Está claro que el llorado Txetxu Rojo dejó huella por allí donde pasó. El legendario jugador del Athletic Club fue un verdadero 'One Club Man', sólo defendió los colores como futbolista del conjunto de San Mamés. Pero, sin embargo, como técnico tuvo una trayectoria que le llevó por diferentes ciudades en las que lógicamente también se han acordado de él con motivo de su fallecimiento. Un caso claro es el del Celta. En Vigo han recordado que el míster del barrio bilbaíno de Begoña ascendió a los celestes a LaLiga Santander en 1992 y encima les llevó al subcampeonato de Copa del Rey en 1994.
Uno de sus pupilos en el conjunto gallego fue el portero internacional Santiago Cañizares, hoy en día metido a labores de comentarista y entertainment, que ha querido contar una bonita anécdota personal para resaltar el carácter particular del genio bilbaíno.
Cañete habló de Txetxu Rojo, al que calificó de "gran persona" y del que dijo que nunca olvidará por el trato que le dispensó cuando coincidieron en el Celta de Vigo en la primera mitad de la década de los 90.
"Se ha ido un grandísimo futbolista, un buen entrenador, pero, por encima de todo, un gran tipo que tuvo un detalle conmigo en un momento crucial de mi vida y que jamás olvidaré", dijo a 'EFE' Cañizares.
El que fuera portero del Valencia, Real Madrid y la Selección Española, entre otros equipos, recordó un episodio personal que narra en su biografía y que sucedió al poco de llegar al Celta en la temporada 1992-93 y que tuvo como protagonista al mítico jugador del Athletic, que en aquel entonces dirigía al club vigués.
"Recién llegado al Celta, en septiembre, tuve un problema familiar de índole económico que suponía perder la casa familiar por una deuda de tres millones de pesetas (18.000 euros) y mi padre recurrió a mí. Pedí ayuda al club en modo de un adelanto para resolver el tema, pero no se atendió mi petición, aunque esta situación llegó a oídos de Txetxu Rojo", recordó Cañizares.
"Txetxu, que apenas me conocía desde hacía unas pocas semanas, me llamó a su despacho y, de sopetón, me ofreció un cheque suyo personal con la cantidad que yo necesitaba".
"Me dijo que no me quería tener en el equipo con problemas extradeportivos y que resolviera la situación. Lo hizo sin marcarme una fecha de devolución del dinero, pedirme documentación o hacerme firmar un papel", rememoró Cañizares en su biografía.
El ex futbolista manchego envió el dinero a su padre y la ejecución bancaria se paró de inmediato, con la coincidencia de que poco después, en octubre, cobró de la RFEF prácticamente esa misma cantidad en concepto de las primas por el oro de los Juegos Olímpicos, por lo que pudo retornar a su entonces entrenador la cantidad que le había prestado.
"Desde aquel momento, yo beso por cualquier sitio por el que deba pasar Txetxu Rojo", cerró Cañizares el capítulo del libro en el que recordaba aquel gesto del que considera "alguien especial, muy humano y un grandísimo deportista al que tuve la inmensa fortuna de cruzarme en mi vida".
Que grande como ser humano,y que triste lo del club, no me lo puedo creer.