que se antojaba estrecho en el luminoso.

"Generar". Verbo que sale fácil de la boca de Marcelino García Toral y su tropa obediente. "Generar es lo más importante". Frase que alcanza el colmo y lo rebasa. Goles son amores. Es 'cantinela' la palabra que se ha hecho fuerte cuando el equipo habla así dentro como fuera del campo, esa 'impericia' "que se repite con una insistencia que resulta molesta e inoportuna"; ese decirle a tu gente que "generar" es lo más de lo más.

Más allá de esta acción [que delata el por qué Athletic no medra con los equipos que le anteceden en la tabla], ese llamarme poderosamente la atención la labor llevada a cabo por Carlos Del Cerro Grande. Considerado el 'namber-uan' del arbitraje de LaLiga Santander, el trencilla madrileño actuó como con desgana. Como un 'madero' clavado en el verde. Dejaba hacer. Como si no tuviera a mano silbato y tarjetas con las que poner freno al 'ímpetu desmedido' de los 'chavales' de Unai Emery.

Lo más grueso de Del Cerro Grande tuvo lugar a resultas de una 'zamorana' de libro del marfileño Aurier. Buscaba portería el disparo del 'pony de la Txantrea'. El central del Vila Real se agachó fingiendo que buscaba 'setas' o 'rolex' en el verde. Mostró, sin embargo, querencia por la pelota. Su codo robusto fue. Con él materializó un penalti escandaloso.

El VAR lo vio. "Acércate a la pantalla, Carlos". No nos dejes mal. Esto último no fue dicho, pero sí, temido.

Por presbicia, vista cansada, desgana, qué se yo. O un afán desmedido de dejarse ver en un partido al que tenía que haber acudido con pijama y orinal. Una siesta en toda regla. A la que regresó tras hacerle un feo a su amigo Xavier Estrada, al frente del VAR en Las Rozas.

De "generar" sigue dando que hablar el Athletic. Lo del colegiado bien podría ser, a sus 46 añitos, una "degeneración" en toda regla. "Proceso por el que una persona pasa a un estado peor del original por perder progresivamente cualidades que tenía". "Generar". De tanto esperar a que los goles lleguen nos vamos poniendo viejos.

Una década ya desde que el 'Loco' de Rosario, Marcelo Bielsa, pusiera un dedo índice en la llaga y con el otro señalara la 'luna llena del gol'. Mientras, en Lezama, como si hurgar en la herida provocara 'degeneración'; como si lo importante fuera el dedo, y no la Luna, 'princesa de las mareas' a la que el Athletic debería seducir para, juntos, descifrar los misterios del gol.