El Athletic y otro más

Tengo algunos amigos madrileños –y madridistas-, ya de cierta edad, a los que les gusta recordar que cuando eran niños y llegaba junio y la Final de la Copa del Generalísimo entonces, el comentario habitual en el patio del colegio era, invariablemente:

-       El domingo es la Final de Copa. ¿Y quiénes la juegan?

-       Eso es fácil. El Athletic de Bilbao… y otro.

Sin ser un hecho tan palmario como lo fue durante muchas temporadas del pasado siglo, es cierto que este titular podría aplicarse, sin temor a equivocarnos, en lo que va transcurrido del presente, pues hemos comparecido en una de cada cuatro Finales que se han celebrado. Con escaso éxito, eso sí, ya que no hemos levantado ningún trofeo –aún-.

Pero la del inminente 6 de abril en Sevilla se nos antoja a todos los athleticzales como la gran, la definitiva, posiblemente la menos difícil oportunidad de traer la tan deseada Copa al Botxo para hacerla navegar ría arriba, desde El Abra hasta el Ayuntamiento de Bilbao… o hasta donde las autoridades pertinentes lo consideren. Por el rival, que aunque ha llegado hasta aquí seguro que es por algo, pero que no debemos encuadrarlo en el top de los equipos españoles; y por nosotros mismos, actualmente un equipo muy aseado, con calidad tanto individual como de conjunto y banquillo, pero sobre todo, y como principal seña de identidad, con una fortaleza física y un grado de competitividad y capacidad de sacrificio como hacía muchos años que no teníamos. Seis Finales en veinticuatro años: tres de ellas, frente al mejor F.C.Barcelona de la historia; las otras dos, raras, en plena pandemia y a puerta cerrada. En efecto, este año toca, no hay disculpa.

Por desgracia para mi, tendré que verla por la tele. Tras haber disfrutado presencialmente en mi vida como hincha del Athletic de ocho Finales de Copa (Elche, Castellón, Betis, Atlético de Madrid y cuatro veces Barça) y dos Europeas (Juventus de Turin y Atlético de Madrid), esta vez no va a ser posible, y por diversos factores. Además del más importante, que no dispongo de entrada, está el disparate de celebrarla en una ciudad tan distante como Sevilla –con lo bonitas que eran las Finales en Madrid…-, y además en un campo –por llamarlo de alguna manera- desangelado y a desmano como la Cartuja, teniendo al alcance dos excelentes estadios, Villamarín y Pizjuán, en pleno centro de la ciudad, son motivos suficientes para justificar mi ausencia. Eso sí; con una gran envidia hacia las decenas de miles de aficionados no solo vascos, sino de todos los rincones de España, que van a disfrutar en vivo y en directo de una fiesta, para mi gusto, única en el mundo del fútbol.

Así que desde el sofá, con mi casa engalanada de rojo y blanco y con alguna lagrimilla que se me escapará, seguro, cuando lleguen las 22 horas del próximo sábado, rememoraré aquella rotunda frase del recordado periodista bilbaíno José Mari Mujica cuando tituló su crónica del día que conseguimos nuestro último trofeo: YA VUELVE EL LEÓN DONDE SOLÍA.

¡¡¡AUPA ATHLETIC!!!

· Por Carmelo Rodrigo, Socio del Athletic Club