Rafa Leva, el portero de la Unió Esportiva Rubí se suma al ataque con intención de cabecear el balón que está a punto de volar partiendo del breve espacio dibujado junto al banderín de córner. Cierra los ojos intentando visualizar lo que sería el segundo gol de su equipo. El del empate [2-2] que llevaría el partido a la prórroga. Distancia sin goles que provocaría que el paso a la siguiente ronda se dilucidara poniendo a prueba la pericia desde el punto de penaltis. El Athletic Club, superado por la presión, cae.
Aun así, demostrando ese "gure estiloa" irrenunciable, los jugadores del Athletic reparten entre la familia del equipo que lo ha eliminado los regalos que habían traído desde Bilbao. Con tanto como eso la familia de la 'Unió Esportiva' Rubí se habría sentido feliz. A las puertas de su Centenario, los Reyes Magos. Ellos se daban con un canto en los dientes recibiendo en el Can Rosés a ese "caso único en el mundo" que es el Athletic. Viendo hundido a Valverde, y derrotados a sus jugadores, les da un no sé qué de pena profunda, un sentimiento de culpabilidad por haberse cargado al 'virrey' de Copas. No entraba en sus planes.
Tampoco en los de Ernesto, un entrenador que, así antes como después, se había visto obligado a declarar que, ya en el campo, "no hay distancia de categorías; todos somos iguales". Suena a tópico. Valverde, sin embargo, para darle el valor debido a su mensaje, nos traslada a la figura de Jorge Manrique, si él lo dijo, como poner en tela de juicio este pasaje extraído de las 'Coplas por la muerte de su padre": "y llegados son iguales / los que viven por sus manos y los ricos".
Cómo hablar de fracaso, pues, cuando el Athletic acaba de caer frente a un equipo que acapara igual poderío e idénticas virtudes. Rafa Leva, que a sus 42 años sigue creyendo en los 'Reyes Magos'. Creer es poder. El Rubí estará en el bombo del sorteo de la próxima eliminatoria. ¿Sueño de la noche del primer jueves de noviembre?... ¿Pesadilla, tal vez?...
Sea como fuere, más feliz un Rubí eliminado que un Athletic que consiguió pasar de ronda, el miedo en el cuerpo y, por encima de todo, avergonzado por la imagen que dio el Athletic de Valverde. Un once confeccionado a la sopa tolondra. Un equipo amorfo, sin malas intenciones.
Un juego que partía de ninguna parte para terminar llegando a ningún lugar. Ante un rival replegado, que cerraba los espacios por dentro y colocaba un guardián en cada banda para anular el juego de los extremos, lo que proponía el mister del Athletic consistía en llegar y chocar saliendo rebotados los futbolistas hasta la casilla de salida. Como las hormigas, que, al encontrarse con un obstáculo insuperable, reculan. Lo intentan por la derecha y por la izquierda.
No hay manera. Pasa el tiempo. Todo es anodino. El empate inicial, de no ser alterado, llevaría el partido al punto de penalti. Y así como "sobre el campo no hay distancias; todos somos iguales", qué decir de los penaltis, estrategia en la que "los que viven por sus manos son iguales a los ricos".
Y si Valverde lo comparte, cómo trasladar a sus jugadores la idea de que son superiores a un equipo de 'Tercera División'. Humilla la cabeza mientras traza imaginarias líneas sobre la hierba artificial que supera el rectángulo y alcanza su banquillo. El Athletic necesita un entrenador que le haga sentirse superior a su rival. Como si Txingurri tuviera su voluntad atada de pies y manos. Que la tiene.
Si sostiene que "no hay distancia de categorías", si entiende que "todos somos iguales", el empate [0-0] es lo mejor que le puede suceder a su "equipo de referencia". No lo entiende así Adu Ares, que, en la 'distancia' de siete minutos, aleja con dos goles a su equipo de la 'quema'.
Berenguer salvó in extremis su propuesta ante el Valencia. Ahora es Edu Ares. Hay margen, sin embargo. Tiempo para creer. El Rubí se crece. Marca y se agiganta. El empate podría estar en la cabeza de Rafa Leva. "Y llegados [al final] son iguales, los que viven por sus manos y los ricos". El Athletic dejó regalos en las botas de los futbolistas del Rubí. Valverde se alejó. Salió de escena. Luego de haber manchado la imagen del Athletic inhibiéndose en un partido vergonzoso.
• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista
Cierto, el que escribe ni idea de fútbol y sobre todo alérgico al Athletic, así que bien hombre K o así, vete a la mi y déjanos en paz borrrrego!
El mejor entrenador para el Athletic conoce a los jugadores y conoce la filosofía sabe lo que hay otros pusieron problemas del césped artificial esos que dicen que ya son el primer equipo de Euskadi cuidado que estás arriba pero la ostia puede ser muy grande hay que ser humildes y los guiputxis no lo están siendo y con este comentario largo espero no faltarle al respeto a nadie no es mi intención.GORA ATHLETIC
Si alguien amorfo, es un tal kuitxi, periodista, según el, seguro que tiene el título, no lo dudo, y ex futbolista, tampoco lo dudo. Este amorfo, tiene los santos cojones de llamar amorfo a un equipo del Athletic Club, que saltó a un campo de fútbol en representación de esta institución, sus socios, y seguidores de dicho Club, pero se puede saber quién eres tú, con que motivó, o por qué razón, pretendes, no, insultas, a futbolistas, y al entrenador que hace la alineación, como responsable de esa plantilla, que en ese momento representaban a un Club, al Athletic Club, a sus socios, a su aficion, tanta es tu mala baba? Nunca he oído hablar de ti, ni como futbolista, ni como periodista, pero me pareces una persona con muy poca cultura, tanto en lo periodístico, como en lo futbolístico, te podías anunciar, como un resentido, un fracasado, y un asocial.
Valverde? Ya lo conocían es un entrenador triste, aburrido y miedoso, si ya lo hizo con el Barca que tenía al mejor jugador del mundo en su filas Leo Messi. Nada más que decir. Valverde vete ya! Esa es la solución. No queremos entrenadores cobardes. Encima ya le renovaron. Quién lo entiende? Aúpa Athletic!!