Audios, cruce de comunicados y San Mamés encendido por las zancadillas al Athletic

Ni doble pasillo, ni ambientazo en la grada, lo que aún dura en el entorno zurigorri es el enfado del Athletic Club tras el polémico partido liguero empatado el domingo, en Bilbao, ante el Villarreal CF de Marcelino García Toral. Un duelo posterior a la fiesta de la gabarra cerrado con un penalti -apuntado por el VAR- a Yuri Berchiche en el tiempo de prolongación, que significó el (1-1) final y que encolerizó a un San Mamés que no estaba nada contento con la actuación del colegiado madrileño (adscrito al Colegio Balear) Guillermo Cuadra Fernández.

Un empate sobre la bocina que aleja al conjunto de Ernesto Valverde del nuevo objetivo que se había marcado, el de lograr una plaza para la próxima edición de la Champions League, una vez obtenida la de UEFA Europa League -en la que 'La Catedral' será el escenario de la final en 2025- como vigente campeón de la Copa del Rey.

Tras esa igualada, y la derrota de la jornada anterior en el Santiago Bernabéu en plena preparación de la final, el Athletic se ha alejado cuatro puntos de un Atlético de Madrid que marca la barrera Champions en la cuarta plaza y al que superaba hace solo dos jornadas después de ganar 2-0 al Alavés en Bilbao.

La Champions se aleja para el Athletic

La de seguir a la estela del conjunto colchonero -cuyos dos últimos triunfos, a domicilio en Villarreal y en casa ante el Girona, son de un calado tremendo- era la idea que manejaba la afición 'athleticzale' mientras esperaba a que Guillermo Cuadra Fernández pitara el final de un choque que se le pudo haber torcido a su equipo pero que supo rescatar con un buen gol de Oihan Sancet.

El duelo había arrancado con un penalti de Beñat Prados a Alex Baena que Gerard Moreno había lanzado al palo y después rematado él mismo el rechace, con lo que invalidó el tanto; y una segunda clara ocasión amarilla, también de Baena, que bloqueó Dani Vivian delante de Unai Simón.

Superados esos dos sustos, el Athletic retomó un cierto control hasta el descanso y al inicio de la segunda mitad se le habían puesto las cosas de cara con una segunda amarilla a Santi Comesaña a segundos de volver de vestuarios, en otra decisión arbitral que dio lugar a debate. No obstante, el pisotón de Comesaña que le valió la segunda amonestación fue similar al que también le supuso una amarilla a Prados en la jugada del primer penalti.

Con el tanto de Sancet, en una buena combinación iniciada por Ander Herrera y continuada por Gorka Guruzeta, certificó el choque a favor de un Athletic ya en superioridad numérica.

Parecía que los astros volvían a jugar a favor de los 'leones' y el domingo iba a ser como el anterior, todavía en Sevilla; el martes, con los jugadores celebrando de forma espontánea por las calles de Bilbao; y el jueves, con la gabarra surcando las aguas de la Ría.

Quien más quien menos en el estadio bilbaíno, menos los pocos cientos de seguidores amarillos que acudieron al choque, soñaba con dos semanas más de felicidad incontenida dado que el Athletic vuelve a jugar el viernes en San Mamés y además ante un equipo ya prácticamente desahuciado, el Granada.

El discutido penalti de Yuri Berchiche

Pero llegó el minuto 91 y, en una jugada en la que no había reparado nadie, entró el VAR, pidió a Cuadra que la visionase en el monitor y árbitro decretó el penalti ante la sorpresa general y el desquicie de Yuri Berchiche, protagonista de la acción.

Yuri fue con todo y consiguió bloquear el disparo, en lo que Ander Herrera entendió como una acción defensiva "brillante". Pero el balón, que no iba a portería, le rebotó en un brazo rechazado por su propio cuerpo. Y Parejo transformó la falta máxima como jugador de clase que es.

Ahí la afición rojiblanca volvió acordarse de un par de agarrones en el área visitante a Sancet y Nico Williams, que ni árbitro ni VAR consideraron suficientes para sancionar. El primero fue muy protestado por Sancet y tras el segundo San Mamés fue un clamor.

Como también fue un clamor La Catedral en el penalti señalado a Yuri, el final abrupto de una semana de alegría, desenfreno y celebración que a punto estuvo de continuar al menos cinco días más. No será así, pero lo vivido en la última semana difícilmente lo olvidarán los seguidores rojiblancos.