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Diego Costa, en la batalla 148 días después

Miguel Ángel Moreno

Madrid, 1 sep .- El delantero hispano-brasileño Diego Costa volvió a jugar en Laliga Santander 148 días después, tras cumplir ocho encuentros de sanción y ausentarse de otro por lesión, en la victoria por 3-2 del Atlético de Madrid contra el Eibar, una nueva batalla en la que dio una asistencia pero no logró marcar.

Desde el 6 de abril, en aquella noche del Camp Nou en la que fue expulsado ante el Barcelona, Diego Costa no pisaba el verde en encuentro oficial. Ocho encuentros de sanción, unido a otro por la lesión sufrida en la pretemporada ante el Juventus italiano habían distanciado al delantero más guerrero del campo de batalla.

"Es un jugador muy importante para el equipo y para el club. Esperemos que esta temporada pueda darle al grupo lo competitivo y fuerte que es como delantero", dijo el día previo su entrenador, el argentino Diego Pablo Simeone, anticipando su regreso.

Los datos de la pretemporada no podían ser más prometedores. Cinco goles, cuatro de ellos al Real Madrid en el derbi de Nueva York (3-7), dos de ellos a asistencia de su nuevo socio en el ataque, el portugués Joao Félix, con el que hoy compartió alineación. No hubo trío atacante, por la lesión de Álvaro Morata.

Aclamado en la presentación de la alineación rojiblanca, el comienzo no pudo ser más frío para un Diego Costa que a los siete minutos vio como la portería que recibía goles no era la que tenía delante, sino la de su compañero Jan Oblak, con un cabezazo del brasileño Charles Dias a centro del chileno Fabián Orellana.

No se resignó Costa, que tuvo su primera ocasión en el minuto 14, cuando un saque de falta de Koke desde la derecha cruzado encontró al lateral zurdo brasileño Renan Lodi, quien llegó a línea de fondo y dejó un pase atrás, pero puso el pie abajo y el remate se fue muy alto.

El de Lagarto se llevó las manos a la cabeza, y con él todo el Metropolitano, que veía el balón dentro. A partir de ahí comenzó una fase más activa del punta, que intentó buscar a Joao Félix.

En una de esas, después de un buen pase al espacio del lateral inglés Kieran Trippier, Costa se vio solo ante el portero serbio Marko Dmitrovic, frenó y buscó el pase hacia Félix, pero su entrega era imprecisa y la zaga armera se adelantó al joven punta luso.

El segundo 'uy' sería el preludio de un lamento, el del segundo gol del Eibar, generado en una nueva avalancha armera sobre la portería de Oblak, con un mal despeje del central rojiblanco Mario Hermoso, que permitió un disparo del lateral Anaitz Arbilla que fue a las redes tras tocar en Marcos Llorente.

A la tercera sería la vencida, ya que una nueva combinación entre Costa y Félix, esta vez en el centro del campo, se convirtió en una galopada del '19' en pugna con el central armero Sergio Álvarez.

Con no tanta velocidad como en otras ocasiones pero sí la fortaleza imprescindible para resistir el cuerpo a cuerpo, Costa llegó ante Dmitrovic falto de ángulo y, esta vez sí, su entrega encontró a su nuevo socio en la delantera, un Joao Félix que no tuvo más que empuja el esférico al interior de la portería: 1-2.

Había tiempo para buscar el empate, y el Atlético saltó al césped del descanso en busca de la igualada. Volvió a verse Costa en posición de ello con una galopada de Lodi con pase al espacio para su desmarque, pero la entrega era demasiado larga y favorable a Dmitrovic.

El empate llegó apenas unos minutos después, cuando otra carrera de Lodi a pase de Lemar esta vez sí encontró destino para su asistencia: Vitolo, que con un sutil toque con la derecha anotó el 2-2 y encendió al Metropolitano.

Pero el trabajo no estaba terminado. Agarrando el balón con la mano y pidiendo a sus compañeros que dejaran de festejar, Diego Costa advirtió que la remontada debía ser completa para lograr el liderato en solitario.

Apenas unos minutos después, la tuvo y la marcó, pero la jugada estaba anulada por fuera de juego. Poco después, Lemar vio tarde el desmarque y no le cedió por estar en posición antirreglamentaria.

No cejó en el empeño, en cada desmarque, en cada ocasión, incluso cuando un pase de Joao Félix se iba muy largo, Dmitrovic salía a despejarla y le imposibilitaba sacar de banda rápido, Costa pugnaba con el guardameta serbio para continuar el juego. O cuando el jovencísimo Rodrigo Riquelme (19 años), recién ingresado al campo, optaba por disparar un centro pasado de Lodi en lugar de pasar.

A diez minutos del final, Costa pareció ver la luz, tras una asistencia estratosférica de Vitolo de tacón que le dejó solo para desbordar a Dmitrovic y marcar... Pero de nuevo estaba en fuera de juego. El de Lagarto lo sabía cuando interrumpía la carrera mirando al suelo.

No iba a ser la noche de marcar, pero sí la de celebrar un triunfo, por mediación del ghanés Thomas Partey, autor del 3-2 definitivo que mantiene al Atlético líder en solitario de LaLiga Santander. Ahí ya sonrió Costa, el guerrero que retornó al césped del Metropolitano.

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