La efectividad de su delantero y el acierto del portero. Eso le bastó al Athletic Club para doblegar a un correoso Deportivo Alavés y pasar a cuartos de final de Copa. Un doblete de Asier Villalibre -el primer gol, de bella factura- y un recital entre los palos de Julen Agirrezabala le dan a los rojiblancos el billete al sorteo de este viernes.
Al igual que el Búfalo, el guardameta donostiarra no tiene minutos en Liga y aprovecha el torneo copero para reivindicarse. Y no parece importarle, al igual que a su compañero Unai Simón, que incluso le arropa y le defiende en rueda de prensa.
Ante el Eibar ya sacó una buena mano a Bautista, y en el primer partido exigente del torneo del KO, Agirrezabala cumplió con creces su cometido, dejando una buena muestra de todas sus habilidades como guardameta.
Y es que podría decirse que fue él quien salvó al Athletic en un partido algo tosco y bronco en el que el Deportivo Alavés dispuso de sus ocasiones. En los primeros compases del encuentro evitó el gol de Hagi con una parada de balonmano que evitó que el choque se pusiera cuesta arriba.
Pero fue en la segunda parte, después de que Villalibre adelantase al Athletic en el marcador, cuando dejó un auténtico recital de paradas. En poco menos de cinco minutos, atajó con la pierna un disparo a bocajarro de Samu Omorodion y luego tiró de reflejos para desviar a corner otro remate de Giuliano Simeone.
Las cámaras de ElDesmarque captaron estos dos auténticos paradones de Julen Agirrezabala que dejaron con la boca abierta en San Mamés.