Tan solo el gol nos ha privado este año de haber sido uno de los equipos de moda en Europa. Nuestra inoperancia a la hora de marcar, el desparrame de oportunidades mandadas a las nubes y esos tiros de feria al muñeco propios de un fusilero bizco han ocasionado que rivales con un simple tiro certero o de rebote nos hayan hecho un daño irreparable. Vaya por delante que paso mala noche cuando el Athletic Club pierde un amistoso, no les digo que año de farmacia he tenido con las astracanadas sufridas en liga esta temporada.
Hemos recorrido un callejón delimitado por la calle del pánico escénico y la alameda de “un poco de por favor”. No soy conformista con mi equipo, no puedo estar contento, pero tampoco me siento tan decepcionado como dicen muchos, será porque no creo que la liga al final ponga a cada uno en el puesto que le corresponde. Este año dos partidos pudieron cambiar el curso de los acontecimientos. Uno es el encuentro de vuelta de copa ante Osasuna, el otro el del Betis también en San Mamés.
Si algo ha hecho puré y apeado de Europa este año a los leones ha sido el “unocerismo”, ese gol en contra con el que parece que salimos de inicio y no hemos sabido remontar por incapacidad manifiesta. Y este plato roto no lo tiene que pagar la directiva ni el entrenador, mucho menos una afición que animó hasta la extremaunción.
Esta cuenta corre a cargo de los jugadores, dicho con todo el afecto porque ellos serán protagonistas de alegrías futuras, pero este año los petardos les han estallado en la mano. El numero de ocasiones que han tenido que generar para marcar gol tiende a infinito. Yo no puedo suspender a un equipo en una temporada en que lo ha dado todo, lo que si puedo cuestionar -y este recado va para la calle Mazarredo- es si esta plantilla, con menos refuerzos queGary Cooper en Hadleyville, tiene la suficiente calidad para que año tras año su objetivo sea Europa.
¿A qué Europa se refieren?, podíamos preguntarnos. A la de los que tras besar su escudo se van a Arabia de jubileo, o a la de los obreros del metal a quienes toca jugar contra equipos que suenan como órganos humanos pronunciados en griego.
Habrá que trabajar y completar el cuaderno de ejercicios de verano para plantarse de nuevo en una liga con equipos que presentarán un cambio de cromos total, al que nosotros no estamos acostumbrados, ni nos podemos permitir por nuestra propia esencia.
En el único apartado en que suspendo al Club este curso, es en la poca mano izquierda con la que han llevado el asunto del Bilbao Athletic, con un culebrón de fondo que nos ha dejado perplejos, penosa comunicación y unas decisiones tan malas que han terminado con nuestra joya en el fondo del pozo, un pozo terriblemente profundo.
Y como en las trágicas noticias que se siguen en televisión durante semanas cuando ocurre un accidente terrible, no hemos podido sacar a los muchachos de ese pozo, no les hemos podido salvar a tiempo. Y lo peor es que con la categoría también se ha degradado el ego, la moral de grandes talentos con los que habrá que trabajar a todos los niveles, realizando un esfuerzo colosal, para volver a verlos donde les corresponde.
· Por Patxi Herranz, Periodista de El Correo y Radio Popular de Bilbao
Ke pasa asis ke Aki no se puede criticar a tus amiguitos peloteros? Pero a los jugadores se les puede insultar? Libertad de opinión si señor
Gracias por el artículo, invito a los detractores del Athletic a leerlo. Totalmente de acuerdo Patxi.