Que la semifinal de Copa frente a Osasuna no distraiga al Athletic del Girona

Es evidente y notorio que se empieza a paladear en el ámbito del Athletic Club la cercanía del partido de ida de la semifinal de Copa del miércoles 1 de marzo ante el CA Osasuna en El Sadar. Ya solo queda una semana para verse las caras con la escuadra de Jagoba Arrasate y Bittor Alkiza en Iruña, pero esa ilusión por alcanzar la tercera final copera de las cuatro últimas no debe ocultar que el Girona FC de Michel Sánchez visita este domingo San Mamés.

Después de dos triunfos en fila la derrota ante el Atlético en el Metropolitano ha devuelto a los de Ernesto Valverde un poco a la casilla de salida. Como en los últimos años el equipo vizcaíno no puede con los grandes escenarios y se aferra a ganar en Bilbao a conjuntos menos sonoros para mantener viva la llama europea.

Y por eso sería un error y un descalabro descentrarse ante la llegada de los albirrojos, que vienen de meterle 6 al Almería, a la Catedral en horario de restaurante (14.00 horas). Un rival que no olvidemos le sacó los colores en la primera vuelta al Athletic el 4 de noviembre en Montilivi con una fea y merecida derrota por (2-1).

Un partido en el que los locales fueron mejores. Unai Simón mantuvo a los leones en el partido antes de que David López, de cabeza, e Iván Martín, en un contragolpe, situasen con dos tantos de ventaja a los gerundenses. Ya con todo perdido, el Athletic se desmelenó, recortó distancias con un tanto de Gorka Guruzeta. No sirvió para puntuar.

Suele ser habitual (y humano) que la llegada de una gran cita genere un criterio selectivo que opaque cualquier otro esfuerzo, pero un vistazo al calendario debería ser un buen aviso. Tras la visita de los catalanes a los de Valverde les toca darse una vuelta por Vallecas, con el Rayo Vallecano de Andoni Iraola en puestos europeos, y recibir a un Barça líder que aún sin Enríquez Negreira en nómina va camino de ganar esta liga con más de 100 puntos.

Y por último, pero no por ello menos importante, recordemos lo que decía Marcelino antes de las infaustas finales de Copa desperdiciadas en la Cartuja de Sevilla: salvo un fenómeno paranormal como el del Real Madrid en la Champions siempre es mejor llegar a las grandes citas ganando partidos, porque esa propia inercia positiva te da confianza y te lleva a competir mucho mejor.