Marcelo Bielsa ilumina a De Marcos en los cuadros alegres

Faltaban cinco 'tantos' para que el Athletic Club levantara la tablilla 22 y, sin embargo, para pasmo del que esto escribe, el juez del partido se acercó al banquillo del Athletic para levantar los brazos de Valverde en señal de victoria de su equipo. 17-2. Tan obsesionado con los saques de esquina el Athletic como su afición. Si para marcar goles no le daba tanto córner, algún tipo de beneficio habrían de sacar a la postre los leones.

Llegar a 22, por si, en caso de empate a goles, la prolongación no tenía lugar, ni, en última instancia, los penaltis. De otro modo no se entiende ese empecinamiento en llegar y llegar al área del RCD Espanyol sabiendo que todo balón se perdería por la línea de fondo repelido por la última barrera de contención. No se remataba. No habría gol. Todo era una sucesión de tantos buscando el 22 definitivo.

No era el Frontón Bizkaia de Miribilla. Era San Mamés.

Por los bajos del graderío los corredores de apuestas se agitaban más que nada por matar el frío de una 'tarde noche 'de leones', que no de perros. De Marcos, Vivian, Yeray, Yuri Berchiche: zagueros que 'lo devolvían' todo. Se trataba de que los delanteros 'terminaran' el tanto en los 'cuadros alegres'.

Un partido de serie en el que los periquitos terminarían cediendo por el abusivo trabajo de su oponente. Uno tras otro. ¿Impotencia o logro? ¿Fracaso o triunfo? Era tal el derroche que San Mames optó por silenciar su incredulidad. "De algo servirá colocar tantas veces el balón en la media luna custodiada por el banderín".

Por si acaso, por aquello de que imponerse a la hora de acumular saques de esquina careciera de un valor añadido, el Athletic se curó en salud anotando un gol que disipara toda duda al final de la contienda. Atacando en 30 X 68, se trataba de que alguien rompiera la horizontalidad establecida.

Fue cosa de Marcelo Bielsa...

El 'Loco' viajó al futuro para modificar la rigidez táctica a la que Valverde tenía sometido a su pupilo Oscar de Marcos. "Le digo que al atacar no entre por dentro; que no me rompa el equilibrio táctico tratando diagonales". La voz del Loco pudo más. Fue así que Oscar se convirtió en 'Desmarques' atacando los espacios, apareciendo en ellos por sorpresa. Zarraga, taconazo de Sancet, De Marcos, aquel animal que domesticaba el loco de Rosario surgió de repente para plantarse delante del arquero perico y fusilarlo.

Cuando la aparición por sorpresa se impuso a la rigidez a la que le somete Ernesto Valverde. "Me puse a gritar [como un Loco], pero no recuerdo lo que dije", habría de rememorar el de Laguardia al final de la partida. El Athletic tenía lo que quería. Se había puesto por delante y seguía acumulando saques de esquina por aquello de evitar la prórroga y los lanzamientos desde el punto de penalti. Dicen que los leones han provocado 134 córners sin sacarle el partido de un solo gol. ¿Para qué sirven los córners, Ernesto? ¿Para llegar a 22 y dar por finalizado el partido?

Habría de ser en el último tramo del choque cuando el partido se calentó de una manera notable. Con todos los guarismos a su favor, gol, córners, disparos, posesión y algún logro más que anotar, Valverde pensó que guardar la viña no era cosa buena. Como invadido por el espíritu de Marcelo Bielsa, dio entrada, entre otros, a Iker Muniain y Ander Herrera.

Oscar de Marcos ya había cumplido con el cometido que le inculcó en su día el de Rosario. San Mamés se disponía a disfrutar con la 'clarividencia' de Muni y Herrera en los 'cuadros alegres'. Iker y Yuri haciendo un rondo en la banda izquierda. Ander Herrera cayendo a la banda derecha para dar equilibrio en el juego de posesión.

Fue poco el tiempo que el 'hijo de Herrerita' tuvo para deleitarse y deleitarme.

¡Para deleitar! Un poco de Herrera es mucho. ¡Qué será cuando un mucho de Herrera lo sea todo! Cuando vuelva a ser el orfebre que se gustaba puliendo los retablos de la Catedral. Cuando el medio centro que generaba fútbol en el 'Athletic de Bielsa' recupere sus 'constantes vitales', San Mamés deberá estar preparado para experimentar sensaciones fuertes. Y tal vez suceda lo que con George Best, el genio de Belfast, sucedía...

Dicen que, a punto de acabar uno de sus partidos, llevando de la mano un padre a su hijo en busca de la puerta de salida, el niño le instó al adulto: "Papa, papá, espera, espera, que 'Ander Herrera' tiene la pelota en sus pies". George Best y Ander Herrera. Jugadores del Manchester United ambos. Old Trafford. Ese teatro en el que el Athletic soñó tan profundo como la mente de Fernando Pessoa fue capaz de imaginar. Sueña, sueña, soñemos, que el Athletic ya está en 'cuartos'.

• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista