Con un músico siempre hay muchos temas interesantes de los que hablar: trayectoria, proyectos, sonidos, viajes, o el momento profesional en el que se encuentra. Es de lo que hemos dialogado con Mikel Urdangarin (Zornotza, 1971) en ELDESMARQUE, pero además, en ese rato que es más de charla que de entrevista, nos acercamos a la figura de Mikel en la actualidad y a su proceso de creación.
En este mundo en el que casi todo ya es express incluida desgraciadamente la música, las canciones del vizcaíno aún te transportan a un buen café de Bilbao después de comer; una cerveza negra en un pub de Dublín; un paseo en bicicleta por las calles de Okinawa; un castillo en Edimburgo; una Pilsner en un local de Praga, o a una mañana en la bahía de Zarautz observando un grupo de delfines. Un bálsamo, una cura. Muchas canciones en 13 discos de estudio a los que, si todo sale según lo previsto, pronto se unirá uno más que verá la luz para la Azoka de Durango de este año.
En palabras de Leonard Cohen: "El amor no tiene cura, pero es la única cura para todos los males", una letra que bien podría trasladarse a la música como algo sanador, liberador. Y así nos lo cuenta el zornotzarra.
(*Puedes ver también la entrevista dando al play en los tres vídeos de la noticia).
- Kaixo Mikel, ¿con qué estás en estos momentos?
- Estamos culminando un trabajo de casi dos años de preparación de un nuevo disco. Saldrá casi cinco años después del último trabajo de estudio: 'Izurdeen lekua' que se lanzó en el 2020, el año de la pandemia. Casi cinco años más tarde vengo con nuevas canciones inéditas y grabadas en estudio. Estamos en la fase final acabando la preproducción, y casi listos ya para entrar a grabar lo que va a ser el disco y el material definitivo.
- ¿Y puedes adelantarnos algo de lo que vamos a encontrar en este nuevo trabajo?
- Espero que encontréis un buen disco, con buenas canciones, que es lo que uno siempre quiere hacer. Estoy en esa fase en la que se acerca un poco la fecha límite y de vez en cuando te asaltan las dudas al tener que tomar decisiones por algo que va a quedar ya para siempre así. Es una fase en la que, en mi caso, se sufre un poco porque no está todo al 100% claro y decidido.
- Están siendo unas semanas un poco durillas, pero afortunadamente tengo de productor a Koldo Uriarte, también compañero de la banda y un músico tremendo, y con su ayuda y la del resto de los músicos espero que logremos hacer un buen disco que aporte algo novedoso en cuanto a sonido. Y, sobre todo, estéticamente sabiendo que es muy difícil inventar algo nuevo, descubrir a estas alturas la piedra filosofal, pero se trata de aportar algo especial.
- Te leí en una entrevista que te habías enamorado del piano, pero que no sabías si el piano se había enamorado de ti. ¿Cómo va esa relación?
- Espero que ahora mismo proteste menos que hace tres o cuatro años... Yo sigo enamorado. Con el piano empecé en la primavera de 2017, y recuerdo que me trajo una sensación de paz enorme a medida que iba entrando en él. Eso es algo que ha seguido creciendo, esa sensación de paz y de serenidad.
- En un mundo como el nuestro en el que a veces hay mucho desasosiego por la incertidumbre y por el hecho de que el futuro siempre está por escribir, y nunca mejor dicho en la música porque ahora voy a hacer un disco que no sé qué repercusión va a tener, cuánto va a gustar, qué gente se va a acercar a las nuevas canciones... Siempre tienes una nube de temores que te acompaña alrededor de tu profesión, y el piano me viene a decir: 'tranquilo, da igual que salga bien o mal, aunque salga mal yo estoy aquí para que te tranquilices y te sientas músico a pesar de todo'.
"El piano me trajo una sensación de paz y serenidad que ha seguido creciendo"
- Es lo que sentí con el piano, que da igual que no salgan bien las cosas, que los proyectos no funcionen como uno piensa, que 'fracases' incluso; siempre quedará tocar el piano todos los días y seguir sintiéndote músico. Es algo que con la guitarra no me pasó o nunca me ha pasado y con el piano sí, así que estoy muy agradecido.
- Ahora todo se quiere para ya. Todo tiene que ser inmediato, rápido. La música desgraciadamente también se está contagiando mucho de eso en cuanto a manera de consumirla o al estilo que se impone. ¿Cómo ves tu música en el contexto actual?
- Yo llevo 27 años ya en la música y vengo de otro tiempo también. A mis conciertos se acerca gente que, cuando yo compuse las primeras canciones, no había nacido y en cambio ahí está. En todo este tiempo, en estos 27 años, ha cambiado el mundo de manera vertiginosa y ahora hay por ejemplo otras tendencias que se ve que son mainstream. Al mismo tiempo nosotros seguimos tocando, seguimos creando, y la gente afortunadamente se sigue acercando a los conciertos.
- Uno sabe que no es tendencia en cuanto a nivel estilo. Conoce más o menos cómo está el panorama musical y sabes que eres un poco outsider en referencia a eso, pero a la vez sabes que de momento tiene sentido seguir haciendo música porque tienes a quien te escuche.
- Estoy en ese punto en el que digo: sé que quizás no estoy haciendo la tendencia o no soy parte de esa gran corriente en que se pueden mover otros grupos, que cuando son vascos yo lo celebro porque el éxito en la cultura y en la música vasca siempre es bienvenido, y que tenga además reflejo en la sociedad vasca de forma masiva; eso lo celebro aunque yo no comparta musical o estéticamente esos gustos.
- Concibo la música de una manera muy atemporal, no canto a una edad, a un género; cantas a una audiencia heterogénea y lo más amplia posible. Nunca he tenido a nadie enfrente o un objetivo, yo he cantado para aquel que quisiera escuchar y para aquel que se quisiera acercar. Afortunadamente sigo pensando en una audiencia muy diluida a ese respecto. También veo que a los conciertos se acerca gente de toda clase y de todas las edades. De momento continúa teniendo sentido el hecho de que sigamos aquí haciendo lo que más nos gusta y lo que más amamos.
- Mantienes un público fiel que siempre está ahí y que has ido conquistando durante todos estos años. ¿Pero cómo se puede llegar hoy en día al público joven?
- A veces veo a gente de 17-18 años o incluso más joven en los conciertos, personas que han pagado 20 euros por verte o igual que se lo han pagado los padres, pero gente que al final ha hecho un esfuerzo por ir y ves que canta tus canciones, que se lo pasan bien. Yo sé que no soy mainstream y no estoy en radiofórmulas sonando, pero dices: 'por algún cauce les ha llegado mi música, que también es suya una vez que les ha llegado'. Una canción cuando empieza a volar es libre y se posa allá donde dejan que se pose.
"Sabes que de momento tiene sentido seguir haciendo música porque tienes a quien te escuche. Yo canto para aquel que quisiera escuchar y para aquel que se quisiera acercar"
- Entiendo que el mundo ha cambiado, que ahí están las redes, el mundo digital donde uno no controla muy bien lo que pasa o más bien no controla nada de lo que pasa, y es un misterio a veces cómo se te acerca gente. A menudo nos preguntamos: '¿cómo hemos llegado a este grupo tan joven en la sociedad?'. Sabes que no ha sido porque eres mainstream, sino porque afortunadamente hay otros cauces.
- Son ya muchos discos y vas camino del decimotercero de estudio, por lo que estamos hablando de más de 200 canciones. ¿Crees que has escrito ya tu mejor canción?
- La verdad es que en los últimos años he sentido que he escrito o que he podido escribir esa canción que te da esa paz: la canción. Me ha ocurrido un par de veces o mínimo un par de veces, lo que pasa es que luego la vida sigue. No voy a decir cuáles son esas canciones porque es algo muy personal, pero puedo decir: yo me puedo morir tranquilo. Sin embargo la vida sigue y tienes que continuar componiendo porque además lo sientes, y todavía consideras que tienes algo que decir. Egunero da ezberdin, todos los días son diferentes.
- A menudo se dice que uno se ha secado, que el pozo de las ideas está seco; es algo muy recurrente que escucharás a escritores o músicos, momentos críticos en la vida de uno donde francamente está en crisis de ideas. Pero incluso esa misma crisis por ejemplo es un motivo en sí mismo para escribir o cantar sobre ello.
- La realidad es que todos los días son diferentes y tú no eres el de ayer, sino que tú sobre todo eres el de hoy. En esa novedad entiendo que siempre hay algo que decir, la cuestión es encontrar la tecla, pulsarla, y dar con ello. Mientras esté vivo, tenga esa luz, y sobre todo tenga a quien cantar, siempre habrá algo que se pueda contar y que pueda merecer la pena.
- En estos 27 años de carrera musical habrás vivido de todo. ¿Te queda algún sueño por cumplir?
- Diría que el sueño no se acabe. El sueño es vivir haciendo lo que a uno más le gusta. Empezó hace 27 años y el sueño persiste. El sueño, como todos los propios sueños, tiene infinidad de paisajes, de escenas, e incluso de pesadillas dentro del propio sueño. Hay un poco de todo y lo aceptas. Pero para mí el sueño es ese, que el sueño no acabe y que no llegue el día que dejemos de tocar; que ojalá ese momento tarde en llegar.
- No sé si la palabra es 'ritual', pero para componer, ¿necesitas algo especial como estar en algún sitio concreto, soledad, la noche...?
- La verdad es que no tengo ningún ritual. He compuesto de noche, de tarde, de día, de gaupasa... Hemos compuesto en todas las situaciones, no voy a decir imaginables porque no, pero yo lo que necesito es una especie de silencio interior, y eso puede ocurrir incluso en una cafetería. Que haya ruido alrededor pero dentro tener un silencio, el suficiente para que tú puedas concentrarte en una idea, en una melodía o en una letra.
"¿Un sueño por cumplir? El sueño es vivir haciendo lo que a uno más le gusta. Empezó hace 27 años y el sueño persiste. El sueño es que no llegue el día que dejemos de tocar"
- Me he dado cuenta que he compuesto cosas en situaciones aparentemente no tranquilas. Normalmente uno compone en casa, en mi caso con la guitarra y el piano, pero lo importante es el silencio interior. Tú puedes estar sólo en casa absolutamente crispado porque no tienes paz, y puedes estar en una situación digamos muy ruidosa con muchos elementos distractores, y tener silencio dentro de ti. Ese silencio es el que necesitas tanto en una situación como en otra. Es el que buscas si necesitas hacerte las preguntas adecuadas, y también el necesario para encontrar las respuestas adecuadas.
- ¿Cuál te parece la principal 'materia prima' para componer tus historias? La nostalgia, amor, libertad, el mar...
- Es la vida misma, el día a día y todo lo que acontece es lo que te hace luego escribir, sobre todo lo que acontece en uno mismo. Todo ese cúmulo de pensamientos, de sensaciones, de información que te entra y se transforma para que luego la vuelves a producir tú.
- No sólo la tuya, porque las vivencias del resto, los acontecimientos 'X' como una guerra aquí o un hecho allá, si estás abierto a todo lo que acontece, normalmente va a repercutir en ti. Hace un nido dentro, lo anidas, y luego sale si tienes la suerte de sacarlo de la manera adecuada; así compongo y escribo yo, y creo que la música también sale así.
- Tú la música la recibes casi de manera inconsciente a veces. Recibes una información y de eso que recibes, produces. El filtro que eres tú, ese paso, es lo que uno aporta. Es muy difícil inventar nada. Lo que uno aporta es su personalidad y toda esa canalización de sentimientos.
- Cada vez hay que tener más cuidado con lo que se dice o se escribe. Hay que ser políticamente correcto. ¿Lo llegas a pensar cuando escribes la letra de una canción? ¿Te condiciona?
- Quizás alguna vez me haya condicionado, no podría recordar, pero diría que eso es un entorno hostil; cuando uno siente que no puede escribir libremente es algo completamente indeseable porque si algo es la música es libertad, al menos para mí.
- Francamente el único terreno en la vida diaria, porque el resto es formar parte de una sociedad reglada donde ser libre es algo que te lo tienes casi que inventar. '¿Para tí que es libertad?' Tienes que buscar esa clave, ese modo tuyo de sentirte libre dentro de algo que no empuja normalmente a que la libertad sea un hecho diario o cotidiano.
- La música es uno de esos lugares donde uno puede sentirse libre. Si tú escribiendo no lo eres, ya tienes un problema enorme. Yo a día de hoy no lo tengo y no lo quisiera tener.
- ¿Has sentido miedo alguna vez de no responder a las expectativas?
- Es uno de los miedos del artista, cuando alguien espera algo de tí, pero al mismo tiempo es un poco duro vivir temeroso de eso. Hay que hacer y luego confiar en que salga bien. En mi caso diré que con cada trabajo uno se ilusiona, y dentro del sueño que es por ejemplo vivir de la música y seguir tocando hay otros sueños y ambiciones, y te tienes que abrir a esas ambiciones.
- Tienes que ser ambicioso en cada proyecto, y al mismo tiempo te tienes que preparar para recibir una gran hostia. Ese ejercicio es dificilísimo: cómo ilusionarte, cómo tener ambicion, cómo soñar algo grande, y cómo al mismo tiempo prepararte para que pase todo lo contrario. Ahí puedes adivinar a veces lo jodido que puede ser este oficio.
- Entonces sale el disco y las críticas son muy positivas, la respuesta de la gente muy buena. ¿Qué siente uno cuando lograr crear algo así?
- Es un subidón enorme porque normalmente eso se traslada a que hay más trabajo. Para mí eso es muy importante. Haces un disco porque lo necesitas, lo sientes, y además normalmente se produce trabajo. Si no hay una respuesta, si no tiene eco, si queda en el anonimato, si no se le hace caso, normalmente es difícil que se produzca trabajo alrededor de él. Entonces cuando algo tiene éxito relativo o las canciones llegan al público, suele venir trabajo y esa es la mayor alegría porque alrededor mío hay mucha gente: una agencia, gente que trabaja en comunicación, y están los músicos.
"La música es uno de esos lugares donde uno puede sentirse libre. Si tú escribiendo no lo eres, ya tienes un problema enorme"
- Cuando tienes una banda lo que quieres es darles trabajo. Ahora mismo mi mayor preocupación es hacer un buen disco, es la que más me hace sufrir en este momento. La segunda es que ojalá traiga trabajo para esta gente tan maravillosa que tengo alrededor, músicos tan buenos.
- Siempre pienso que nos merecemos una buena gira después de intentar hacer un buen disco. Si lo lográramos es lo que más me gustaría. Porque luego ya, en cuanto al reconocimiento, me conformo con que de vez en cuando se te acerque alguien y te diga: 'jo, cuánto me ha ayudado este disco o esta canción'. Estas cosas ocurren y son las que francamente valen, que alguien te diga: 'oye, me has ayudado', y sin yo pretenderlo además. Esas son las cosas maravillosas de la música.
- Dentro de esa evolución tuya como músico, como cantante, entiendo que también habrá cambiado la forma de afrontar los conciertos. ¿Sientes que antes era más responsabilidad, y ahora es responsabilidad pero también saborear más el estar frente al público?
- Hace mucho tiempo que yo no me pongo nervioso, sobre todo si sabes que vas bien acompañado o vas bien entrenado o preparado. Intento prepararme siempre para el disfrute. Un concierto es algo excepcional, el tener la oportunidad de salir a un escenario y cantar delante de la gente que se ha acercado a escucharte. No es algo banal, no es algo normal, para mí eso forma parte de un mundo mágico que es el mundo de la música.
- Cuando subo y tengo esa oportunidad de cantar y contar mis historias y mis canciones a la gente es algo excepcional. Diría que cada vez más, porque no ha sido siempre así; ha habido épocas en las que tenías otras preocupaciones: saldrá bien esto, saldrá bien lo otro...
- De unos años aquí me centro en el 'hay que ir a disfrutar', porque además voy a disfrutar. Focalizar mucho las energías en eso y no en alimentar otros miedos. Alejar temores y focalizar en el disfrute, que es lo más importante porque hemos venido al mundo sobre todo a disfrutar.
- Luego nos dan los sopapos que nos dan, la vida te pone las zarpas encima y de vez en cuando te hace sufrir mucho, a todos, sin excepción, pero la música tiene un sentido y es el disfrute, el gozo, y es participar de ese mundo mágico que supone la música. Suelo pensar en ello.