Existen en LaLiga Santander rivales hechos a la medida de los 'buenos' entrenadores. Los 'verdaderos'. Esos que dirigen 'clubes grandes' [como el Athletic Club] pero 'menores' en el concierto de una liga universal. El Athletic visitaba a esa escuadra, el FC Barcelona, que el añorado Joaquín Caparrós comparaba con la "consulta del dentista. "Al dentista visitamos"...
Vayamos con los antecedentes. 'Datos objetivos', que diría el asturiano Marcelino. Imprescindibles para que la persona que esto lee no olvide que cada palo debe aguantar su vela. Y si es el técnico del Athletic, miel sobre hojuelas, aunque la verdad amargue. Si obviamos el escenario y nos centramos en el rival, recuerdos de ese partido maravilloso que abría la liga [2021-2022] en San Mamés.
Terminaría empatando [1-1] Depay, pero el duelo resultó fantástico. Una Supercopa de lujo sin paseo de la Gabarra por la Ría. Hemeroteca suficiente.
O sea que Marcelino sí era capaz de meter en cintura al gigante blaugrana. La final de Copa fue un episodio que no aporta nada a este relato porque el Athletic estaba bien servido. Marcelino García Toral y su virtuosismo, casta mediante, para no permitir que a sus jugadores les hicieran daño. Tácticamente, a la altura de los más grandes. Vayamos con los 'datos' que nos deberían aportar la luz suficiente como para ver y entender.
A este FC Barcelona, del que Valverde no supo librar al Athletic en una noche de desolación, se ha enfrentado el 'Rayo' de Andoni Iraola en tres ocasiones desde le fuera entregado la temporada pasada. En la [2021-2022], los de Vallecas le metieron mano a base de bien a ese equipo que solo cuando se enfrenta a nosotros se le tacha de 'invencible'. Dos victorias por la mínima y sin recibir gol.
En el choque que abría la Liga Santander, Iraola fue capaz de librar de todo mal a su equipo en el Coliseo blaugrana. Un empate sin goles que nos sirve para cotejar el 'sangrante' libro de visitas en el que Ernesto Valverde terminó estampando su firma tras permitir que a su equipo, ¡al nuestro! [Athletic gu gara], el Barcelona lo 'manteara' cual 'pelele' del cuadro de Goya y Lucientes.
Cual evangelista que relata una pasión en la que él no está involucrado. Hablando siempre en plural como el que quiere cuidarse de sí mismo. 'Defensa muy adelantada' para poder presionar en bloque las embestidas del 'enemigo brutal'.
Líneas horizontales y también rectas. A partir del sistema ideado, el espanto de contemplar cómo de torcido puede llegarse a escribir cuando los músicos observan a su maestro. Sin batuta en la mano. Brazos caídos. ¿Y ahora qué hacemos? me pareció leerle en los labios a todos y cada uno de los leones. Luego del desastre al sur de Madrid, el viento nos acercaba a los ojos ese libro de Táctica que nunca fue 'manoseado'.
Jamás me he levantado de mi asiento de socio antes de que un partido del Athletic concluyera; nunca, apagado la televisión antes de tiempo. Uno, dos, tres... Cuenta hacia adelante. Que no se detenga la fusta, que mi cuerpo tocó ya el umbral del sufrimiento. Porque debo ser más fuerte que todo dolor aguantaba el tipo en un lugar recóndito de mi villa jarrillera...
"Ellos nos han castigado duro". "Ah, lastima, esos goles tan rápidos". Valverde, utilizando un plural en el que poder confundirse luego de no haberse confundido ni un ápice porque los dispositivos tácticos de los que no se sirvió no llegaron a ser ideados en su conciencia de ¿excelso entrenador? "Hemos sufrido por todos los lados".
Ya, hasta Mel Gibson se estremeció siguiendo el partido por internet. Y para 'dar muerte' a una sabiduría que nunca llegó a nacer: "Pretendía reforzar el medio campo con Vesga, Herrera y Zarraga... pero han puesto a cuatro jugadores juntos ahí y eso me ha sorprendido".
Lo que a mí me sorprende, y me duele en el alma, es que Ernesto Valverde no proteja a esta manada de leones que a su cargo hemos dejado los que al Athletic amamos porque se apagó ya el sueño de vestirnos de corto, como Iribar... ¡cómo Txetxu Rojo!
• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista