Febrero le ha sentado bien al Athletic Club, arrancada la segunda vuelta han regresado las buenas noticias a Bilbao. Cádiz CF y Valencia CF han cedido al envite de los de Ernesto Valverde, dos dolores de muelas en otras temporadas han dejado un balance de 12 puntos para el cuadro rojiblanco.
El viaje a tierras mediterráneas tenía un contexto especial, Valencia CF y Athletic Club cierran un ciclo de cruces de doce meses en dos competiciones, no se verán las caras en la liga hasta la temporada 2023/24, siempre que el equipo de levante haga los deberes pendientes.
Después de la hiperbólica victoria en las semifinales de Copa con Bórdalas a los mandos, la travesía che en el desierto persiste. Del electroshock provocado por el trallazo de Guedes en las dos entidades queda poco, las declaraciones del bueno de Voro suenan a demanda de auxilio y el valencianismo cruza los dedos para que la temporada no repercuta en algo más que un equipo en busca de identidades y liderazgo.
En clave Athleticzale es imposible olvidar el cariño y apoyo que recibe el Club lejos de casa, nunca falla la afición rojiblanca, en especial sus Peñas en la distancia. El sentimiento en tierras valencianas se refuerza con la nueva Peńa Cruz Cubierta, Zorionak.
El tiempo transcurrido le ha sentado mejor al equipo rojiblanco que ha utilizado estos 365 días en asentar un once de garantías, donde, como en todos los equipos rentables deportivamente hablando empiezan a destacar media docena de nombres propios.
Para la afición bilbaína y para Luis de la Fuente presente en Mestalla, el partido dejó varios apuntes positivos en la libreta. El nuevo seleccionador se frota las manos viendo las evoluciones del triángulo que forman el mejor Simón con los dos centrales rojiblancos, Vivían y Yeray hacen de hormigón el área pequeña si es necesario sin renunciar jamás a un manejo valiente de los tiempos e incorporaciones cruzando líneas si es menester.
Y en los carriles del 8 y del 7 será difícil no caer en la tentación que Marcelino y Valverde ya han catado, la pareja que forman Nico y Oihan convierten el bloque alto rojiblanco en un martirio para las defensas de perfil izquierdo con llegadas imprevistas de difícil desactivación. En este blog sentimos debilidad por las evoluciones de Sancet, los que hemos visto su trabajo diario sabemos que sólo hace lo que está acostumbrado a poner en práctica cada mañana en el patio Lezama.
Este quinteto de nivel internacional está asentando su fútbol, imponiendo su calidad, sus prestaciones y acelerando a la vez las del bloque que forman con sus compañeros, acompañados por la madurez y saber hacer de De Marcos y Muniain (lleva el diez de ley), de la luz al final del túnel de Yuri, por la solidez de Vesga y por el motor de mil tiempos de Iñaki, como se ha echado de menos la profundidad que da al dibujo rojiblanco el mayor de los Williams. Será clave la disponibilidad de esta decena de futbolistas en el futuro inmediato de la tropa de Valverde.
Toca seguir persistiendo, llega el fuego real, los relevos necesarios serán más intensos y tienen que permitir barbechos en el minutero al eje competitivo, seguro que Berenguer, Zarraga, Raúl, Lekue, Dani, Herrera, Iñigo o el mismo Vencedor están a tiempo de alargar el fondo de armario de una plantilla que va necesitar a todos los efectivos de aquí al cierre del telón el 4 de Junio.
Podemos hacer diferentes lecturas, lo dijimos al cierre del 2022, las buenas noticias para la primera plantilla masculina del Athletic Club eran mayoría.
Ahora vemos de nuevo a cualquier rival asequible, desde mi punto de vista estos futbolistas se han ganado el derecho a ilusionar a la afición y a confiar en ellos por cuarta temporada consecutiva, quedará alguna helada por amanecer pero los brotes verdes de otras primaveras empiezan a tener firmeza, así que toca disfrutar del trayecto.
PD: al escribir estas líneas me confirman la grave lesión de Ibai Asenjo el sábado en Urduliz defendiendo la camiseta del Basconia. Todo el ánimo posible, el obstáculo es magno pero Ibai ya ha demostrado que puede y sabe volver, tanto talento merece un nuevo esfuerzo.
• Por Aitor Elizegi, expresidente del Athletic Club