Cuando el Vencedor sale siempre derrotado
"Érase una vez un lobito bueno; había también un príncipe malo, una bruja hermosa y un pirata honrado". Si Paco Ibáñez revisara su canción para ponerla al día, incluiría que "había en el Athletic Club un 'vencedor' que siempre perdía". Un Vencedor para el que cualquier tiempo pasado fue mejor. La liga pasada, por ejemplo. Y la mitad de la anterior a la liga que murió. Cuando el 'Vencedor', a los ojos del entrenador que lo glosaba, era 'un príncipe bueno', un 'futbolista honrado'.
Hasta tal punto era virtuoso a los ojos de 'su valedor', que, a principios de noviembre de 2021, el cronista se vio empujado a bautizarlo como uno de los dos 'aliviadores del Athletic de Marcelino': el otro era Dani García. 'Vence' y 'Dani'. 'Dúo estático'. Cierto. Pero que a su entrenador le evitaban quebraderos y dolores de cabeza a la hora de trazar en la pizarra su sistema y escribir los nombres de los que se harían cargo del centro del campo de una medular de cuatro al servicio de su clásico '1-4-4-2'.
Dicen que te vieron junto a Elizegi, tu presidente, la tarde noche en la que tu Athletic le perdonó la vida a un Osasuna al que la 'Salud' no le asistía, famélico, demacrado, casi sin vida. Lo que más te sorprendió fue lo que viste de salida. Mikel Vesga formando pareja con Ohian Sancet, e Iker Muniain por delante. "Qué fue de Dani García", te preguntaríais, "No era para él este día que ya es noche", Ernesto Valverde te respondería. "Y de 'mi Vencedor', qué fue", duro te resulta escuchar que, "Pasó a peor vida", que no mejor, porque cuando la 'muerte deportiva' sobreviene, todo resulta más feo.
Fútbol ingrato, caprichoso, siempre lo ha sido desde el día de su invención. Quién te lo iba a decir a ti, ¿verdad?, que tras tu fuga a destiempo e indebida, habría de llegar la hora de subvertir el sistema que implantaste para que en el Athletic se gobernara con tu 'orden establecido'. Quién, y Valverde. Helo ahí, con su cara de no haberle roto la cara a un pato. Y sin embargo...
... Capaz, sin que le duelan prendas, de iniciar su tercer periplo 'guillotinando' a los 'aliviadores', a los tuyos, consecuencia de una revolución en toda regla, "Allons enfants de la Patrie". Si de niño o hijo se habla, éste no es otro que Sancet, ya que el Mikel Vesga que no te gustaba, porque no te hacía ni pizca de gracia, se nos ha subido a la parra de la treintena. Su fina e inteligente zurda es la que impera. Gobierno de izquierdas con Ohian 'El inmortal' como aliado.
Nunca el 'progresismo' es osadía cuando tan fácil resulta recuperar ese 'aire conservador' del que se te acusaba cuando para ti, a la hora de 'medular' el equipo, se trataba de "Dani García y diez más". Bueno, Dani García y otro, su pareja de baile. Llamó poderosamente la atención que para acompañar al veterano de tanta 'guerra armera' fijaras tu mirada en un crío de Bilbao al que el hombre de Zumarraga tantos años de fútbol vivido le llevaba.
No te dolieron prendas. No te tembló la mano a la hora de escribir "Vencedor" pegadito al nombre de Daniel García. Y como de lo creado te sentías satisfecho, como te daban lo que les pedías, fue así que Dani García y Vencedor se convirtieron en los 'aliviadores' del tipo de juego que tu proponías.
Y cuando a Vesga recurrías para librarle a Vencedor de todo mal, 'el pueblo contra Marcelino', "a las andadas vuelve este hombre; acaso no se da cuenta de que, alineando a Dani García y Mikel Vesga juntos, el Athletic nunca gana, siempre pierde". Hasta que recuperaba a Unai para que, en compañía de Dani, el equipo resultara 'Vencedor'. Apartado Vesga [de Zarraga mejor no hablamos porque su presencia en el once no estaba bien vista por su 'adiestrador'], el agua del río volvía a su cauce, o sea, "Dani García y Vencedor, los aliviadores del Athletic de Marcelino".
Pero como al asturiano le hicieron el vacío los tres aspirantes al sillón de Ibaigane, fue llegar Ernesto Valverde al banquillo de San Mamés y convertirse en 'ratón' el que 'Príncipe de Rekalde' había sido.
Hay quien dice que se parece a Sean Penn. Cuando la cámara lo busca hasta encontrarlo empotrado en el banquillo, adquiere la identidad de Matthew Poncelet, el reo que espera su hora en 'Pena de muerte'. En sus ojos se refleja una tristeza infinita. No es para menos. Fútbol cruel: cada ausencia, una tragedia. Nos falta Susan Sarandon, la 'hermana' Helen Prejean, para intentar consolar al que para Valverde no tiene cabida en este Athletic tan competitivo.
Este cronista, que sabe de 'malos tratos' y también de 'muerte en vida', se pone en la piel de Unai Vencedor para susurrarle que, más pronto que tarde, aunque sea en otros lares, sabrá de "almibar y colores", y del "nacimiento de flores" entre las "espinas" que se le clavan en los pies cuando corre descalzo por Lezama.
• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista
Pues sí, aunque sólo fuera para retener resultados merecería la pena, aunque pienso que vale para más que eso. Que tenga paciencia, me da que, si él quiere, va a ser algo parecido a Vesga, que ha triunfado con 30 años. Otro de los expedientes X de Valverde. No es el primero.
Una pena lo de Unai me parece un jugador muy desaprovechado.