Cuando el rival es superior al Athletic
Cuando no hay fingimiento. Cuando todo es como parece. Cuando cada equipo está autorizado a poner las cartas de su fútbol sobre el tapete y no le hace ascos a su derecho. Atlético de Madrid vs Athletic Club en el Metropolitano. La gente sigue exigiendo que los leones regresen a casa con su pieza cobrada entre los colmillos. Sin hacer distingos en el dónde y contra quién. Desde el FC Barcelona hasta el Elche CF pasando por el equipo que le toque en suerte cada jornada.
Tras derrotar de seguido a Cádiz CF y Valencia, el universo Athleticzale se pedía para sí dar buena cuenta del equipo dirigido por el hombre de negro, por Simeone el entrenador inquietante. Como si el "no hay dos sin tres" fuera una sentencia más poderosa que la auténtica valía de los dos equipos en liza. ¿Atlético de Madrid? ¡Ba, un conjunto asequible! ¿Metropolitano? ¡Ba, el escenario perfecto para seguir escalando en la tabla!
"Salvo si físicamente volamos". Sólo "volando", o "mientras volamos", seríamos, seremos capaces de tutear, e, incluso, superar, a equipos que tocan el techo de la Liga Santander.
El término 'volar' lo extraigo de una toma de contacto con mi compañero Asís Martin. Acababa de leer el análisis de 'los desmarcados'. Una perífrasis continuada. Como si asumir la realidad, sencilla, simple, tozuda, nos diera vergüenza. Como si nos escandalizara ver cómo nuestro Athletic es desvestido por su rival hasta terminar el partido desnudo.
Todo era hermoso. Todo era bello. Paraíso terrenal de San Mamés y Mestalla. De repente, el 'partido de la ciencia', el del 'bien y del mal'. Al Athletic le bastaba con rechazar el fruto, por prohibido. Tan fácil como eso. ¿Tan fácil? Pero... ¿Sabemos realmente lo que somos y contra qué equipos nos medimos?
"Sólo si volamos". El ser humano no está para sí mismo capacitado. Tal vez en sueños. Cuando surcamos los campos de la Liga Santander sin pisar la hierba. Cuando Bob Beamon en México 70 durante 8,90 metros. El Athletic "esta obligado a competir de igual a igual con todos los grandes hasta someterlos". Cuando esto no sucede. Cuando los leones son derribados y se derrumban, cuando terminan derrengados debido al vapuleo técnico, táctico y físico recibido, en vez de decir, "Si, así ha sido; si, el Atlético de Madrid es muy superior al Athletic", buscan el defecto propio en vez de la virtud ajena.
Mientras al Athletic las fuerzas le asistían, es decir, mientras era capaz de "volar", el tuteo era el trato constante entre el 'fundador' y el 'fundado'. Meritoria primera parte.
Pero es que ¡90 minutos en el Metropolitano son muy largos! Comenzó el segundo acto con el Athletic volando a modo de Icaro sobre el Laberinto colchonero. Pero como el Mito impera, de los hombros del gran león la cera, derretida, cedió, y con ella, las alas. Fue entonces cuando el Athletic se dio de bruces y fue obligado a un cara a cara con esa bestia horrible, con ese Minotauro que a veces viste de blaugrana, otras, de blanco merengue, y en esta ocasión que nos ocupa, de colchonero disfrazado.
Cuando la fatiga le provocaba indefensión, el Athletic se miró los dedos por aquello del hilo atado que le conectara con el ovillo o 'Club' que Ariadna sostuviera en su mano. Sin ese hilo poderoso y salvador, no hay Teseo que valga. Atrapado en el Laberinto del Metropolitano, los leones, uno a uno, once a once, se convirtieron en 'carne fresca' con la que se dio un festín la bestia colchonera.
En fin, que el Athletic perdió porque el Atlético de Madrid, de uno en uno y en conjunto, fue, es, muy superior. Tal vez si le fuera lícito volar durante todo el partido. Mientras tanto, ¡y ya van!, al final de la partida, de seguido al pitido de Juan Martínez Munuera, veremos a un hombre de negro perderse, dando saltos, por el oscuro túnel de su vestuario. "Rojo el hocico y pavorido / a sus negras entrañas": ¡Simeone!
• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista