A la tercera tuvo que ser; el egoísmo quedó de lado

Un buen y trabajado proyecto se aprobó este lunes por escaso margen con respecto a la mayoría muy cualificada que exigen los hasta ayer vigentes Estatutos (2/3 de los votos). Un proyecto de nuevos estatutos del Athletic Club, el cual no cabe duda de que mejora, y mucho, los actuales que datan de 1999, siendo este aspecto, en mi opinión, una de las claves para su aprobación.

Los y las compromisarias hemos sabido valorar las virtudes de este proyecto comparándolo con ojos críticos con respecto a los actuales. Hemos dejado de ser jugadores de pequeña y hemos apostado a grande, dejando a un lado los matices y cediendo en nuestras aspiraciones maximalistas personales en aras de un bien común mayor. Hemos dejado nuestro egoísmo a un lado.

Otra de las claves ha sido que por fin nos hemos dado cuenta de que es imposible recoger en un único proyecto todas las sensibilidades existentes en la masa social y en la propia Asamblea de Compromisarios y Compromisarias. ¿Por qué? Pues porque muchas de ellas resultan contradictorias entre sí.

Así, hemos aprendido la lección de que no se puede satisfacer a todos y a todas, pero sí que, cubriendo aquellos aspectos, llamémosles troncales, que, como mínimo debían recoger la propuesta de nuevos Estatutos (cuando menos la mejora de la accesibilidad al club de los socios y socias; el favorecimiento de la participación de todos y todas ellas en la toma de decisiones cruciales para el devenir del club; y el establecimiento de mecanismos de control de la gestión de la JD), el proyecto debía salir adelante.

Ahora queda comenzar a poner en funcionamiento esta nueva regulación estatutaria, lo cual tocará a la nueva Junta Directiva que salga de las urnas dentro de un mes, en la cita del viernes 24 de junio en el campo de San Mamés.

Por último, es de reseñar que curiosamente nadie intervino en la Asamblea a exponer su negativa a la aprobación del proyecto. Algo inaudito, pero flotaba en el ambiente la existencia de una corriente silente en su contra que lo podría echar abajo, como casi así fue (215 votos negativos), insuficiente por poco como para evitar su aprobación.

· Por Gontzal Sever, socio compromisario del Athletic