Va para un año y tres meses que mi compañero Asís Martín pudo ver la 'radiografía' que Joseba Etxeberria le hacía a la "mejor camada de los últimos veinte o treinta años". Imperaba Marcelino García Toral en el Athletic Club que, un año antes, le había sido entregado por Aitor Elizegi de seguido a la fuga por cese de Gaizka Garitano. Eran tantos, y de tanta calidad, que 'el Gallo' llegó a construir un equipo de 'fútbol siete'. Ahí es nada. Según 'Etxebe', el Athletic tenía garantizado un presente y futuro muy halagüeños.
Empezó por la portería, allá donde se arman todos los 'sistemas'. Julen Agirrezabala: "un ganador nato". Vivian: "un defensa de los de antes" que "duerme con un ojo abierto". Unai Vencedor: "tiene mucho juego y un carácter ganador". Oihan Sancet: "es el mejor jugador al que he entrenado; un fuera de serie".
Nico Williams: "marca diferencias". Nico Serrano: "aún en edad de crecer, alberga una mentalidad asesina". Dijo alguien algo que yo necesito hacer mío a fin de que todo nos cuadre: "Nos falta un día, un niño, un don... para sobrevivir". Porque sin él, el partido al que nos invita Joseba Etxeberria no se podría disputar.
Gran noticia para el Athletic. Acompañada, sin embargo, de un pero llamado "tapado": "lo ha sido desde hace tiempo". El 'Gallo' lo veía "por dentro y por fuera". Donde no quería verlo ni en pintura era moviéndose 'por fuera... del campo', calentando paralelo a la línea de cal. Ni en el banquillo sentado. Qué tristeza la suya llegado el día en el que Zarraga se viera obligado a 'moverse' por otros campos vistiendo una camiseta que no fuera la del equipo en el que empezó a medrar a la tierna edad de los diez años.
Romo, Lezama, Basconia, Bilbao Athletic, hasta que el 18 de octubre de 2020 debutara con 'el mayor' en un Athletic vs Levante saldado con un [2-0] que le sirvió para "cumplir mi sueño". A Unai López sustituyó. Los que dicen saber leer los labios sostienen que, mientras sus manos se chocaban en saludo, uno de los dos preguntó presintiendo un oscuro futuro inmediato: "¿un 'tapado' sustituyendo a otro 'tapado'?". ¡Qué intuición tan desarrollada la de los buenos futbolistas!
'Tapado' era para 'Etxebe', mas tapado para descubrirse por entero a los ojos de la Catedral. Hay quien dijo, mientras 'tapadito' trotaba por Lezama, que "Zarraga es el vivo retrato de Ander Herrera" cuando el hijo de 'Herrerita era un 'arma de construcción masiva' en las manos de Marcelo Bielsa. Lo 'trajo al mundo' de la Liga Santander Gaizka Garitano. Lo dejó en brazos de Marcelino cuando perdió el de Derio su tutela. Llegó Uriarte con Valverde y lo tomó el segundo de la mano.
Oier, ayer, hoy. Pasa el tiempo cual vendaval que deja a Zarraga a los pies de los caballos de la diligencia que partió de la posada cuando tenía tres años menos de los 24 que ya tiene. "Tapado" como el genio que tiene previsto irrumpir sin meter ruido. No sé yo lo que sentirá su 'gallo mentor' cuando vea que su "tapado" no termina de explotar las virtudes que él veía convertidas en una colección de fuegos artificiales que a su presidente le regala para merecer la mitad de lo que Oihan Sancet recibió en forma de 'añada' deslumbrante.
Alguien, muchas, muchos, en su sueño ligero o profundo, veían a Vencedor, Zarraga y Sancet maravillando en la medular cual triángulo piramidal de la meseta de Guiza. Regresa el Athletic. Por fin. Ya era hora. Agotados de esperar una burrada de tiempo, Villar, Irureta y Txurruka se retiran para contarse 'batallitas' en compañía del 'bueno' de Koldo Agirre.
Soy consciente de que tamaña equiparación podría tomarse como blasfemia hacia aquellos que fueron 'Trinidad' santificada por la fe de tanta gente como abarrotaba la Catedral en el partido de vuelta de la Final de la 'Copa de la UEFA' de 1977.
Nos pierden las ganas. El deseo de construir desde la base un Athletic que, en su progresión hacia lo gigante, se lleve por delante al miserable Bosman que, por querer llamar la atención, por dejar de ser un don nadie, tanto daño nos hizo. Daño que perdura. No es justo, no, no lo es, exigirle al entrenador de turno que batalle hasta la conquista contra imperios partiendo desde nuestra 'aldea universal'.
"Porque hay un placer / perverso en creer / merecerlo todo". Y pretenderlo tomando como base un sueño incumplido. Porque mientras Sancet sigue en su empeño de ser "un fuera de serie", Vencedor languidece de seguido a haber sido piedra angular en el centro del campo de Marcelino. Llegados a este punto, el cronista se frena. Toma aire. Pide la palabra.
Pregunta. ¿Cómo es posible que un jugador con tantas virtudes, con tanto talento, no termine de arrancar ante la mirada antena de sus entrenadores? Mientras, en Miranda de Ebro hay un entrenador que musita: "Algo no me cuadra. Alguien no acierta, se equivoca. Y ése no es Oier Zarraga Egaña.
• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista