El Athletic Club desarmó a 'los soldados del ‘Gallo’, Joseba Etxeberria… Como si los tres días que mediaban entre la liga y la copa no fueran suficientes. O como si lo hubieran sido pero el verso del poeta peruano resultara inmejorable. "Ganaré en Eibar, con aguacero, frío y sirimiri, en una tarde de la que ya tengo el recuerdo".
Como si el buen hacer del Athletic de Valverde consistiera en ir pasando las hojas de esta temporada que tiene toda la pinta de convertirse en antológica. Antología de poesía. Antología de futbol. Escrita por un equipo que no tembló luego de escuchar, "Armero, abre la tienda y dame munición, que voy a matar leones".
Era domingo. Permaneció cerrada. Y en caso de haberse hecho una excepción, el 'fuego' sobre el campo de batalla de Ipurua habría sido 'cruzado'. Un intercambio de 'metralla' entre la metáfora y la palabra cuando a los ojos de la gente se regala como una verdad desnuda.
Era una guerra a batalla única. A la que Valverde, escarmentado de todo a estas alturas de su "club de referencia", fue con todo. Cuando para que ese 'todo' resultara del 'todo' creíble era imprescindible la presencia de Muniain en el once de salida.
Acertó de pleno Txingurri, del mismo modo que había errado condenándole al 'pony de la Txantrea' a un ostracismo que daba frío. Tanta liga, y ni a la hora de los cambios, cuando se abren las ventanas para que el equipo pueda respirar un oxigeno no viciado.
Tras el pedazo de partido que se marcó el 'pequeño capitán', el míster del Athletic debería convocar una rueda de prensa para detallar los motivos 'De la ausencia y de ti', Iker Muniain.
🪄 Volvió a marcar la diferencia.
🔟 @IkerMuniain10 ©️ Capitán #EibarAthletic 🏆 #AthleticClub 🦁 pic.twitter.com/1wd9RKtayX
— Athletic Club (@AthleticClub) January 7, 2024
Tuvo que ser en un partido a vida o muerte que Muniain tuviera cabida. Con Agirrezabala en la porteria, y Villalibre amenazando con su 'ariete' a Yoel, Iker Muniain se dedicó a divertirse con el balón, que es la manera más efectiva de dañar a un rival que partió con todo, y sin nada se marchó, desarmado y rendido, sin ganas, siquiera, de ir a pedirle cuentas al 'maestro armero'.
Castigado con saña. Señalandole los que todo lo saben el camino de salida de Lezama. Sin mella, empero. Reforzado. El futbolista que cree en sí mismo no se cree las mentiras de la gente. Sólo él sabe del futbol que atesora. El que tiene magia no necesita trucos. Paciencia, coño, paciencia, paciencia. Ha sabido esperar. Y así como "demen un punto de apoyo y levantaré la Tierra", "un partido decisivo, no más". Y fue así que Muniain se ofreció bajo el cielo de Ipurua con todo su esplendor.
Sólo Ernesto Valverde sabe por qué en ese ir con todo decidió incluir al que vivía en su 'nada'. Más allá de la pizarra y el saque inicial, la soberbia mano de Agirrezabala para evitar que el Eibar se metiera en el partido con todas las de una ley que le habria dado el pase. Si Unai Simón le ha venido dando puntos al equipo, Julen le permitió al Athletic que pudiera ir a deguello sin ese miedo que te obliga a mirar hacia atrás. Y a todo esto...
El Eibar. Cómo no. Porque el Athletic sí se enfrenta a rivales cuando juega. Ni un pero para los 'soldados' del Gallo. Fútbol combinatorio muy aseado. Capaces de rondar numerosas veces el área del Athletic. Percutiendo por su banda izquierda; Konrad, amenazante, castigo y suplicio para De Marcos, un 'gudari' con el pecho ya muy cargado y deshecho después de tantas batallas libradas desde aquella noche gloriosa en el 'Teatro de los sueños'.
Como si estuviera convencido de que Agirrezabala sería capaz de mantener la portería a cero, Nico se fue a la guerra y de ella se trajo a Villalibre con un gol pegado a su pie derecho.
Muniain, de vuelta de todo, pero sin pasar de nada, entendió que había llegado el momento de rubricar de manera anticipada la 'carta' extraordinaria de su juego y el partido. No se llama Nico, Iker es su nombre: ¡excelso el gol que marcó, así en su gestación como en el golpeo final con su pierna izquierda! Cerró Villalibre la goleada. Pero, a vueltas con Muniain...
El pan y la sal le negaba su entrenador. ¿Cómo entender, entonces, que Valverde le ofreciera el cetro de mando en un partido crucial? A esa sala de prensa me remito, la prensa, preguntando, Ernesto, soltando versos...
"Ganamos en Eibar con aguacero, frío y sirimiri, en una tarde de la que ya tengo el recuerdo". El Athletic sigue a lo suyo. Poderoso y brillante. La suerte le sonríe. O sea, como dijo el presidente de un Club Portugalete muy antiguo: "Cuando el equipo está con el santo de cara, hasta su hipotética mujer da a luz hijos de otro".
• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista