La Gabarra Athletic ya descansa en el Museo, entre sueños de nuevos títulos

Ha costado 40 años ver a la Gabarra Athletic surcar la Ría de Bilbao, había maledicentes vecinos de autopista que decían entre chanzas que allí 'se escondía Osama Bin Laden' y todo, pero sin duda la espera ha merecido la pena, ya que las imágenes de la vieja pontona pintada de azul, entre el alborozo de cerca de un millón de personas, han dado la vuelta al mundo. Unas imágenes virales que constituyen la mejor campaña de marketing de la Marca y el Sentimiento Athletic. Ha sido maravilloso y la organización del multitudinario evento salió a pedir de boca, para respiro de las autoridades.

Pero la embarcación vizcaína, como un Raúl García que anuncia hoy mismo su adiós al fútbol, ha cumplido su función, tras haber sido convenientemente restaurada para que flotase en el año 2021 en la etapa de Aitor Elizegi, y ha llegado el momento de retornar al Itsas Museum Bilbao. Donde permanecerá ubicada, en dique seco, soñando con nuevos éxitos del conjunto de San Mamés. Seguro que no habrá que esperar cuatro décadas para verla levantar por la pluma y ser depositada en el agua.

Bilbao y Bizkaia se han teñido de rojiblanco para disfrutar de la celebración del título de Copa del Rey de fútbol conquistado por el Athletic Club a bordo de la gabarra

Una edición de la Gabarra Athletic inolvidable

La jornada dejó para el recuerdo imágenes espectaculares por su belleza y colorido y el impresionante gentío congregado, especialmente en Bilbao, que hicieron recordar a la celebración vivida hace 40 años en este mismo escenario por la tropa de Javier Clemente, que esta vez navegaba en un barco anexo.

El paso bajo el Puente de Bizkaia, monumento Patrimonio de la Humanidad que une Portugalete y Getxo, ofreció la gran estampa de la travesía con ambas márgenes repletas de gente vitoreando a los campeones y una flota de más de 150 embarcaciones formando un vistoso séquito.

Momentos para el recuerdo gracias al título del Athletic

Ya a la entrada de Bilbao, a la altura de Olabeaga, el número de personas se fue multiplicando y frente a San Mamés llegó quizás el momento más emotivo del trayecto, con el homenaje a las pasadas generaciones de seguidores del Athletic lanzando pétalos de rosas a la Ría en recuerdo de los ausentes.

Mas adelante, ya en el tramo final, la comitiva ofreció otra de las grandes fotografías del día al transitar junto al Museo Guggenheim, el símbolo del nuevo Bilbao, con cada metro cuadrado repleto de personas ovacionando a los leones.

Casi tres horas después de zarpar, con algo de retraso sobre el horario previsto, la gabarra atracó junto al Ayuntamiento, donde se produjo la mayor concentración del día. En total, casi seis horas de una celebración que todos los protagonistas no dudaron en calificar como histórica e inolvidable y que esperan repetir con bastante más asiduidad que ese eterno paréntesis de cuatro décadas.