Galarreta, Herrera, Prados,... En el centro de gravedad del Athletic habita la virtud

Joaquín Caparrós. Marcelo Bielsa. Dos entrenadores que rompieron moldes en el fútbol sistemático de finales del XX y principios del XXI. Hasta que regresó de su exilio Ernesto Valverde para restaurar el '1-4-2-3-1'. Rodaron cabezas. Como la de Ander Herrera, que pasó de liderar el ataque del Athletic Club a ver cómo el juego del equipo le venía cual lluvia oblicua a sus espaldas.

¿Herrera detrás del 'nueve'? ¡Qué barbaridad! Sumamente incómodo se sentía el 'hijo de Herrerita'. Así como, tras su marcha al Manchester United, habría de sentirse Beñat Etxebarria. El 'Txingurri' estaba obsesionado con encontrar lo que él consideraba el 'santo grial' del Athletic.

En la segunda etapa en su "club de referencia", segundo ejercicio, es decir, a día de hoy, tras haber experimentado con Oihan Sancet en la medular antes de estamparlo en el centro del temible 'tridente', Valverde ha hecho acopio de cinco elementos con los que poder experimentar en las labores de medio centro. Dani García, un Mikel Vesga 'renovado', Ruiz de Galarreta "que estuvo en Mallorca", Ander Herrera llegado de París, y un Beñat Prados recién aterrizando en el verde de la Catedral.

O sea que, 'el hombre que fotografiaba a los leones', aún si no fuera de Ciencias, está obligado a hacer 'combinaciones de cinco elementos tomados de dos en dos'. Gaitzerdi! Porque de no haber volado Oier Zarraga a Udine, ni Vencedor cedido a la SD Eibar, Ernesto se vería obligado a leer el primero de los libros de la colección de 'Los siete secretos' para tomar y desechar sin correr el peligro de que se desatara una rebelión en la 'granja de los leones'.

Podría ser mera coincidencia, pero, tomando en cuenta lo menudo y liviano de sus cuerpos, nunca mejor dicho aquello de que "cada maestrillo tiene su librillo". Doctrinas antagónicas la del técnico de Careñes y el de Vitoria - Gasteiz [siete meses tenía cuando alcanzó su familia la 'verde capital']. De seguir Marcelino García Toral en el banquillo de San Mamés, Dani García y Vencedor deberían seguir siendo sus dos 'aliviadores'.

"Cuán pronto se va el placer", Dani, Unai, "como después de acordado da dolor, como a vuestro parecer, cualquier tiempo pasado fue mejor": ¡y dicen que el Arcipreste de Hita no sabía qué cosa era el fútbol!. Banquillo sin cesión, y cesión con banquillo. De 'valedores' va la cosa. Y de 'padrinos', para que nunca falte agua en el bautizo.

Ruiz de Galarreta y Mikel Vesga fue la apuesta del técnico gasteiztarra. Y no iba mal la cosa, ni mucho menos. Dani García tuvo sus momentos. A Ander Herrera le tocó sufrir lo que no está en estos escritos antes de que el míster lo alineara de salida. Junto a Vesga. Tal vez, también, al lado de Dani García.

Pero nunca formando pareja con "Ruiz", o sea, el "4" de Marcelo Bielsa. Pero como siempre hay un primer momento para todo, un día llegó lo que los más exquisitos [incluido yo] deseaban. 'Galaxy' y Herrera, juntos. Y vio el 'sumo hacedor' que no era cosa mala aquello de arriesgar para sentirse más seguro.

Hasta que, esclavos de su edad y sus doctrinas, con el pecho cargado por tanto trabajo bien hecho, Valverde entendió que Beñat Prados, más allá de su 'lateralidad', merecía liderar, junto a Ander Herrera, el asedio con bombardeos al que fue sometido el 'Atlético' [de Aviación]. Reventados ambos. Buena señal.

Viruelas en la juventud, y también a la vejez. Valverde tiene dónde escoger, aunque tal vez les sobren años a sus candidatos. A la espera de la suerte que corran Dani García y Ander Herrera, los dedos de las manos de Valverde se convierten en aliados viendo a Unai Gómez y Mikel Jauregizar brillar con el insultante descaro de la juventud.

• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista