Acrobacia electoral: Ernesto Valverde se parte en dos
"Debo partirme en dos: unos dicen que aquí, otros dicen que allá" canta Silvio Rodríguez. A última hora, mientras esperábamos un apellido exótico por parte de las planchas de Barkala y Uriarte, ambos, y al alimón, se han sacado del sombrero un conejo llamado Ernesto Valverde. Corría el tiempo. El conejo y un reloj. Valverde en el País de las Maravillas.
Tras la salida al escenario de Marcelo Bielsa, Barkala y Uriarte necesitaban un entrenador de mucho peso para contrarrestar la locura que en el universo Athletic Club sigue generando el técnico que, por segunda vez, fue capaz de colocar en una final de UEFA Europa League a este "caso único en el mundo".
Les confieso que, aunque a posteriori sea escrito, intuía que Valverde saldría a la palestra a última hora. Lo intuí, casi hasta la veracidad, cuando Bielsa, de manera telemática, regresó de Argentina para decirle al Athletic que, desde aquella salida de 2013, no había dejado de pensar en él.
Santa Fé, Rosario. Barkala y Uriarte se miraron a la cara y se dijeron, "Y ahora qué hacemos". Apelar a la fé; subir a Begoña para rezar el Rosario en la Basílica. No. Ni lo uno ni otro allanaría nuestro camino hacia la presidencia del Athletic.
Fue así que, de la nada, se materializó la figura de un viejo amigo de la casa. Valverde o la 'importancia de llamarse Ernesto'. El 'entrenador que fotografiaba a los leones' cogió su cámara y, a través del objetivo, se vio obligado a mirar al mismo tiempo a Barkala y Uriarte.
Ernesto Valverde, partido en dos a las puertas de ser elegido el presidente de su "Club de referencia". Valverde, ese niño que dos madres reclaman para sí ante la presencia de Salomon. El rey, seriamente exigido, les propone dividir en dos mitades el cuerpo de la criatura. Se miran. Ni Barkala ni Uriarte quieren que Valverde muera destrozado. Saldrá pues, del templo de San Mamés, "aquí o allá" ubicado el leon que se gustaba en ataque junto a su amigo 'Cuco' Ziganda.
Porque si Ernesto Valverde se "parte en dos", en el supremo momento del voto Aretxabaleta saldría beneficiado por la dispersión de la masa social que le entregara su voto a Barkala o Uriarte queriendo, en realidad, abrazar la figura de 'Txingurri'.
Así las cosas, entiendo que l@s soci@s se decantarán por el voto útil en su intento de colocar a Ernesto en el banquillo de la Catedral por tercera vez en su carrera de entrenador.
Barkala y Uriarte, de la mano. Hasta que Salomón, a las puertas del templo, les amenace con partir en dos esa 'criatura' que los dos reclaman suya. Cederán, como está escrito. Falta por saber quién de los dos se llevará el 'conejo al agua'... mientras Marcelo Bielsa lo contempla todo con su divina presencia.
Totalmente de acuerdo, Juancho. Uriarte se retira en 3,2...
Uriarte,te vas a retirar para no dividir los votos de Valverde,!pillín! Bielsa zurekin!