El Athletic, obligado a cuidar Lezama con los mejores, no con el 'amigo de'

Hubo un tiempo no muy lejano en el que el Athletic Club era como el primo de Zumosol, exhibiendo un potente músculo financiero y una potente estructura éramos capaces de atraer muchos de los talentos de nuestro entorno en las diferentes categorías. Pero con la llegada de las televisiones y sus jugosos dividendos, eso ha cambiado: han permitido a los clubes de nuestro entorno dotarse de buenos recursos con los que retener a sus buenos jugadores y colocarles unas cláusulas abusivas con las que impedir al Athletic posibles intentos de fichaje.

De ahí la importancia de cuidar Lezama porque a día de hoy, salvo raras excepciones, es muy difícil incorporar jugadores de nuestro entorno. Cuidar Lezama significa tener o intentar tener los mejores profesionales en cada una de sus parcelas. El mejor director de Metodología que, estando todos los días a pie de campo, realice las acciones correctoras que se deben hacer tanto en los entrenamientos diarios como en las diferentes competiciones.

El mejor equipo de psicólogos para ayudar a los txabales en los diferentes problemas del día a día de la máxima competición, el mejor director de formación y desarrollo, el mejor director de Lezama, y por supuesto los mejores entrenadores,...

Y aquí es donde se rompe la ecuación, si bien creo que los entrenadores del fútbol base están bien capacitados, valga como ejemplo el Juvenil División de honor de Bittor Llopis, que está haciendo una gran temporada, y con un buen número de jugadores llamados a estar muy arriba.

Pero llega la que supuestamente debe considerarse como la joya de la corona, que es el Bilbao Athletic y el panorama es desolador...

Ya el año pasado al equipo le costó muchísimo mantener la categoría, y tan solo de la mano de Patxi Salinas y una buena dosis de sacrificio se consiguió mantener la categoría. Y yo me pregunto si no hubiese sido una buena medida darle continuidad, conociendo como conocía a los jugadores actuales después de su paso por el Basconia.

Se optó por incorporar a Bingen Arostegui, a mi juicio un muy buen entrenador, conocedor de la casa buen formador y conocedor del fútbol profesional, pero se encontró con que el equipo tenía varios déficits en determinadas zonas del campo y así se lo hizo saber a quien entonces ejercía de director deportivo. Se le negó la incorporación de Urko Izeta aduciendo que no era jugador de perfil para el primer equipo, 'con estos jugadores', le dijeron, 'tienes de sobra para mantener la categoría'.

Con el paso del tiempo y viendo que las cosas no salían según lo previsto, y con poca paciencia a mi entender, llegó la destitución del propio Bingen y la incorporación del catalán Alex Pallarés. Para entrenar en el Athletic, para mi gusto, hay 3 premisas muy claras: conocer el Athletic, conocer la categoría y conocer un poco a los jugadores.

Ninguna de estas 3 premisas se daban en este caso, su virtud, ser amigo del director de Lezama, Sergio Navarro, luego con este panorama no era muy difícil adivinar el futuro del equipo, un auténtico desastre, al hacer de unos jugadores que técnica e individualmente son buenos jugadores, pero que ahora mismo parezcan mucho peores jugadores que lo que en realidad son.

El Bilbao Athletic es el último paso al profesionalismo, es el lugar idóneo para hacer las últimas acciones correctoras a los jugadores de cara al siguiente paso, el profesionalismo y aquí tienen que estar los mejores entrenadores-formadores, no 'el amigo de'.

No sé los responsables de semejante desastre, que son unos cuantos, han valorado lo que significa el descenso de categoría, pero si es así espero que se tomen las medidas pertinentes y que cada uno asuma la parte de responsabilidad que le toca, porque Lezama es nuestra casa y esta casa hay que cuidarla y mimarla.

· Por Jesús Barrientos, entrenador de fútbol, colaborador en Tele Bilbao