Falacia. No de 'engaño' ni de 'mentira', sino de 'fraude'. Falacia en el 'Nuevo Mirandilla', al borde del mar, y del final del partido. Cádiz CF y Athletic Club se disponían a entregar los trastos en sus respectivas casetas luego de no haber sido capaces de meter el balón entre las dos torres de Hércules.
'Calma' después de la tempestad. Caras nuevas de salida; piernas frescas para afrontar la 'refriega' esperada por parte de las huestes de Mauricio Pellegrino, técnico que le tomaba el relevo a Sergio González, derrotado a los puntos en el 'altar sagrado' de los estadios de la liga. Junto al mar, se decía, y también en la nerviosa espera del último toque de campana.
Como oro en paño se disponían a guardar ambos delegados el 'punto de la Federación' cuando al defensor cadista Rafael Giménez Jarque le dio 'un aire'. Sin venir a cuento. O tal vez sí. Al cuento que a sí mismo se contaba para matar el aburrimiento del partido. En una acción 'abusiva', debido al desequilibrio de los cuerpos y las fuerzas, cargó de manera brutal contra Nico Williams, 'cohete de ébano' al que pilló en tareas de 'amerizaje'.
A degüello fue: con el tronco, con el hombro, con el codo, con toda su alma. A qué viene tamaña violencia, compañero. Ni se lo dijo ni lo pensó. Aturdido estaba el león. La pelota, allí, allá, por los Cerros de Úbeda, acaso en Babia. No necesitaba el zaguero valenciano la excusa del balón, sin embargo. Difícil de entender.
Incluso para él. Y para Pellegrino, que se podría haber estrenado con la derrota casera a resultas de un penalti muy bien lanzado por el especialista de un equipo que no le había chutado a Conan Ledesma en todo el partido.
Busquets Ferrer. Árbitro de la contienda. En el 'ArchivoVAR' se le suspende "tras comerse un penalti en los últimos minutos del Cádiz - Athletic Club". Sería injusto
responsabilizar al juez principal porque ello conllevaría liberar de toda culpa al personaje que cometió el grave delito que supone prevaricar.
Actuar sabiendo que la sentencia que no se atrevía a dictar era injusta. Hablamos de Carlos del Cerro Grande. Considerado uno de los mejores árbitros de la Liga hasta que, finalizada la temporada 2022 - 2023, tuvo que entregarse a la 'clausura' de la sala 'VOR'. En ella estaba visionando con mil ojos los últimos destellos que se producían en el 'Nuevo Mirandilla'.
Así como Ezequiel pudo ver muy de cerca la 'gloria de Dios', Del Cerro Grande se daba una y otra vez de bruces con la agresión sufrida por Nico Williams cada vez que en su monitor no dejaba de dar vueltas la jugada.
Si Ernesto Valverde la vio, y, oh, albricias, se pronunció al respecto: "No sé por qué el árbitro del VAR no le marca al árbitro un penalti tan claro", cómo no verlo el que por ver este tipo de cosas se lleva a casa una pasta gansa...
Es todo tan burdo, tan desquiciante, que, por quitarle hierro al asunto, por echar agua sobre el clavo para que deje de quemar, supongamos. Que el señor Del Cerro Grande, Policía, a la sazón, informa Wikipedia, al ver que el implicado era Rafael Giménez Jarque, "Vaya", se dijo, "en buen lío me metería si yo a mí mismo me obligo a regresar al 'Colegio' y declinar en Latín partiendo de un apodo tan cariñoso".
Fue así que calló. Que se abstuvo. Que prevaricó. Y todo por no atreverse a llamarle al jugador del Cádiz por su nombre de guerra...
Nominativo: "Fali"
Vocativo: Falo
Acusativo: "Falacia"
Falacia. Ahora, sí. Por mentir-se a sí mismo hasta llegar al auto-engaño. Fraude. Fraudulento. Engañoso. Falaz. Carlos del Cerro Grande. Como si dijera "Fali".
• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista
Javier, ¿no sabes siquiera hablar? Tu caso es terriblemente grave
Te quis ya. A ver si sacáis la de codazos que dieron los jugadores del Bilbao en el partido y no fueron sancionados ni con amarilla. Muy triste que un equipo como el Bilbao, tenga que tener "juntaletras" que le reclamen lo irreclamable y sin ser objetivos. Ese Cádiz OE.
NO ENTIENDO LA PASIVIDAD DE LOS JUGADORES DEL ATHLETIC PARA RECLAMAR DE FORMA INSISTENTE QUE EL ARBITRO VEA LA JUGADA, NO LO ENTIENDO, SON UNOS PARDILLOS.