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Con Jauregizar regresa el Rock and Roll y la victoria al Athletic

Mikel Jauregizar, titular solvente en el Athletic - Valencia (Foto: LALIGA).
Kuitxi Pérez García

El enviado. El elegido. Ernesto Valverde. El que no encontró maneras de oponerse con su Athletic Club a los serios dictados de José Bordalás. El que vio cómo los leones sucumbían de manera lastimosa ante el FC Barcelona en la montaña de Montjuic. Se hablaba de un déficit de velocidad, fuerza y altura. Triple hándicap para un equipo que parecía moverse con grilletes en los tobillos, mente abotargada y técnica de principiante.

¿Qué es lo que faltaba? El viaje junto al Rock and Roll faltaba…

"Cuestión de tiempo". "Planificación para que el equipo 'rompa a sudar' a su debido tiempo". Todo eran dudas, preguntas sin respuesta. Y en eso llegó el Valencia de Rubén para repartir las cartas de la 'Baraja'. La suya. Esos naipes que el pasado curso el míster del Valencia puso boca arriba provocando que el vértigo se adueñara de la 'casa de juegos' de San Mamés hasta el 97', cuando Berenguer anotó [2-2] arrastrando para la casa la mitad de las apuestas.

Saludo entre Rubén Baraja y Ernesto Valverde antes de comenzar el Athletic Club - Valencia CF (Foto: LALIGA).

'El enviado'. 'El elegido', se decía. Al que se recurre para que agrande la leyenda de Lázaro, "Levántate y anda". "Levántate y corre" le dice Txingurri a su cuadrilla. Le obedece. Y he aquí que su sudario son camisetas blancas, tantas como diez, de las que se deshacen a manotazos.

Juego atípico el de este Athletic…

Cuando Ernesto escucha que la cosa no va, se reinventa. Y sobre el césped, cada jugador, y todos en conjunto, estallan como si se tratara de esa colección de fuegos artificiales que se quedó en el banquillo de 'Aste Nagusia'. Cada disputa, un duelo que se ganaba. Cada posesión, un balón a repartir. Cada pase en largo, un regalo al pie de Djaló, y otro de más valor para el empeine total de un Iñaki Williams sublime que, al igual que su hermano, desde que en Lezama lo animaron, no se cansa de chutar con rosca al palo largo.

Y el juego engarzado, también, cómo no, contando con Oihan Sancet, un "ser de otro mundo", un "animal de galaxia", el rey de la selva al que sus rivales terminan rindiéndole pleitesía.

Iñaki Williams controla un balón y encara en el partido Athletic - Valencia de San Mamés (Foto: LALIGA).

Partido grandioso. No "de lágrima y pañuelo", como canta Paco Ibáñez, "sino de machete en mano". Machete para repartir la tarta de los 400 partidos de Valverde y Aspiazu.

Una exhibición 'sin sentido' diría yo. Porque, así como a la música, la filosofía y a una rosa se refería Saramago, "si es que hay que buscar el sentido de este vibrante partido protagonizado por un grupo de leones, es que no estamos entendiendo nada". Programado a conciencia, sin duda. Para que los futbolistas se dejaran ir como en un orgasmo que no se aguanta y se extiende sobre el verde y el espacio sin tiempo de San Mamés.

Ojos para ver. Corazón para recordar a este Athletic.

Pasar y pasar las secuencias. Un bolígrafo y un papel. No doy a basto. Siento compasión por un Valencia embotellado, a merced porque, cuando intenta salir de su cueva, el semáforo está en rojo, y luego otro, y un tercero. No hay manera. Es la hora de Óscar De Marcos, su toque sutil, el momento ideal para que Prados aproveche su 'Desmar-que' y anote de cabeza como si fuera la primera vez.

Oihan Sancet celebra el gol de Beñat Prados en San Mamés ante el Valencia (Foto: Athletic Club).

¿Cuántos viajes con aita y ama desde Iruña hasta Bilbao, verdad, Beñat?

Si lo que acabas de vivir fuera lo primero y lo último, habría merecido la pena este largo viaje en el que todos nos involucramos, también Juanito Oiarzabal, que en la previa se declara mil veces Athleticzale, algo que no me era ajeno desde aquella primera vez en la que, con su hijo Mikel, coronamos el Aneto gestionando el 'Paso de Mahoma' con un respeto imponente.

Qué alegría verte, 'Juani'. Para cuándo, Vignemale, te pregunto. No me digas que esperemos a ganar la EUROPA LEAGUE.

Kuitxi Pérez, en la montaña con el legendario Juanito Oiarzabal y una bandera del Athletic Club.

El tiempo pasa, nos vamos haciendo viejos. El Athletic Club se renueva. Estate atento a tu WhatsApp. Porque así como un día te salió el orgullo de un Unai Simón Mendibil de Murgia, te trasladaré mi enfado por no ver a Alex Padilla en la portería por tercera vez.

Y dibujada en una nube, lee con atención la posdata a cuenta de Djaló y la contradicción del entrenador que lo condena a recorrer la banda pegado a la cal mientras nos dice que Álvaro "tiene gol y es letal en el área".

Athletic: Levántate y anda, Levántate y corre. Coge la pelota y vuelve a ganar de esta manera tan maravillosa que no hay dios que la entienda.

• Por Kuitxi Pérez García, periodista y exfutbolista

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