Ríos de tinta se han escrito en las últimas semanas sobre la filosofía Athletic. Casi todo, relacionado con fichajes como el de Adama Boiro o Álvaro Djaló, que llegará en julio. No obstante, el ADN del club va mucho más allá. Esto no va sobre si eres blanco o negro, y el tema no es, simplemente, si has nacido o te has criado en Euskal Herria. También se trata de la deportividad, de los valores humanos y futbolísticos, razón por la que tampoco vale cualquiera. En eso la actual plantilla es de chapeau. Un grupo de amigos, una familia, que juegan juntos desde hace mucho, se conocen y comparten una serie de preceptos con los que, de la mano de Ernesto Valverde, van a muerte. No obstante, la rivalidad no implica enemistad. Para muestra el gesto de Iñaki Williams y Daniel Vivian con Saúl Coco.
Y es que el Athletic venció a la UD Las Palmas en Gran Canaria. El resultado fue de 0-2, con Gorka Guruzeta anotando el primer tanto zurigorri. Saúl Coco, en propia portería, anotaría el gol de la sentencia en su intento por defender al propio Daniel Vivian. El central del Athletic se fue a celebrar el tanto con Iñaki Williams, que merodeaba el área a la espera de cazar el balón en la acción ofensiva previa. Tras abrazarse y celebrar el tanto, ambos, como si se hubieran comunicado por telepatía, tuvieron la misma reacción.
Y es que, al ver a Saúl Coco desolado, tendido sobre el césped, ambos acudieron a consolarle. Su gol en propia en los minutos finales dinamitaba todas las opciones de puntuar a Las Palmas, y no pudo ocultar su fastidio. Eso sí, fue entonces cuando Iñaki Williams le cogió por debajo de las axilas, Vivian le ofreció las manos y entre los dos le levantaron. Unas palmadas del delantero zurigorri en la espalda, y una caricia en la cabeza del defensa del Athletic al guineano, animaron al futbolista amarillo a seguir adelante y terminar el partido.
Lo fácil y lo obvio, más aún en un mundo cada vez más polarizado, habría sido irse para su campo. Celebrar en la cara de un rival, desconsolado, e irse con el resto de sus compañeros a festejar el triunfo. Sin embargo, la plantilla del Athletic, al igual que su filosofía, entienden la deportividad como un todo. Nadie se queda atrás, ni siquiera un rival.
Con todo, el triunfo ante Las Palmas deja a los de Ernesto Valverde a tan solo dos puntos de los puestos que dan acceso a la UEFA Champions League. Tras varias campañas de idas y venidas, algunas incluso coqueteando con el descenso, Marcelino García Toral recuperó el gen competitivo del equipo, y Ernesto Valverde acumula dos temporadas de máxima competitividad. Ese es el triunfo del Athletic, de su filosofía y de sus valores: alcanzar el éxito deportivo sin renunciar a su ADN. Un mérito máximo que se muestra día a día con gestos como el de Iñaki Williams y Daniel Vivian, y cuyo premio es el camino, independientemente de cómo acabe todo.