Y llegó el momento. Terminó la temporada en el Athletic Club, se convocaron elecciones y nada de lo dicho y hecho tiene ya vuelta atrás. Se va el presidente Aitor Elizegi, tras un mandato de tres años y medio tortuoso, salpicado por una pandemia inesperada que duró temporada y media, con dos finales de Copa del Rey por medio, y una oposición feroz, exagerada en mi opinión, para sus méritos.
Tengo la sensación de que se va con la satisfacción interna del deber cumplido, con la Grada de animación y unos nuevos estatutos aprobados, pero con algunas espinas clavadas: las finales perdidas sin público y la no clasificación europea.
Quizá también le queda el dolor de no haber marcado un gol en Valencia que hubiera clasificado al equipo en la semifinal de Copa para otra final, esta vez con público, que hubiera colmado las ansias zurigorris. Pero no pudo ser, y eso se quedó en un sueño de primavera. Solo queda darle las gracias por su esfuerzo y dedicación, sobre todo en el área social, que ha sido muy amplio.
Con su marcha, se han convocado elecciones, para las que se han postulado tres candidatos con perfiles muy diferentes: Ricardo Barkala, presidente del Puerto de Bilbao, con amplio recorrido en puestos de responsabilidad pública, Iñaki Arechabaleta, con una brillante carrera de gestión y dirección corporativa en el grupo Vocento, y Jon Uriarte, joven empresario y emprendedor, con una corta pero espectacular y exitosa trayectoria en el mundo de las startups digitales.
Toca escuchar y analizar sus proyectos para decidir y votar en consecuencia. Esperemos que sea una campaña con muchos proyectos e ideas a debate y pocos gritos, como corresponde a la historia de nuestro club.
Pero estos movimientos han conllevado alguna consecuencia colateral para mí no deseada, que no es otra que la salida de Marcelino García Toral. El entrenador asturiano se ha sentido “segundo plato” de los candidatos, y no quiso aceptar el anterior ofrecimiento de Elizegi de renovación, para no ser una carga para el nuevo equipo de gestión de Ibaigane.
Sobre esto se ha hablado horas y horas, y se han escrito columnas, pero lo único concreto es que se marcha el entrenador que nos ha dado un título de Supercopa, ha disputado dos finales de Copa (una gracias a Garitano) y otra final de Supercopa en Arabia Saudí.
Ha conseguido la mejor puntuación liguera desde Ernesto Valverde, con 55 puntos, pero no ha sido suficiente para conseguir la ansiada clasificación europea, vital para las arcas, y fundamental para las aspiraciones del club.
Considero que su labor ha sido excelente, con la consolidación de un modelo competitivo basado en la presión, el derroche físico y la salida vertical ofensiva. No ha sido un modelo perfecto, porque hemos fallado antes los equipos inferiores en la clasificación, contra quienes hicimos algunos petardazos imperdonables.
Sin embargo, hemos competido feroz y exitosamente frente a los rivales de la parte alta de la tabla, tanto en liga como en copa y supercopa, con éxitos que parecían olvidados entre la parroquia zurigorri.
Quizá se le puede achacar cierta falta de flexibilidad en su esquema de juego, pero nunca sabremos si eso era exigencia del técnico o capacitación de la plantilla. Además, se dejó algunos pelos en la gatera con el caso Capa, donde la grada abrió un pequeño cisma con su situación.
Pero, con sus pros y contras, me queda una sensación de proyecto inconcluso, donde solo ha disfrutado de una temporada completa, rozando el objetivo europeo hasta la última jornada.
Llegó en enero de 2021 y besó el santo. Consiguió un triunfo inesperado en la Supercopa que le dio gasolina y crédito para enderezar la complicada situación que heredó de Garitano, y consiguió una cómoda clasificación liguera. Además, clasificó para otra final de Copa, además de la pendiente del año anterior.
Lamentablemente, no supimos competir en ninguna de las dos, siendo especialmente dolorosa la perdida frente a la Real Sociedad, donde su apuesta por la veteranía no dio sus frutos. Esa herida ha quedado grabada en el corazón de la afición, que le achacó cierta falta de valentía, no sin razón.
Pero en un balance general, el técnico de Careñes ha sabido trabajar, enseñar, exprimir a una plantilla con algunas carencias evidentes en la zona de creación y sobre todo, en la faceta realizadora. Este Athletic, con un jugador de 15-18 goles, estaría sin duda disputando plazas de UEFA Europa League, y rozando las de Champions. Pero no lo tenemos, y su trabajo lo ha basado de atrás adelante, como se construyen los grandes equipos.
Hemos conseguido 12 porterías imbatidas, cercanas al objetivo de 15 que fijó en pretemporada el asturiano. No ha sido suficiente, pero el crecimiento en el juego colectivo, en algunos jugadores, y la apuesta por algunos jóvenes, como Vivian, Nico Williams, Zarraga y la consolidación de Unai Vencedor y Oihan Sancet son sus principales méritos.
La mejora en el balón parado ha sido también evidente. El buen pie de Muniain ha significado la generación de múltiples ocasiones de gol, tanto erradas como convertidas por jugadores como Iñigo Martínez, Dani Vivian, Raúl García o Alex Berenguer.
Eso ha sido sangre directa a las venas rojiblancas en sus encuentros, ante la evidente falta de puntería de un Iñaki Williams en su faceta rematadora. Pero toda esa escasa precisión contrasta con un excelente y generoso trabajo en ataque, donde sus galopadas al espacio, sus rupturas constantes y su movilidad provocan el pánico en las defensas rivales.
Si tuviera gol, sería un jugador legendario… pero seguramente no en el Athletic. Es como es, y así hay que aceptarle y quererle. Eso sí, tendrá que trabajar duro para afinar esa puntería. Ese será su verdadero récord y no el de partidos disputados consecutivamente.
Pero ya todo esto es historia pasada. Marcelino ya no está. Mi agradecimiento máximo para un gran técnico, de lo mejor que ha pasado por el Athletic en los últimos 20 años, junto con Jupp Heynckes, Marcelo Bielsa y Ernesto Valverde, y desearle la mejor de las suertes en su futuro profesional. Se lo merece.
Se ha integrado como el que más, ha mamado Athletic en Lezama y en toda Bizkaia y ha borrado por completo esa imagen inicial con la que partía por su pasado racinguista y villarealense, con distintos encontronazos. No era de mi agrado, y sin embargo, me ha cambiado de opinión por completo. Eskerrik asko míster!!
Lo que toca ahora es como la película: volver a empezar. Analizar proyectos, ver candidatos, escoger presidente y entrenador… Y volver a empezar. Con ilusión, con apoyo, firme y leal a cualquiera que gane, sin trabas ni palos en las ruedas, para lidiar con una plantilla larga pero desequilibrada en algunas posiciones.
Veremos si se puede reforzar, tanto desde el Bilbao Athletic, con el gran trabajo de un Patxi Salinas, salvando la categoría y puliendo algunos brillantes de la cantera, como fichajes externos, en un mercado sin apenas oportunidades para venir a un proyecto por definir.
Toca volver a empezar… No va a ser fácil, pero el camino sigue y el Athletic no debe parar.
· Por Borja Conde, 'Desmarcado', Socio del Athletic Club y comentarista de Telebilbao
Nosotros somos del Athletic por su filosofía,podemos ganar o bajar pero hasta el final con lo nuestro... El que no quiere que cambie de equipo tiene 1000 de los otros para ser ganadores.
Rafael no digas más tonterías es nuestra filosofía yo no la cambiaría si estas arto de perder pues cámbiate de equipo y te pasas al Madrid joder las chorradas que hay que leer
Hasta que no bajemos a segunda no paramos gracias marche,ruben y todos tus ayudantes
Soy del athletic desde los 3 añitos... Un andaluz de huelva, mi primer partido que recuerdo fue la final de copa donde esnaola en los penaltis nos quito esa copa con el mejor athletic posible luego ya ampliado von las dos ligas y la copa... pues bien dejar de hablar de entrenadores foráneos que son buenos y los queremos , y se integran y cambiar la puñetera filosofía de siglos atras y ganar con los mejores.....porfavor desee el 84 sin un gran título cuando el sevilla ha ganado 6 UEFA league....es de vergüenza seguir con esta chorrada de política que lo único que nos da con seguridad es que final que juguemos final que perdemos y no hace falta que el rival sea,el barça o el atlético de Madrid.. hasta la real o el Levante nos ganarían en las finales..no quiero un athletic perdedor estoy harto quiero verlo ganar y jugar con las mismas armas que los demás. Dejémonos de hipocresías... basta ya por dios!
Apuesto por el futuro de Jon pero me gustaría conocer más el presente, sea D.Deportiva o Míster...es muy importante, más allá de los gustos personales. Ánimo Jon.