Cádiz, denominada cariñosamente como 'La Tacita de Plata', está siendo de oro para el Athletic Club en las tres últimas temporadas de LaLiga Santander, les hablo de tres visitas que ha despachado con un pleno de triunfos y, lo que es aún más sorprendente ante la manoseada 'falta de gol' de los bilbaínos, con 11 goles marcados en la meta amarilla.
Los 4 últimos tantos los anotó esta jornada, en la que repitió el resultado de hace dos cursos, un 0-4 incontestable. Dos goleadas separadas por otra inconclusa, ya que la campaña anterior el Cádiz CF apretó hasta el 2-3 final el 0-3 con el que se adelantaron los rojiblancos a la media hora.
Sea como fuere, el ahora llamado Nuevo Mirandilla está dando al Athletic pingües beneficios muy alejados de los disgustos que recibe en San Mamés últimamente contra el equipo amarillo, que se llevó los seis puntos de los dos últimos envites en La Catedral gracias a sendos 0-1.
El marcador fue corto para unos merecimientos que fueron sobrados el lunes del Athletic...
Porque el 0-4 pudo haber sido un 0-6 o un 0-8 -por poner unas cifras- ante la superioridad visitante y la flojera local. Baste recordar, en ese sentido, que Iñaki Williams falló un penalti con 0-1 en el marcador y que a Oihan Sancet se le anuló un gol, con 0-2, difícil de entender con el VAR en activo.
En todo caso, la lectura rojiblanca del choque en el Nuevo Mirandilla no puede ser más positiva desde todo punto de vista. Porque la goleada fue producto del juego, del enorme dominio que ejerció el Athletic sometiendo continuamente al Cádiz en su mitad de campo.
Los jugadores respondieron a la petición de ambición solicitada por Ernesto Valverde en las horas previas y el técnico mantiene la apuesta por el 'rock and roll' que demandaba el nuevo presidente, Jon Uriarte Uranga, en la campaña electoral de los comicios que acabó ganando.
Por 'rock and roll' se entiende presión en campo rival y jugadores creativos, ofensivos y ambiciosos sobre el terreno de juego. Y por tercer partido seguido, los tres que se llevan jugados, el Athletic encajona todo lo que puede al contrario en campo rival y cuenta con la pareja Oihan Sancet-Iker Muniain en el centro del campo para abastecer a tres delanteros.
Como consecuencia, 7 puntos de 9 posibles y un puesto en la tabla en Liga de Campeones.
Obviamente es muy pronto para hacer valoraciones de mayor enjundia y además el calendario ha sido benévolo para los 'leones', pero, para empezar, el Athletic está respondiendo a la exigencia europea explícita de sus nuevos dirigentes.
Sobre el césped, esos números se apoyan en un inicio sobresaliente de lo que Valverde denomina "estructura" defensiva para sostener el juego ambicioso más arriba. Unai Simón ha arrancado casi perfecto, a pesar de no haber podido disputar ni un minuto en la temporada por una lesión en un hombro, y, sin duda, vive su mejor momento como meta del Athletic. Al nivel de sus mejores actuaciones en la selección.
Por delante, los mejores en el arranque bilbaíno están siendo los centrales y el medio centro defensivo. Yeray Álvarez y Dani Vivian están provocando que nadie se acuerde del lesionado Iñigo Martínez, y Mikel Vesga, un futbolista muy discutido hasta ahora, es el que más les ayuda para echar al rival a su campo.
Algunas pérdidas le afearon en el primer partido, el 0-0 ante el Mallorca, pero, solucionado ese aspecto, Vesga es la gran noticia del Athletic en lo que va de curso. Tanto que ha oscurecido un tanto la gran novedad táctica de Valverde.
La de juntar por dentro a Muniain y Sancet, dos peloteros con alma de delanteros a los que anteriormente dejaban en un costado -Muniain- o en punta -Sancet- por las exigencias defensivas del centro del campo.
Con ambos más retrasados, el Athletic corre riesgos pero gana balón para abastecer a una delantera que quizás sea la línea que menos bien ha empezado. Los fijos Alex Berenguer e Iñaki Williams no han estado finos a pesar de sus tres goles, dos el navarro y uno el bilbaíno, y solo la salida de Gorka Guruzeta, un jugador que apuntaba a residual, destapó, con un doblete, el tarro goleador de los rojiblancos.
Por cierto, no debió quedar el técnico muy contento con Asier Villalibre en el debut, ya que le quitó antes de cumplirse la hora de partido y ya no ha vuelto a sacarle al césped.
Al contrario, el pequeño de los Williams, Nico, arrancó de suplente y, aún sin excesivo brillo, apunta a titular claro si exige tanto a los rivales como hizo, por ejemplo, en Cádiz, 'La Tacita de Plata' que es de oro para el Athletic las últimas temporadas.