Pasan los años y el Atlético de Madrid sigue manteniendo intacta su idiosincracia. Si algo caracteriza al equipo de Simeone desde que el argentino llegó al banquillo del Manzanares es la solidez defensiva del equipo, que ha vuelto a cerrar una nueva temporada como el conjunto menos goleado de la Liga.
El Atlético ha cerrado la campaña con apenas 27 goles recibidos en las 38 jornadas de Liga, aunque hay que recordar que Oblak estuvo lesionado durante tres meses del curso y Moyá ocupó su posición durante ocho partidos.
El meta esloveno ha jugado un total de 30 partidos en la presente campaña, aunque el duelo ante el Villarreal no compute para el Trofeo Zamora porque no llegó a los 60 minutos. Así pues, cierra el Trofeo Zamora con 21 goles encajados en los otros 29 encuentros.
"Estoy muy contento por conseguir mi segundo trofeo al portero menos goleador", declaró el meta a la web oficial del club. "Quiero da las gracias a todos mis compañeros, cuerpo técnico y afición por su apoyo, sin ellos no habría sido posible conseguirlo", añadió.
Su coeficiente, de 0,71 goles por partido, ha sido bastante superior al de Ter Stegen, de 0,92. El tercero de la clasificación ha sido Diego López, meta del Espanyol, con una media de 1,12 tantos recibidos por partido. Aún así, el segundo equipo menos goleado ha sido el Villarreal (33 goles en contra), pero ni Asenjo ni Andrés Fernández llegaron a los partidos necesarios para pelear por el Trofeo.
Esta es la cuarta vez en las últimas cinco temporadas que un portero del Atlético conquista el Trofeo Zamora. Courtois lo consiguió durante dos temporadas consecutivas con un promedio de 0,78 en 2013 y de 0,65 en 2014, Claudio Bravo lo ganó un año después defendiendo la portería del Barcelona y Oblak lo ha conquistado en las dos últimas temporadas después de que la campaña pasada solo recibiera 18 goles en los 38 partidos de Liga.