Decía Groucho Marx que lo peor de escribir una autobiografía es que uno no puede andarse con tonterías. No me extraña. Escribir de uno mismo es una cosa muy seria. Y hacerlo sobre el Athletic Club es, salvando las distancias, algo parecido. Lo digo porque pocos sentimientos hay tan cercanos a la puerta de nuestros hogares como el vínculo que nos une a muchos respecto a los colores rojiblancos. Pues bien, no nos pongamos tan serios.
Hablar del Athletic al término de esta temporada es como volver a ver aquella película que nos gustó tanto y que teníamos un poco arrinconada. Puro disfrute. En los años 80, ahora que evoco al pasado, hubo un éxito televisivo en el que un grupo de prófugos veteranos de Vietnam que se llamaba “El equipo A” sobrevivían como soldados de fortuna. Su líder era John “Hannibal” Smith y acuñó una de esas frases que aparentemente rebosan simpleza pero que hizo fortuna: "Me encanta que los planes salgan bien".
¡Bingo! No soy capaz de encontrar otra expresión tan contundente para explicar la sensación que me invade a la hora de resumir lo que ha sido la temporada del Athletic. Seamos serios, si a Vujadin Boskov se le valoró la ocurrencia de “Fútbol es fútbol”, a George Peppard hay que respetarle como merece.
No sé si la cuenta de resultados de esta temporada obedece a un plan, pero sí estoy seguro de que detrás ha habido un grupo de profesionales que se lo han currado de lo lindo.
Que levanten la mano aquellos que, tras aquel primer partido de Liga en el mes de Agosto en el que el Athletic cayó con claridad ante el Real Madrid en San Mamés, no pensaron en un nuevo año de travesía por el desierto. Yo reconozco que sí lo hice.
Creo que el éxito final se ha cimentado en la manera que tuvo el equipo de levantarse, de voltear el pesimismo de entonces, con un Valverde decidido a explorar más en profundidad las posibilidades de su plantilla y con una gestión muy fina a la hora de ir restando protagonismo a los veteranos con pedigrí y peso en el vestuario.
Entre el comportamiento ejemplar de estos y la calidad que han aportado los jóvenes validando la confianza del técnico en ellos, se gestó este Athletic de nuevo campeón.
Pero es que no ha sido sólo la Copa, que por sí sola ya hubiera puesto una nota muy alta a la temporada. Es que acabar quinto en una Liga como ésta habiendo estado peleando casi hasta el final por un puesto Champions, con sólo la derrota inicial en San Mamés, con un candado de acero en la portería que ha llevado a Unai Simón al Trofeo Zamora 54 años después y al equipo a ser el segundo menos goleado y con ese segundo mejor registro de puntos desde que se premia con tres puntos las victorias… todo eso nos lleva a la indiscutible conclusión de que ha sido un curso sobresaliente.
Y luego están los intangibles. ¿Cuánto vale ver a más de un millón de personas aclamando al equipo en la gabarra y siendo reclamo informativo a nivel internacional? ¿Cuánto vale ofrecer ese espectáculo a los que sólo tenían referencias por viejas imágenes? ¿Y a los que sueñan con estar en su lugar algún día? ¿Y cuál es el valor añadido del atractivo que representa poder unirse a futuros proyectos del Athletic? No hay duda. Ha sido una enorme temporada.
Siempre me llamó la atención y me sacó una sonrisa aquella frase del exjugador británico Vinnie Jones en la que sentenciaba que "ganar no es lo más importante… siempre y cuando ganes". En un Club en el que defendemos con convicción un modelo y una forma de competir, no podemos llevar esa frase a los altares pero ¡qué narices!, qué bien nos ha venido volver a sentirnos entre los elegidos.
Que esto continúe o que esté cerca de que vuelva a ocurrir dependerá de muchos factores. Me gusta mucho la actual política de captación y no hay duda de que hay que reforzar la plantilla lo máximo que se pueda ante el ilusionante y exigente calendario de la próxima temporada.
Ojalá que los que nos han traído hasta aquí, ya sin Muniain, Raúl García ni Dani García que tanto han dado por el Athletic, miren hacia atrás e imiten a ese pedazo de portero de reconocimiento internacional llamado Unai Simón que, con su renovación sin cláusula, ha lanzado al mundo el mensaje de pertenencia más potente posible.
· Por Ramón Hernández Arostegi, Periodista de Radio Nacional en Bilbao
¡Vaya artistaza!
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— Athletic Club (@AthleticClub) May 27, 2024