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Ernesto Valverde celebra su renovación amparándose en la Ley de Murphy

Kuitxi Pérez

Cuando la realidad es burda, por sencilla; cuando barroca es, por enrevesada. Tuvo que retroceder la realidad varias décadas en el tiempo para que San Mamés asistiera a una de aquellas tardes en las que el verde terminaba plagado de almohadillas de la 'Casa de Misericordia' luego de que la 'faena' del Athletic Club fuera valorada con una pitada ensordecedora por parte del 'respetable. Tras la 'Conversación blasfema en la Catedral', se esperaba que Ernesto Valverde se presentara  'en efigie' ante Pitxitxi reconociendo los pecados mortales que como entrenador del Athletic había cometido. Siempre hay una primera vez para todo.

También para Ernesto Valverde, muy dado a escurrir el bulto repartiendo ruedas de molino en sala de prensa tras partidos tan catastróficos como el padecido ante las huestes gerundenses de Michel Sánchez. Lo tenía todo a favor para entregarse a una cura de humildad, para asumir en primera persona la 'canallada deportiva' que había perpetrado a la luz del sol y plena de alevosía. Venga, Ernesto, le animaba la prensa, di la vedad, toda la verdad, y nada más que la verdad.

Ernesto Valverde, con el colegiado Díaz de Mera en San Mamés (Foto: Athletic Club).

Lo tenía 'a huevo'  para quedar como un caballero ante la prensa que le inquiría en nombre de esa impagable afición de su 'Club de referencia'. Uno, que cree en la trasparencia que se esconde tras el velo negro que cubre los rostros recién salidos de la misa funeral que sucede al velorio, esperaba a un 'Txingurri' entregado en cuerpo y alma a las verdades verdaderas.

Un análisis sincero, sin tapujos; un desnudo integral para dejar al aire las  vergüenzas, las suyas, esas con las que había travestido a su gente para llevarla al límite de lo humanamente soportable. Venga, va, de un tirón, sin anestesia; mejor una vez 'rojo' que cien 'colorao'. Confiésate, es lo suyo, que San Mamés, magnánimo, encontrará el modo de perdonarte.

"No hemos comenzado bien, pero ha sido, si lo analizas profundamente, un cúmulo de situaciones extrañas, hoy todo nos iba al revés, nos han metido gol en la primera llegada que han tenido"... ¡Basta! ¿Quién crees que soy? ¿A quién pretendes engañar?...

Saludo entre Ernesto Valverde y Michel antes del Athletic Club-Girona (Foto: LaLiga).

Tras el partido más espantoso del mundo, va Ernesto y nos invita a que nos enfrasquemos en una de los 'Chiripitiflausticos'...

"Me dijeron que en el mundo del revés, nadaba el pájaro y volaba el pez'. Corre vertiginoso el tiempo hasta dar caza a Epi y Blas, que departían alegres en ese Barrio suyo llamado 'Sésamo'. "El fútbol es un juego", Blas, no hay que olvidarlo, pero no sólo con jugar basta, es preciso forzar a la suerte para que caiga de tu lado"... "Así es, Epi, hoy hemos recibido muchos golpes, es cierto, pero, aun así, o por ello, tenemos que seguir intentándolo".

Se echaba de menos la "consistencia" en el 'Barrio de Valverde'. Los vecinos, siempre solidarios, se daban golpes en el pecho mientras repetían como autómatas, "No es normal, no, no lo es, no es normal hacerte dos goles ni perder tantos jugadores según pasaban los minutos". 'Barrio Sésamo'. La 'infancia'. La 'patria' de Ernesto Valverde. El lugar al que quiere volver porque en él sigue siendo 'religión' la 'Mitología'; porque el fútbol, al despojarse  de la rigurosidad de la gente que creció en demasía, vuelve a las porterías de piedra acolchadas con tabardos y jerséis; al 'cinco cambio y diez 'acabao' y os damos un gol de ventaja ya de salida.

Lance del central de Arrigorriaga Aitor Paredes en el Athletic Club-Girona de San Mamés (Foto: LaLiga).

Si Peter Pan y Wendy volvieran. Solo con ellos resulta lícito escapar de este fútbol de Ernesto que advierte con matar y mata. No es justo, Valverde, Mikel Vesga no se merece que lo conviertas en el protagonista de 'Noventa minutos de soledad'. Pobre 'Celedón', el de 'la Popu', dejado de tu mano y de esas otras cinco cuyos cuerpos se alejan buscando un no sé que en el no sé dónde de un mundo inexistente.

Vinimos a ver a nuestro Athletic vengar la afrenta de la ida, y helo ahí, todo tuyo, a tu imagen y semejanza, "un juguete común de la historia, con un anagrama que dice 'Bufón". Como si 'contra los elementos'. Flota naval toda ella un naufragio. Si consientes la blasfemia en la Catedral, sea tuya la palabra porque yo les diré, "No, no, no", tres veces "No", cuando me pregunten, "Conoces a este hombre".

Y es que se impone renegar ante el discurso burlón del que niega tener en su ojo la viga brutal, la evidente, la que a la vista salta sin provocarte ni una sola lágrima. ¿Cómo es posible, Ernesto? Nolatan!, que es pregunta y escandalosa admiración, "Lo hemos intentado pero no ha podido ser pese a que en la segunda parte hemos intentado llegar arriba". Y todo ello con esa prolongación de tu contrato tan reciente. ¿No se te cae la cara de vergüenza?

El guardameta Unai Simón llega al partido de San Mamés (Foto: Athletic Club).

Aunque acorralado no se siente porque la flema británica lo sostiene, Ernesto Valverde, un hombre muy leído, culto en grado sumo, el 'entrenador que fotografiaba a los leones', encuentra un filón mitológico en la figura del 'gigante' Unai Simón. Nada que ver con Gilgamesh, ni con Sansón, tampoco con Goliath. Simón 'Pedro', sobre cuya piedra no podrá edificar ningún tipo de templo en la inmensa Catedral.

Ardió Troya en la Iliada que fue el primer acto o mitad de la batalla. Paris, en su intento de vengar a su hermano Héctor, alcanzó con acierto mortal el tendón de Aquiles, que era Aquiles y Simón, que era Simón y Aquiles, su seco tendón mientras el resto de su cuerpo se empapaba con las aguas de Estige, el río infernal. Y fue así que, fuera de escena el portero de Murgia, cuando el Athletic, descompuesto por la torpeza táctica de un hombre recién  'renovado' para  la 'causa', asumiendo que Elena ya no era motivo de litigio, mudó de repente empezando por la cabeza. Craso error. Con mal pie comienza Ulises la Odisea.

Próxima parada, El Sadar. Osasuna espera al Athletic en un estadio caracterizado de selva de Irati: "cíclopes, juegos de tronos y mujeres de fuego que fornican en los bosques vascos". Y es que, querido Ernesto, la copa no va de futbol desde que consentiste que San Mamés se convirtiera en 'La Garrotxa'. Allá donde entraron en erupción los volcanes del Girona.

• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista

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  1. Javier G

    La directiva del Athletic premia a Valverde con la renovación de contrato una temporada más, sin saber qué va a pasar con el objetivo de llegar a Europa. Ernesto acepta rápido. Ya no es un entrenador de primer nivel. Estaba sin equipo tras salir del FC Barcelona.

  2. Javier

    Valverde vete ya!

  3. Juanjo Bilbao

    Kuitxi, menuda historia!! Pero tienes toda la razón, que poca vergüenza tiene Valverde.