Éste primero de febrero ha resultado ser un fin de semana de alegrías para el Athletic Club, que llegaba a él decaído de ánimo por la mala racha liguera en la que se encontraba, de solo dos puntos en los cinco últimos partidos, los tres últimos derrotas, y ya más alejado de los puestos de Liga de Campeones en los que pasó plácidamente el parón del Mundial que de los de descenso.
Esa situación contrastaba con la que vivía en la Copa del Rey, en la que está en semifinales y con el mejor de los sorteos posibles, ya que evitó en esa penúltima eliminatoria a FC Barcelona y Real Madrid, que también estaban en el bombo, y se medirá a CA Osasuna con la vuelta en San Mamés.
Pero este 'finde' era de liga y en LaLiga el bajonazo rojiblanco era tremendo...
Ya que los 'athleticzales' habían pasado de ilusionarse con la Champions, en cuyos puestos estuvo su equipo en varias jornadas en el primer tercio de la temporada, a verse a ocho puntos de tan privilegiadas posiciones. Más lejos de los siete a los que estaba del descenso tras perder en la jornada anterior en Vigo.
Incluso se le habían marchado a una distancia peligrosa las Europa y Conference League, que le quedaron a cinco puntos tras caer ante el Celta de Vigo justo en el último partido de la primera vuelta del campeonato.
Pero lo ocurrido este fin de semana le ha cambiado de nuevo la cara al Athletic, que, además de responder en casa en un choque frente al Cádiz CF que hasta el comedido Ernesto Valverde calificó de "vital", vio como se le concatenaban hechos y resultados a cual mejor para sus intereses.
El primero fue la goleada propia al Cádiz (4-1), la segunda del curso tras el 0-4 de la primera vuelta en el Nuevo Mirandilla. No merecieron tamaño castigo los de Sergio González, pero sucumbieron al tremendo acierto de Sancet (tres goles), la 'perla' que viene para apuntalar, junto a Nico Williams, un sólido futuro en el Bilbao futbolístico.
No fue baladí que los 'leones' recuperasen la fiereza con la vuelta de Valverde al plan que tantos réditos les dio a principios de curso y que, no se sabe muy bien porqué, abandonó por otro que ni gusta ni le ha dado resultados.
El técnico volvió a juntar de inicio a Sancet e Iker Muniain y el fútbol fluyó ante el Cádiz como cuando en el arranque de la temporada endosó otros cuatro tantos al propio Cádiz, al Elche también a domicilio y al Almería ya en 'La Catedral'.
Tres puntos tranquilizadores para no pensar en mirar para abajo, pero que no le solucionaban muchos al Athletic en su pelea europea porque, en principio, la jornada se presentaba más como para contener la sangría que para avanzar ante las citas de su rivales directos, Osasuna, Rayo Vallecano, Real Betis y Villarreal.
Y no dejaron de llegar buenas noticias para el Athletic, desde el empate del Espanyol a un Osasuna que se había adelantado (1-1) hasta la derrota del Betis en el Villamarín contra el Celta en un partido loco (3-4), pasando por la primera victoria de la temporada del Elche ante el Villarreal (3-1).
Tres resultados que vuelven a acercar al Athletic a las plazas europeas, que tiene ahora solo dos puntos...
Hasta el tropiezo del Atlético de Madrid con el Getafe en el Metropolitano fue bien visto en la capital vizcaína, porque eso le deja al conjunto bilbaíno a seis puntos de la Champions. Que es una distancia seria, pero no imposible como parecían los ocho puntos anteriores. Y del descenso, que marca precisamente el Cádiz, el Athletic se ha vuelto a ir a diez puntos. Hacía ahí no parece que vaya a mirar en las próximas jornadas.
Aunque todavía le quedaba al Athletic una alegría más por recibir, más inesperada aún: los goles de Villalibre. El 'Búfalo de Gernika' (25 años), eterna esperanza de relevo de Aritz Aduriz en la punta del ataque rojiblanco, recaló en Vitoria de nuevo cedido ante la falta de oportunidades en Bilbao y a su llegada a Mendizorroza en solo media hora enganchó un 'doblete' para resolver el derbi ante el Eibar.
Dos tantos con los que Villalibre recordó su perfil de jugador: delantero polivalente, rematador en el área y generador de oportunidades fuera de ella. Ayer mostró parte de su catálogo: el primer gol, un cabezazo difícil y peleado en el área pequeña propio de un ariete; el segundo fue más de un fino estilista, al espacio y resolviendo con solvencia en el mano a mano con el meta rival.
Si persevera en esas acciones, cuando vuelva a Bilbao el 'Búfalo' tendrá un '9' esperándole. Queda mucho para eso, pero, de momento, el delantero vizcaíno comienza con buen pie su etapa en el Alavés.
Una alegría para el Athletic, una más en un fin de semana que hubiese firmado y que le tornan el ánimo más al del equipo que va viento en popa y a toda vela en Copa que al alicaído por su última trayectoria en liga. Que ha cortado al estilo del comienzo de curso: con el 'rock and roll' que ofrecen Sancet y Muniain juntos y goleando a los equipos de la parte baja de la tabla. ¿Lección para el futuro?.