"El tiempo es ese juez insobornable" repetía desde su púlpito José María García, y en el caso de Unai Núñez parece que hay un cambio de tendencia hacia él en Vigo. Si en Bilbao se recibía como una bendición el acuerdo rubricado en julio para la cesión por parte del Athletic Club del defensa vizcaíno al Celta, entente que podrá ser prorrogada para la temporada 2023-2024 con una opción de compra obligatoria por 7 millones de euros, ahora llegan vientos contrarios desde Pontevedra. A lo que habría que ver cómo le pueda afectar o cambiar el rumbo la más que posible salida de Iñigo Martínez de Lezama.
Unos querían un buen defensa y otros dar salida a un jugador algo quemado en Bilbao. Ni el zaguero de Portugalete jugaba todo lo que él quería y creía merecer (opacado por Yeray, Vivian e Iñigo Martínez) ni parte de la grada de San Mamés le miraba ya con ojos comprensivos cada vez que no le salían las cosas. Su partida fue un win to win rematada además con la acogedora guinda de que él tiene familia que le arrope en Galicia.
Su exentrenador argentino, Coudet, le tenía como uno de los jugadores de campo indispensables. Eso sí, trabajando mucho en la salida de balón porque el equipo celeste gusta de sacarla jugada desde atrás. También preocupaba que a veces se precipita en las anticipaciones y sale mucho lejos del área, lo que es peligroso porque el carrilero de su lado, Javi Galán, también sube mucho.
Como ocurría en San Mamés se le achaca que su fallos se ven mucho y cuestan goles
Según cuenta Santi Peón en Deportes COPE Vigo, por el entorno celeste no parecen estar ahora mismo muy contentos con Unai Núñez, por el que "no quieren abonar las cantidades pactadas con el Athletic en el pasado verano", apunta.
Es un central normalito que si le pides sacar el balón jugado las prepara. También le cogen la espalda con facilidad. Solo brillaría en un equipo que juegue balones en largo y defienda con la línea muy metida en su área. Es bastante limitado.
Es un paquete