Visto el éxtasis con el Athletic Club - Atlético de Madrid no le busquemos el sentido a ese 'algo maravilloso' que vivimos el sábado en San Mamés. "Si hay que buscar el sentido de la música, de la filosofía, de una rosa, es que no estamos entendiendo nada". Saramago sugiere que la belleza y el significado de las cosas se encuentran en su existencia misma, y no es necesario buscar un sentido o explicación más allá de su presencia en el mundo. Invita a apreciar y disfrutar de las cosas tal como son"...
Por eso, cuando el Athletic de Ernesto Valverde consumó el homenaje que le debía a un portero que llevaba todo un año cumpliendo 125, entendí que todo lo que fuera escrito y fotografiado para 'los periódicos de mañana' sería tinta en balde y fogonazos lanzados al vacío condenados a fundirse en la nada.
¿Buscarle, pues, un sentido al fútbol maravilloso que desplegaron los leones sobre la hierba de San Mamés? Tan sólo pensarlo supondría la constatación de habernos internado en ese Carril de la Memoria en el que ningún sentido noble transita.
La música de Vangelis en 'Carros de Fuego'. La Filosofía poética de Fernando Pessoa. La rosa. La rosa, si. La rosa de la casa de los sueños que guarda su último capullo para finales de noviembre.
Escuchar. Leer. Oler. Cuando el fútbol va más allá de todo entendimiento. Mirar. Ver. Escuchar. Dejarse llevar por los sentimientos sin tratar de entender nada en todo lugar y en todo tiempo.
No busquemos algo porque nada se ha perdido. No esperemos porque nada que no hayamos sentido se nos regalará en las 'Crónicas del día después'; tampoco, por supuesto, en esta 'contra crónica' que si se escribe es, no más, para dar fe de la existencia de un hecho que yo sentí como una sucesión de secuencias maravillosas. Una tras otra.
Como las paladas sincronizadas de los bogadores de una trainera. Como las pedaladas de Marino Lejarreta ascendiendo el terrible Mortirolo. Como Mikel Goñi peloteando con saña. Como Surne Bilbao Basket clavando triples sin medida. Como la "lluvia oblicua" que, en Lisboa, empapó a Fernando Pessoa en los últimos días de su existencia.
Contar, e incluso opinar al respecto de la visión maravillosa que nos acompañó mientras el Athletic existía por sí mismo es dar fe, no más. Como el grito de la Avisadora recorriendo el Casco viejo de Portugalete. Como la corneta del camión de la basura. Como el estruendo que acompaña a los fuegos artificiales. Como una esquela, que en tan poco tanto dice.
Ante lo portentoso que protagonizó el Athletic con la colaboración necesaria del Atlético, todo lo que no sea su herencia en nuestros ojos resultará sencillo, escueto, breve, lacónico. La 'noticia' esa de la que nos hablaban en la Facultad de Periodismo.
Me pregunto, ese es mi miedo, si el Athletic de Valverde está del todo preparado para soportar el despliegue físico que se requiere para jugar a esa velocidad, a ese ritmo y con sus cambios, empleando la fuerza que se precisa; coordinación, equilibrio, sintonía, calidad a raudales, intuición...
¡Qué sé yo!... Si, como escribe Saramago, cuando hablamos de fútbol, no hay sentido que valga, es la existencia, la existencia es, no más. Que exista. Y que siga existiendo...
Este 'Athletic de Marcelo Bielsa'... ¡perdón, quise decir Ernesto Valverde Tejedor!... capaz de existir con tanta existencia que me retrotrajo a la fase final de la UEFA en la que el Athletic estuvo a punto de hacerme enloquecer, si es que loco no existía mientras y durante...
Música, dame música. Filosofía, dame filosofía. Rosas, dame rosas. Fútbol, en fin, dame fútbol, Athletic. Aunque de fútbol yo no entienda y tenga que conformarme con su mera existencia.
Jamás pensé que Valverde. Nunca imaginé que este Athletic. Y esta desbocada manera de ir y volver, como hormigas en hormiguero, como abejas en colmena, como avispas en avispero, como termitas devorando la madera de las ventanas de la casa de los sueños. ¿Cómo lo hacen?... ¡Como en la tele!...
O será que, asumiendo la teoría de Saramago, la "belleza" de este Athletic reside en 'su existencia' misma, en el hecho de 'existir'. En la suma bien contada de un portero sensato y una defensa aplicada. En los 'Prados' de Castril y la sabiduría del 'hijo de Herrerita', capaz de intuir a Guruzeta antes de verlo.
A partir de ahí, aurrera begira, beti, Iñaki desatado, Sancet desbocado [y si erró el penalti fue por invertir en el golpeo demasiado esmero], Nico, que tuvo que ser alertado en Lezama para entender que balones desde lejos y escorados conllevan veneno que mata. Y arriba, allá donde entonces Cuco Ziganda, Ismael Urzaiz, Fernando Llorente y Aritz Aduriz, un 'nueve' que ya ha sellado su 'Cruz' con ocho clavos ardiendo.
✍️ Así firma uno su octava diana en @LaLiga
🎯 A @GorkaGuru9 se le caen los goles. #AthleticAtleti #AthleticClub 🦁 pic.twitter.com/4kHL5qzrbp
— Athletic Club (@AthleticClub) December 19, 2023
Con tanto como esto, y una 'camada berreando', el Athletic puso lo suyo antes de que Iribar fuera convertido en la escultura de un mito a las puertas de la Catedral, y el 'Zorro' apareciera en San Mamés para golear desde el punto fatídico como lo hacía Panenka.
¿El sentido del fútbol del Athletic que sometió a ese otro de Simeone?... Un regalo para todos los que queremos a Iribar, no más.
• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista
Filosofía?. Empezando por el entrenador, no entraba para jugar en este club. Repasa sub saharianos, nacidos fuera, magrebíes lo mismo, Riojanos, de Burgos otro de los Cárpatos, Laporte, deja de hacer de relaciones públicas del club,con las trampas al solitario. Estamos a Diciembre,cuando resten diez partidos, vendes la moto , que seguro otro años sin Europa. Dejar tb de vetar a la Euskal diáspora, que si entra en la filosofía. La directiva y presidente poco tacto, merecida la estatua de Iribar pero faltan al lado la de Zarra y otro icono más del club. Como han hecho en Manchester.