Falsedades en un mundo al revés. Sobre 'la mentira de Iker Muniain' y el 'caso perdido' que supondría convertir una de las dos plazas del 'medio campo' en la 'zona de confort' de Ohian Sancet. Cuando Joaquín Caparrós lo hizo debutar a la tierna edad de 'los 16', Muniain era un pequeño duende ubicado en el ala izquierda del centro del campo del Athletic Club.
Dentro de su 1-4-4-2 indiscutible, Muniain partía de inicio como el centrocampista que no era utilizando su pierna derecha en el universo de los zurdos. Y así fue, despegándose de la línea de cal cuando el balón empezaba a rodar, con el técnico de Utrera, con Marcelo Bielsa, con Ernesto Valverde, con Ziganda, con Berizzo, Gaizka Garitano, Marcelino García Toral...
Su estratégica posición. Esa que a la gente le hizo exclamar: "En el centro de la media punta, donde siempre había jugado; ese lugar en el que Iker rinde genial y le permite crear". ¡Que no, que no, que Muniain regresa al lugar que jamás había sido suyo pero que durante el juego siempre visitaba! La casa que ahora habita se la ha 'arrendado' Ernesto Valverde, un técnico que, a 'grandes males', estaba obligado a aplicar 'gigantes remedios'.
De tanto 'roturar' la franja derecha de la 'huerta', Nico Williams ha terminado provocando una sacudida sísmica en el sistema que maneja 'Txingurri'.
Al asentarse, 'primera plana' tras la reciente 'erupción de Braga', ha provocado el definitivo desplazamiento de Alex Berenguer a esa banda izquierda que el 'navarrico' reivindica cual "patio de mi recreo". Si estuviera vigente el 1-4-4-2 de Marcelino García Toral, Iker Muniain no tendría cabida al no ser ni medio centro ni segundo delantero.
Pero como el agua pasada de Marcelino no mueve el molino de Ernesto, el actual míster del Athletic ha dado un triple salto mortal. Al caer de pie luego de su ligero vuelo, ha sido consciente del milagro que se había gestado mientras no tocaba suelo.
Oihan Sancet, de segundo delantero con Marcelino, a medio centro ofensivo pasando por el centro de las tres 'media puntas', estratégico lugar que ha pasado a los pies de Muniain, ese que apenas lo había pisado de inicio. Y he aquí, por fin, esa revolución que 'mi mundo' tramaba y no conseguía triunfar.
Un Valverde valiente ha colocado a Sancet en el centro de la medular acompañando a ese centrocampista al que se le dice 'posicional' o defensivo.
Cuando 'lo suyo' aún era promesa, le pedíamos a Oihan que fuera consciente de las labores que conlleva esa 'golosa' posición de ser 'guía' en tiempos de paz y "bala feroz al centro del combate" cuando la guerra se declare. Muniain y Sancet comienzan a entenderse", me sugería mi compañero Asís Martin como 'tema de trabajo'.
"Condenados a entenderse", diría yo, como todos los futbolistas a los que el talento se les escapa por los ojos. Todo era hermoso. Todo era bello. Hasta que la irrupción revolucionaria de Ander Herrera termine 'alterando' el 'idílico sistema' de Ernesto Valverde.
• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista