Mil veces ha sido dicho. Cuando el rival pierde un efectivo, el Athletic Club no sabe aprovechar su superioridad numérica; cuando es un León el que sale de escena, el equipo se va al garete. Esto último, que los de Marcelino García Toral se vinieran abajo, se puso de manifiesto en el 'Nuevo Mirandilla, cuando Pizarro Gómez, un árbitro más malo que la carne del pescuezo, expulsó a Mikel Vesga por una nimiedad que Dani Vivian había cometido. Veinte minutos por delante. Para el Athletic [1-3], que se había ido a la caseta luego de vapulear al cuadro gaditano con goles de Rulo, Iker Muniain y Mikel Vesga.
Máxima efectividad. Casi. Como si en sueños el ángel se le hubiera aparecido y revelado el beneficio de la pericia. Tres goles arriba. A uno de la tunda [0-4] del curso pasado. La segunda parte prometía. Luego de ser acusado de estar pensando en 'Vacaciones en el mar', Marcelino pretendía cerrar bocas y sabotear ordenadores. No contaba con lo indeciso de Unai Simón que acortaba distancias.
Se temía, sin embargo, que Pizarro la terminara liando luego de haber avisado con un giro brusco en su forma de arbitrar. Sucedió en el 71'. Vesga pagó los platos que su compañero Vivian no había roto. El Athletic, con 10. Una leve inferioridad que Marcelino agigantó haciendo recular a los suyos hasta encerrarlos en el redil del área.
Con el centro del campo deformado, el Athletic se dedicó a ver cómo el Cádiz CF le llegaba por ambas bandas en transiciones meteóricas.
En 'bloque bajo' defendía. Bajísimo. Y más que 'defender', se dedicaba a ver cómo los balones le llegaban llovidos desde las bandas. El Athletic 'no tenía defensa'. Como si Marcelino García Toral no hubiera asistido a clase aquella tarde en la que en la Escuela de Entrenadores su profesor disertó acerca de 'defender en inferioridad'. Ese no saber, o haberlo olvidado, estaba poniendo en peligro una victoria que había rozado la goleada.
Con empate [1-1] en el luminoso, el equipo madrileño perdió un efectivo. Un mundo por delante. Quique Sánchez Flores montó un entramado de libro. Tapó las bandas allá donde la cal. Pobló el balcón del área. Y se dedicó a morder a fin de que el Athletic no lo intentara ni en conatos. Y fue así como Soria, meritorio para haber salido a hombros, observó la última media hora desde la absoluta placidez. Quique hizo lo que Marcelino no supo hacer. Porque poder, podía haberlo hecho, ¿o no?
No aprovecha la superioridad. Y en inferioridad, el Athletic es un equipo que se descompone porque no sabe defender.
Porque, a día de hoy, no tiene un entrenador que lo proteja cuando el árbitro de turno decide que el rectángulo se incline hacia la portería de Unai Simón. Un internacional venido a menos sin un motivo aparente. Un guardameta que, tras haber asumido el segundo gol del Cádiz, sintió cómo su portería temblaba tras haber violentado el balón el palo largo en su mitad. Habría sido el empate [3-3].
El Athletic habría desperdiciado una ventaja de lujo por no saber su entrenador gestionar la inferioridad con la que fue castigado por un árbitro nefasto. De haber empatado, y con un poco más de tiempo por delante, el Cádiz habría alcanzado el cuarto. Y el Athletic, en la 'habitación del sueño' ingresado. Luego de que Marcelino no le hubiera defendido cómo a los futbolistas que más amas se les debe defender.
El engañabobos dice que kapa no le sirve
Marcelino malo malisimo
Quién es Kuitxi Pérez? Periodista? Escribe muy mal. Pero muy mal. Y sus opiniones ya las obvio.
La ignorancia es muy atrevida , el periodista si debe saber defender en inferioridad, supongo que le fichará mañana el presidente ..,. Qué bonito es criticar cuando se sabe de todo …
Esta la calidad del equipo , de segunda división y ni con superioridad numérica la delantera marca . Viendo este equipo jugar , la salud empeora
Marcelino, te arrepientes ahora de los descartes que hicistes de laterales.