El equipo de moda en la pasarela de Montilivi. Hasta Girona se acercó el Athletic Club para desfilar a la par que el equipo líder de la Liga. Demasiado poco nombre para aguantarle el tirón a los jugadores de un Club que a punto está de cerrar los cien años de vida y veinticinco más. Ante el Athletic, sin embargo, poca broma. Frente a los leones, a los de la 'Garrotxa' no les bastaba con ser líderes; estaban obligados a parecerlo. Porque de no hacerlo, en caso de bajar la guardia, el Athletic, pim, pam, pum, tres certeros sopapos y el Girona FC, helo ahí, como el Villarreal en la Cerámica, ingreso de urgencias en la "habitación del sueño".
Tiene pegada este Athletic de Valverde. Y juego también. Así que, "bonito, todo me parece bonito", ya de primeras, Vesga le filtro a Guruzeta un pase, un balón, un caramelo,... Venga, Guru, fusila a Gazzaniga... Y sucedió que el verdugo, al no encontrar motivo suficiente como para la ejecución tomando en cuenta el breve espacio de tiempo transcurrido, depósito el arma en el arcón de los objetos perdidos para entregarse a sus labores del 'amo del calabozo'. Lo que tenga que ser será.
Y fue, no más, no menos, que el Athletic, laborando el comienzo de una historia sin saber el fin, se empeñó en ser más, mucho más, que el Girona, y encima parecerlo. ¿Es éste el líder del que tanto me habían hablado? ¿El del juego bonito, rotundo y eficaz? ¿El qué, como perfecto "elegido", iba por la liga matando canallas con su cañón de futuro? ¿El preciosista? ¿El manducón? ¿El qué iba de todo menos de farol?
Y es que, si Girona es líder, y el Athletic lo está sometiendo, ¿de qué Athletic deberíamos estar hablando?
Nada es lo que parece. Porque si el equipo de Michel es postulado para llevarse el campeonato, ¿qué deberíamos decir de este Athletic que en Montilivi está sometiendo a su propietario de una manera insultante? Se apiada de el, sin embargo, que es lo mismo que dar de beber en la refriega al enemigo. Hidratado pero enclenque. Deberían huir. Pero como al Athletic no se le ocurre construir un puente de plata...
Girona vulgar. Enemigo del fútbol que es incapaz de imaginar. Gato por liebre. Impera el león en la ley de la selva. Este Athletic, si, este Athletic. Cuando todo está en su sitio. Cuando todo sale bien. En noches cono esta. Tanto tiempo esperando a que llegara el momento, el lugar y la hora.
Y sin embargo, la perfección no existe. "Porque hay un placer perverso en creer merecerlo todo".
Todo. La perfección que no existe. Y en el caso de existir, la perfección sería este Athletic con todo menos con sus dos laterales. De Marcos y el paso del tiempo, que lo destruye. Lekue, en el caso de que Lekue fuera zurdo, y ni aun así. De Marcos y Lekue. El enemigo está en casa. ¡Si al menos se entregaran con toda su fe al arte del marcaje!
Ese no conceder ni un solo metro al receptor a fin de que no controle libre y con espacio le encare. Nace herido el juego en las bandas. Y casi muere porque al morir todo es amenaza. Por dentro, sin embargo, rozando la perfección. Los centrales, centrados. Iñaki y Nico son una amenaza. Y de Sancet, que decir.
Muere en la red de Simón el fútbol cuando nace. Un desbarajuste. Un barrido que nos deja sin defensa. Un gol que nos deja vencidos, sin poder conocer, ese fútbol que llaman amor, para vivir. Pero como después del desaguisado llega el juego virtuoso, he ahí al Athletic que siempre había estado, del que tan poco se había hablado por causa mayor de dos bandoleros. Este Athletic, si. ¡Este Athletic COLOSAL!
Capaz de jugar por fuera y por dentro y no morir en el intento. Fantástico Athletic. Maravilloso. En la selva de Sancet nace. Y tras recorrer el río vertical que surca Montilivi, Oihan, salvaje, indomable, el que habilita a Iñaki Williams para que el marcador no llore de dolor. Colosal Athletic este de Valverde. Con tanto como Iraola y Del Horno en las bandas me daría por satisfecho.
• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista