Si hay una palabra en la que todos coincidimos para determinar la temporada 2021/2022 del Athletic Club es la de irregular. Los dientes de sierra han estado tan marcados que no puede ser de otra manera, cada ocasión para ilusionarse ha venido acompañada por una decepción monumental.
A Marcelino García Toral le ha tocado hacer el trabajo de Sísifo, conocido por su castigo: empujar cuesta arriba por una montaña una piedra que, a punto de llegar a la cima, volvía a rodar hacia abajo, repitiéndose una y otra vez el frustrante y absurdo proceso. De momento llevamos 5 años.
La cuestión ya no parece residir en el entrenador ni en los esquemas usados, mas bien es un continuo déjà vu de los socios que cuando acuden a San Mamés con expectativas de éxito salen abatidos (su grito de guerra es “y si hoy…”), y por el contrario si van a verlas venir salen cantando en cuadrilla (el eslogan de estos es “no me lo creo”).
No hay quien lo entienda, pasamos de ser el club de la lucha contra rivales diseñados para UEFA Champions League a ser el club de la ducha contra los que se juegan los cuartos para evitar el descenso. Todos los que se han visto implicados en la lucha por no bajar nos han sacado los colores. Es para pedir hora en el psicólogo.
Aun así, si tuviésemos acceso a una macroencuesta entre los socios, estoy convencido de que tanto el míster como el equipo superarían el aprobado con creces, rozando el bien. ¿Se debe esta actitud a qué somos demasiado conformistas?
Ni mucho menos. Este año, aun a regañadientes, hemos disfrutado de lo lindo en tres torneos donde hemos vivido momentos de los de acompañar a un autobús lleno de aldeanos. En Copa del Rey derrotamos al Real Madrid y al FC Barcelona.
En la Supercopa ganamos al Atlético de Madrid que era el vigente campeón de LaLiga Santander, y en liga hasta metimos 4 goles a la Real Sociedad en un campo de San Mamés que quitando tres malos partidos ha aplaudido a rabiar, y soñado con posibilidades europeas hasta el ultimo encuentro de la temporada.
Nos gustan los placeres terrenales como disfrutar de temporadas tranquilas viendo buen futbol en casa y para subir esa nota del balance de la temporada, lo único que debemos trabajar si es posible es el logro de meternos en una competición continental. Ese es el placer máximo de un aficionado rojiblanco.
· Por Patxi Herranz, periodista de Radio Popular y El Correo
Uriarte odol barria, izan athletic
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