Ander Herrera se baja, otra vez, del Athletic: no deja apego, tristeza ni viudos

Una vez más, el futbolista bilbaíno, aunque maño de corazón, Ander Herrera ha vuelto a dejar 'ilusionado' el Athletic Club para irse a otro equipo: esta vez el Boca Juniors argentino. Y si en su primera partida, 'poniendo el taco', al fútbol inglés en 2014 tras explotar con Marcelo Bielsa y un episodio previo digno de ‘Vaya Semanita’ con unos abogados rompió muchos corazones, lo cierto es que la historia ya repetida de 'Pedro y el lobo' y sus chocantes manifestaciones han hecho que en este caso haya pasado prácticamente desapercibida en lo sentimental para la afición rojiblanca.

Sinceramente, tampoco ayuda mucho el que su rendimiento en esta segunda etapa en Bilbao haya sido 'un quiero y no puedo'. Tanto por parte del talentoso futbolista, ya de 35 años camino de los 36, como de la directiva que lo trajo del PSG galo, porque su rendimiento deportivo en 27 titularidades de 116 partidos posibles ha sonado prácticamente como un rumor. Pero no así su nivel salarial, al menos en las dos primeras temporadas. La tercera, interruptus, ya fue otra cosa de índole menor en un hombre tildado hace apenas unos días de “fundamental” por el director de fútbol Mikel González.

Ha pasado más tiempo en los partes médicos que en la estadística de minutos o en las quinielas para elegir al mejor jugador del partido entre los pupilos de Ernesto Valverde.

Tuvo su pico (no de oro, malvados) en aquel partido del 125 Aniversario ante el Atlético de Madrid, pero desde luego decir en la puerta de Lezama que "ya no puedo ni dormir imaginando lo que va a ser La Bombonera. Lo que está en mis manos ya está hecho", con contrato en vigor no hace que el athleticzale cambie de opinión y saque el pañuelo para llorar por su partida.

En todo caso ha empezado a echar cuentas de su coste por los minutos jugados y lo aportado a intermitentes chispazos en el verde hasta convertirse en el quinto centrocampista en el escalafón tras Ruiz de Galarreta, Beñat Prados, Jauregizar y Mikel Vesga.

Sus palabras para el 'Olé' argentino terminaron de romper cualquier puente con la entidad de Ibaigane y sus aficionados: era una carta digital de adiós en formato 'trágala'

Ander Herrera había roto la baraja

Con sus manifestaciones, seguramente bien pensadas, rompía puentes y ponía un océano, el Atlántico, de por medio. Libro de estilo a machamartillo. Ni Athletic ni Zaragoza, a vivir la aventura bonaerense al igual que su buen amigo Iker Muniain. Suerte y que le vaya bien. En Bilbao, como mucho, le van a echar de menos algún amiguete en el vestuario y un céntrico restaurante al que acudía con frecuencia. Poco más.